miércoles, 18 de noviembre de 2009

100% útil

¿Qué mejor forma de celebrar que ya me he quitado de encima el temido examen de Producción Editorial que llegando a casa y ponerme a perder el tiempo? Por ejemplo, descubriendo nuevas webs de esas que no sirven absolutamente para nada, pero que entretienen como ninguna. Bueno, la verdad es que alguna utilidad sí que pueden tener, porque, por ejemplo, gracias a The Oatmeal, ya sé que sólo sobreviviría 1,8 segundos en la superficie del Sol (no me digas que no está bien saber que si sólo es por un segundo, sí que puedo llegar al Sol...), conozco 4 buenas razones para llevar siempre una pala de cavar encima, y también sé reconocer 9 formas de estrechar la mano. Uy, mira qué cosa más tonta y del todo inútil, que al ser mujer yo nunca doy la mano, sino que suelto un par de besos.
Jo, qué bien se me da esto de aprovechar el tiempo desaprovechándolo.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Juegos de niños

Estoy aburrida de estudiar, y como una es de distracción fácil, me he permitido encender un poco el ordenador y ponerme a fisgar algunos blogs. Así que, como quien no quiere la cosa, en NoQuedanBlogs me he encontrado con un Trivial. La verdad es que, a mi, lo que más me ha gustado siempre es poner y quitar los quesitos, así que la versión on-line se me queda un poco coja, pero como no hay más... ¡Perfecto! Y encima resulta ser un "experimento" que fomenta la batalla hombre-mujer. Vamos, que a ver quién es más listo... El caso es que no soy partidaria de estas comparaciones, pero teniendo en cuenta que las mujeres vamos en cabeza... Bueno, sea como sea, para pasar el rato todo sirve.
Ahora me estoy dando cuenta de cuánto echo en falta esas tardes que pasaba de pequeña en casa jugando con mi hermana o mis padres o cualquiera de los muchos juegos de mesa que teníamos por casa: La Herencia de Tía Ágata, el Cluedo, Tabú... Pero a mi me encantaba el Hotel, una especie de Monopoly en el que tenías que ir levantando tu imperio hotelero. ¡Qué recuerdos! ¡Qué tiempos aquellos!...
...¡Qué cosas nos empiezan a meter por los ojos en nuestros años mozos! Porque luego nos extraña oír hablar de políticos corruptos, de burbujas inmobiliarias, de lo caro que está el precio del metro cuadrado... y resulta que apenas sabemos sumar y ya andamos pensando en como chorizar unos billetes de papel a la banca sin que el compañero de al lado se entere. Me he dado cuenta de ésto hoy mientras desayunaba delante de la televisión, al ver un anuncio del Monopoly. La próxima vez, prestad un poco de atención, y veréis que no se diferencia tanto de lo que podríamos escuchar en la sección de política de un informativo. Tal vez este año hubiese sido buena idea lanzar un nuevo juego educativo, algo así como "¡Sal del agujero!" o "No pierdas tu empleo". Hay que ver, hasta el mundo infantil es cada vez menos infantil. ¿No creéis?

miércoles, 28 de octubre de 2009

Como borregos ante los ojos de un niño

Yo no sé qué quiero ser de mayor, pero lo que sí tengo seguro es que no me voy a resignar a disfrutar sólo 15 días al año.

lunes, 19 de octubre de 2009

Desorden de leyes y edades

Por unas razones o por otras, seguro que todos coincidimos al pensar: "Madre mía, vivo en un país de locos". Aunque también es cierto que en otros lugares se llevan la palma. ¿Quién no ha oído hablar de taaaantas leyes absurdas que no hacen sino ratificar la estupidez, aburrimiento y poco hacer de muchos políticos? ¿Por qué en Chicago está prohibido por ley comer en un lugar que esté ardiendo? ¿Por qué es ilegal morir en el Parlamento Británico? Vale, todas estas estupideces siempre nos llegan de fuera y parece que nosotros estamos más centrados. Pero hoy mi padre me ha recomendado echarle un ojo (o un oído) a la opinión de Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro, y la verdad es que me ha hecho reír. Aunque se trataba de una risa casi de autocompasión. De hecho, no veo en absoluto necesario que me ponga a explicar el porqué, ya que este fragmento habla por si solo:

"Una niña debe usar sillita infantil homologada en el coche hasta los doce años. Al año siguiente, con trece, puede consentir en relaciones sexuales. A los catorce ya podría casarse, aunque en la celebración de su boda no podría beber bebidas alcohólicas. A esos mismos catorce años puede hacer testamento pero no se le permite viajar como acompañante en una moto. A los famosos 16 años de la polémica, es mayor de edad sanitaria y puede, por ejemplo, decidir un transplante, pero no puede hacerse un piercing o un tatuaje, ni puede abrir una cuenta corriente, ni votar."
¿Alguien más lo encuentra un poco raro? ¿Estúpido, tal vez?

domingo, 18 de octubre de 2009

Exhibición para la familia. Y también para mayores.

Fue como volver atrás en el tiempo, a mi época del colegio, las pinturas de colores y el uniforme. Pero sin pinturas. No creo que se me olvide nunca la ilusión que nos hacía a todas la tradicional reunión de padres de principio de curso. Todos los padres iban a la clase de sus hijas para que la tutora les soltase la típica charla sobre los objetivos, las excursiones previstas, alguna que otra norma y recomendación... Y esa tarde, antes de que todos llegasen, a nosotras nos tocaba engalanar la aula: llevábamos un trapito para limpiar nuestra mesa, ordenábamos todo lo que teníamos dentro del pupitre, colgábamos en las paredes nuestros mejores dibujos hechos especialmente para la ocasión y cada una daba rienda suelta a su creatividad haciendo un cartelito con su nombre (claro, para que la amatxu sepa en qué silla pasa su nena los días). A los padres les gustaría, pero seguro que no era nada en comparación con lo que significaba para nosotras. Luego, cuando llegaban a casa, mis padres sufrían un aluvión de preguntas: "¿Qué os ha dicho la profe? ¿A dónde nos llevarán de excursión? ¿Os ha gustado mi dibujo? ¿A que tengo todo muy ordenado? ¿Habéis hablado con la profe de mi?"
Y ayer, choporrocientos años más tarde, vuelvo a enfrentarme al ojo crítico familiar, pero como profesora en vez de como alumna. Este fin de semana se ha organizado "Nagusi" en la feria de muestras, pensado para las personas mayores. Ahí tienen varias actividades para que participen y pasen el rato: conferencias sobre temas de su interés particular, bailes, actuaciones, chocolatada, talleres... Y pueden encontrar información sobre residencias, asistencia sanitaria, seguros, transporte, bancos, nuevos aparatos de ayuda... La verdad, es que es una idea estupenda, a la que este año me ha tocado sumarme. He sido la encargada de llevar una de las exhibiciones: una clase de Pilates. Por lo menos, fue con uno de mis grupos, y no era una clase abierta (aunque vi a señoras siguiendo la clase en mitad de los pasillos).
Claro, que cuando te lo proponen y luego lo cuentas en casa, siempre surge el "¿Y no podemos ir a verte?" Hombre... pues si. Así que, además de mi pase, pedí que me consiguieran una invitación doble para mi madre y mi novio, y mi abuela, que le mandan otra todos los años, se vino con mi padre. Y con esas nos plantamos todos allí. Mis alumnas estaban encantadas de conocer a mi madre y mi abuela (se ve que los hombres desprenden alguna vibración extraña), y mi madre era feliz poniendo cara a los nombres que tanto suele escuchar. Pero yo estaba nerviosa... Sólo se trataba de dar una clase igual que siempre, vale. Pero con gente mirando, que podían dedicarse tranquilamente a juzgar mi trabajo. De hecho, incluso apareció mi jefa, y eso ya empezaba a parecerse a un examen. Por si no era suficiente, me colocaron un micrófono con petaca, al más puro estilo "Eva Nasarre".
Por lo menos parece que pasé la prueba sin problemas. Y eso que esta vez no había preparado ningún dibujo.

martes, 13 de octubre de 2009

Tentar a la suerte

No soy supersticiosa, ni un poco. De hecho, la mayor parte de las veces que veo una escalera, siento el impulso de pasar por debajo. Sin embargo, hoy iba derechita a hacer lo mismo, pero en el último momento, algo me ha hecho esquivar esa escalerilla metálica. Luego he seguido andando, pensando en el día que era, y en por qué había hecho eso. La verdad es que le he estado dando vueltas gran parte del día. Me he sentido tan tontuna que estaba deseando cruzarme con un gato negro. Para compensar y eso.
La verdad es que he pasado un buen martes 13. Igual es que la mala suerte me sienta bien.

domingo, 11 de octubre de 2009

Coto libre de traducción

Se ve que ya empiezo a acusar la llamada "deformación profesional", y desde hace unos días me da por ir por ahí abriendo las primeras páginas de los libros, mirando los copyrights, los datos de la editorial, de la traducción... Y claro, uno de los primeros en someterse a mi análisis ha sido el que ahora llevo siempre en la bolsa para mis viajes en metro: "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina".
¿Eh? ¿Qué es esto? Aquí tiene que fallar algo, o a mi me fallan las cuentas... 12 palabras en título, y sólo 5 en el original. Desde ese momento pasé toda la mañana deseando volver a casa para enchufarme al traductor de Google y aclarar mi curiosidad. Hombre, que las traducciones no se hacen palabra por palabra está claro pero, aunque no sé sueco, no creo que tanta diferencia se corresponda con una traducción literal. Y tenía razón.
El caso es que esto no me parece ni bueno, ni malo. Sólo muy curioso. Mucho. Porque yo creo que todos hemos pensado: "jo, ¡qué títulos más extraños tiene esta trilogía! A cada cual le encuentro menos sentido". Y resulta que ahora me entero de que los originales son "decepcionantemente" normales, y que el punto creativo se lo han dado los traductores (va a ser que por eso las traducciones tienen su propio copyright y derechos de autor). Visto lo visto, yo me quedo con la versión autóctona, precisamente por la originalidad. Si entro a una librería y veo un libro con título corrientucho, probablemente no lo llegaré a sacar de la balda. Sin embargo, un título llamativo, diferente, me hace detenerme y leer con curiosidad la contraportada. Ya me han ganado un poco.
Ya no podía dejar ahí el tema, e investigué un poquito más. A saber qué joyitas podría encontrar en otros idiomas. Mmmm... me han fallado los franceses, porque sus títulos son clavados a los nuestros. Pero resulta que los ingleses han elegido títulos que se parecen todavía menos a los originales, aunque no me terminan de convencer. Bueno, igual alguien ya está deseando saber de qué hablo, así que paso a exponer los resultados de mis investigaciones. A saber, los títulos de la trilogía Millenium en sueco, su traducción literal al español, y los que aparecen en sus ediciones en español e inglés:
  1. Män som hatar kvinnor / Los hombres que odian a las mujeres / Los hombres que no amaban a las mujeres / The girl with the dragon tatoo (La chica con el tatuaje de dragón)
  2. Flickan som lekte med elden / La chica que jugaba con fuego / La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina / The girl who played with fire (La chica que jugó con fuego)
  3. Luftslottet som sprängdes / El castillo en el aire que estalló / La reina en el palacio de las corrientes de aire / The girl who kicked the hornet's nest (La chica que pateó el avispero)
Si es que la normalidad hoy en día no parece un buen negocio. Hay que salir en busca de la originalidad.

sábado, 10 de octubre de 2009

sábado, 3 de octubre de 2009

Placa a la vista

Ya hace más de un año que recorro las mismas calles a diario para ir a clase. Y por eso mismo me da un poco de vergüenza admitir que, hasta hace apenas unos días, no había sido capaz de darme cuenta de que todos los días paso frente a la casa donde nació Miguel de Unamuno. No sé a dónde iba yo mirando cuando la placa recordatoria se plantó en mi campo visual.

Vale, ya sé que no se van a organizar peregrinaciones ni se va a levantar un templo, pero no sé... Si no me hubiese dado por levantar la cabeza, ¿nunca lo habría sabido? No es que esto me haya marcado, ni que afecte a mi vida, pero creo que tengo que empezar a ir por la calle sin mirar tanto al suelo. Nunca sabes lo que te puedes estar perdiendo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Arte de libre distribución

Ahora que me estoy convirtiendo en una gran conocedora de la Ley de Propiedad Intelectual de 1987, estoy empezando a temer acabar entre rejas en cualquier momento. Dicen que la ignorancia es la felicidad, y es que nunca imaginé que trasteando por Internet con algunos materiales pudiese estar tan al límite de la legalidad. Pero eso me pasa a mi... y posiblemente a todo el que utilice Internet. Ahí lanzo la advertencia.


Así que este vídeo me ha caído como un regalo del cielo. Una nota nos dice claramente que podemos compartirlo, enseñarlo, distribuirlo... siempre que no sea con fines económicos. Creo que nadie me está pasando dinero (aunque no seré yo quien le quite a nadie la ilusión de hacerme algún regalo o aportación económica), por lo que parece ser que esta vez estoy haciendo las cosas bien. Y encima, el vídeo derrocha arte y calidad en cada uno de sus segundos de duración. Eso ya es mucho más de lo que podemos decir sobre otros muchos vídeos que sus autores guardan con tanto celo. Pues ale, ahí se os atraganten vuestros derechos de autor.

viernes, 25 de septiembre de 2009

El tulipán, o la flor más cara de la historia

No entiendo la economía, y en cuanto al tema, lo único que me preocupa es ver que mi cartera apenas pesa. Bueno, realmente pesa mucho porque es enorme y la llevo llena de tarjetas que nunca uso. Pero el caso es que estoy cansada de oír hablar de la crisis, sus causas, las posibles soluciones... jo, qué "pesaos"!!!
Pero en medio de tanto jaleo me he encontrado con algo realmente curioso, y que cuando me lo empezaron a contar, pensaba que era una especie de coña. Pero no. Resulta que nuestra crisis es similar a la que sufrieron en Holanda hace la tira de años. Casi todo el país se vio hundido en la más asquerosa miseria por culpa de los especuladores, las re-ventas, el hinchamiento de los precios... sólo que en vez de comprar metros cuadrados, tierras, pisos y todas esas cosas que aquí nos pierden, allí fueron los tulipanes los que trajeron la ruina. ¿Tulipanes? Si, si, las flores. De hecho, se hace referencia a esa crisis como "Tulipomanía". Se ve que tener estas flores en un jarrón en tu casa significaba que eras un tipejo con categoría, y la gente empezó a comprar, y comprar... Se convirtió en una especie de enfermedad: alguno llegó a pagar unos 15.000 euros por 99 tulipanes, otro vendió su casa para comprar más flores, y a un pobre hombre lo encarcelaron por comerse por error un bulbo. Hasta que, como en todo cuento de fantasía, la burbuja se reventó de golpe, y entonces... todos a llorar!!
No voy a entrar en análisis ni comparaciones con la crisis inmobiliaria, porque ya he dicho que la economía no me apasiona mucho y no estoy capacitada para hacer un comentario decente. Solo que me ha parecido tan curioso... casi, hasta gracioso, de esas historias para comentar con los amigos mientras te tomas algo ("Oye, a que no sabes lo que pasó...")




Tal vez sea el momento de comprar unas semillitas....

sábado, 19 de septiembre de 2009

Sección de breves

  • Sólo hace semana y media que empecé las clases, y ya he tenido que hacer un trabajo sobre Gutenberg, otro sobre un grupo editorial, y tengo pendiente el de Aldo Manuzio. Además, sigo recopilando todo tipo de información imaginable e imágenes sobre calendarios, y ya tengo que hacer lo mismo con "La crisis del tulipán". Hacía mucho tiempo que no tenía tantos deberes. Hasta me hace ilusión...
  • El 5 de Octubre me reencontraré con todos mis abuelitos. Vamos, que tengo trabajo. Además, este año quieren presentar el taller de Pilates en Nagusi, una Feria para la Tercera Edad. Por lo que me han comentado, algunas están emocionadísimas con la idea, y ya deben andar pensando en comprar un chándal para ir todas iguales y lucirse ante todos los que estén por allí. ¿Dar una clase con público? ¿Seré la única que ya se ve muerta de vergüenza?
  • Desde antes de verano pensaba que tenía un tirón, o una nueva roturilla de fibras en el isquiotibial (que más o menos pilla... debajo del cachete del culo). Pero el descanso me lo empeoró, y ya era necesario pasarme por el fisio. Pues resulta que la lesión no la tengo en el muslo, sino a la altura del sacro, en la parte baja de la espalda. Y desde ahí, sumándole que tengo la cadera un poco descompensada, resulta que me está pillando el nervio de la pierna. Pues ale, otras 20 sesiones de rehabilitación. Además, tengo que dormir de costado con un cojín entre las piernas, y todas las noches ponerme hielo a la altura de los riñones. Vamos, una gloria.
  • Y por si el hielo no me enfría bastante, el invierno ha llegado de golpe. Aunque de manera cada vez más débil, todavía me resisto a rendirme a la evidencia: se acabó el veranito. Por eso, todavía llevo camisetas de tirantes (aunque con jersey y chaqueta), o zapatos de verano (aunque se me mojen los pies).
  • Lo primero fue una pequeña botella de HPnotiq, seguida de una funda para el casco de la moto. Y hoy mismo me ha llegado mi tercer regalo conseguido en concursos y sorteos a través de Internet: una camiseta de Skunk Funk. ¿Qué mejor que te regalen una camiseta de una tienda que te encanta pero que sabes que es demasiado cara para ti? Ojalá hubiese tenido la misma suerte con los Euromillones que había echado esta semana...

domingo, 13 de septiembre de 2009

Buscando soluciones

¿Cuánto tiempo llevamos sin que pase un sólo día en que escuchemos la palabra "crisis"? Yo no estoy segura, creo que más de un año, pero sea lo que sea, es ya demasiado. Y si además nos situamos a la vuelta de vacaciones... pfff es mejor no echar cuentas del dinero que ya ha volado.

Bueno, si hay algo claro es que de nada nos sirve lamentarnos, y es mucho mejor tomar estas bajadas para sacar el máximo provecho posible. Así, las revistas se llenan de trucos que nos enseñan a ahorrarnos unos euritos de las formas más sencillas y que, si somos un poquito inteligentes, podemos seguir usando cuando salgamos de ésta. En concreto, en la revista que tengo ahora delante no me cuentan nada nuevo: no dejar los aparatos en "standby", utilizar bombillas de bajo consumo, desenchufar los cargadores aunque no estén conectados los aparatos, utilizar el calor residual de las cazuelas y hornos, ir a hacer la compra con la lista hecha y no saltárnosla con caprichos... Pero sí ha habido algo que me ha gustado mucho y ha sido una lista de webs que parecen creadas para salvar nuestras vidas. La verdad es que no creo que yo (ni muchas personas) nos podamos aprovechar de esas ofertas o trucos, pero ¿no es genial que haya gente que dedique su tiempo a estrujarse la mollera para buscar soluciones originales? Aunque sólo sea por pasar el rato y curiosear, merece la pena visitar A Fin de Mes, Superando la Crisis, No lo Tiro o Sin Dinero. Y si con esto ayudo a alguien a amasar poco a poco una pequeña fortuna, yo también seré mucho más rica (espiritualmente, claro, porque en lo que respecta a la economía...)



** Ah, como dicen que "no hay mal que por bien no venga", resulta que el medio ambiente va a salir ganando con esto de la crisis. Porque vamos, que no me digan que ahora, de sopetón, a todos los supermercados les importa que sus bolsas contaminen el entorno. ¿A estas altura de la vida, señores, nos salen con estas? Lo que pasa es que habrán escuchado eso de la compañía aérea que se ahorró un pastón quitando una aceituna de cada ensalada servida en los vuelos, y a algún lumbreras se le ha ocurrido hacer lo mismo. ¿Con qué? Pues con las bolsas de plástico, por ejemplo. Bueno, en este caso mejor nos olvidamos de las causas y nos alegramos por el buen fin de la idea. Además, podremos lucir más ideales que nunca al ir al supermercado (ains, esas bolsuchas del súper eran de taaaaaan out...)

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Vuelve la ilusión

"Volver a empezaaaaar otra veeeez..." que decía la pegadiza y repelente canción hace ya unos añitos. Dicho y hecho, más que nada porque no queda más remedio. Ayer volví a pisar el instituto, aunque todos sabemos que el día de la presentación apenas se tiene en cuenta. De todas formas, yo ya llegué corriendo, casi al filo de la hora, para recuperar todas las malas costumbres desde el principio. Por un lado, con la pena de saber que ya no volveré a pisar la playa (o cualquier otro sitio en el que pudiese pasar la tarde si no tuviese clase). Por el otro, con los nervios como cuando era más pequeña y llegaba al colegio llevando en la mochila la bata limpia y todos mis libros recién forrados. Hasta los más mayores mantenemos esa curiosidad de conocer a los nuevos profesores y saber de qué van las nuevas asignaturas. La verdad es que en poco más de media hora nos quedamos "a medias". Pero ayer por fin pude ver la luz.
Tras una año en el que (a pesar de haber estado muy contenta con mis estudios) empezaba a pensar que esto no me iba a llevar a ningún lado y que me había equivocado, he comprobado con gran alegría lo que yo me temía: el culpable de esos temores era el inepto profesor de turno. Cuando ni él mismo sabe por dónde le da el aire, eso se transmite, y todos los días iba a clase con la sensación de estar perdiendo mi tiempo.
Menos mal que no siempre es cierto eso de "mejor malo conocido que bueno por conocer", y esta vez estoy de suerte. Es una gloria escuchar a profesores que saben de lo que hablan, que te dejan claras unas normas para clase y de los que ya sé que puedo aprender y sacar provecho. Incluso hemos saltado a todo lo contrario al año pasado, ya que, de repente y en un sólo día, nos han hablado del futuro, de salidas profesionales, de la universidad, de másters, de prácticas, de becas Erasmus, de la bolsa de trabajo del instituto... Casi casi, estoy saturada de información.
Ay, cómo lo echaba en falta. Me refiero a esto de mirar hacia mi futuro laboral con ilusión y hasta con un poco de esperanza. Sobre todo si en tu primer día de clase te ponen este vídeo promocional. Vaaale, cualquiera que haya investigado un poco en el mundillo de la publicidad sabrá que cuando algo lleva la etiqueta "promocional", tal vez no sea muy fiable, pero... qué narices!! Estoy contenta con mi vuelta a los libros. Ya noto la motivación corriendo por mis venas.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cambio euros por buenos recuerdos

¡Ay, pero cuánto cerradito de mente hay por ahí! ¿Por qué hay tan poca gente que comprenda que no siempre el dinero es lo más importante? Generalmente, ¿qué es lo que nos produce más alegría: mirar la cartilla del banco, o recordar días especiales que hemos pasado, viajes, fiestas...? Mira que hoy en día no está el tema como para andar rechazando "chines", pero ese no es el tema.
Si bien es verdad que esta vez me he vuelto de Valladolid con algo de dinerito bajo el brazo, cuando acepté ir yo no contaba con cobrar nada, y seguía con la misma idea hasta que, ya en el camino de vuelta a Bilbao, una de mis compañeras abrió un sobre que nos dieron y que pensábamos que tendría un CD con el vídeo de la gala. Se agradece (y mucho), pero dentro de un tiempo ya no recordaré ni la cifra.
Lo mejor de todo me lo quedo yo, y no me hace falta ninguna hucha ni caja para guardarlo. Y seguro que no se me va a perder, ni nadie se lo va a llevar. Una gran satisfacción personal. Por el trabajo hecho y por los buenos recuerdos. Sobre todo si son cosas que no todo el mundo tiene oportunidad de disfrutar, porque (no lo vamos a negar) a todos nos gusta sentirnos un poco "especiales" en algún momento.
Gente que cobra por su trabajo hay mucha, pero... ¿cuántos pueden decir que han compartido camerino (bueno, o caseta para cambiarse de ropa) y cocktail-cena con Angel Garó? ¿Y que éste mismo famoso les ha felicitado por su trabajo para luego invitarles en persona al estreno de su obra teatral? ¿Cuántas chicas querrían ser maquilladas por estilistas de la Pasarela Cibeles? ¿Cuántos han podido conocer a Míster Universo y otros modelos-que-quitan-el-sentío, que además les han estado mirando con cara de alucinados mientras ensayaban y calentaban, en vez de ser al revés? ¿Cuántas veces puede ocurrir que se te acerquen personas que no conoces, el alcalde, una diputada... para sacarte los colores entre halagos? ¿Cuántos quisieran ver su nombre en deferentes diarios de Internet (El Día de Valladolid, El Mundo, El Norte de Castilla 1, El Norte de Castilla 2) con fotos y vídeo incluídos, aunque sea de forma casi imperceptible?
Eso, como dice el anuncio, no tiene precio, y es algo que estas tres bailarinas seguro guardarán a buen recaudo. Todavía soy joven y me queda mucho por aprender, pero no creo que haya nada mejor en la vida de una persona que estas sensaciones que te hacen sentir que, de alguna forma, has crecido un poco más. Soy consciente además de que, dentro del mundillo de la danza, sigo siendo una "doña nadie", que no se me puede considerar una bailarina profesional, ni mucho menos. Aunque haya gente que hable como si lo fuese. Y precisamente por eso he vuelto tan satisfecha de este viaje, porque sé cuál es mi sitio, y desde aquí veo esos detalles como grandes premios que el destino me ha puesto delante de las narices. No sé si me los merezco, pero en situaciones como ésta, todos nosotros sólo podemos hacer una cosa: vivir al 200%, para que el día de mañana podamos recordarlo todo con una gran sonrisa y satisfacción. Eso es lo que nos queda.

sábado, 29 de agosto de 2009

Agujetas rutinarias

Me corrijo a mi misma. Lo que marca el final de mis vacaciones veraniegas no es la Marijaia quemándose al terminar la Aste Nagusia bilbaína, sino las agujetas (esa gran señal que me recuerda la vuelta a la rutina). Y mi cumpleaños, mira tú qué bien.
El caso es que este año, los dolores se han adelantado y, de momento, no creo se trate del reúma típico de la edad. Lo que pasa es que a nuestro cuerpo le pasa lo que nos pasa a todos: que a lo "malo" nos acostumbramos enseguida: a dormir hasta tarde, a vaguear... Y ojalá costase igual de poco volver a lo de antes, pero eso nunca pasa. No nos gustan el despertador, las prisas ni las obligaciones. Y está claro que a nuestros músculos, que han pasado casi 2 meses recalentándose al sol y aflojándose en contacto con la toalla playera, no les hace gracia verse otra vez en tensión y trabajando. Y protestan. Normal, ¿no?
Ahora, el que yo sepa que es normal, no quiere decir que me haga una pizca de gracia que las piernas, los glúteos y los costados estén colapsados de agujetas. Ay, pero parece que molesta menos si pienso en el viaje a Valladolid, y en que nosotras estaremos más frescas que unas lechuguitas mientras el resto sufren a partir de este 1 de Septiembre.
Bueno, el caso es que cuesta volver a madrugar y tener que ponerse "a tono" (tanto que he pasado un par de días un poco desanimada y nerviosa, pensando eso de "¿quién me mandaría a mi...?" ) pero me hace mucha ilusión este viaje, del que nos vamos enterando de detalles poco a poco. Que si la gala la presenta Angel Garó. Que si la emiten en la televisión autonómica. Que si os van a maquillar las maquilladoras de la Pasarela Cibeles.
Que si hay que sacar, aprender y ensayar una coreografía nueva de más de 5 minutos en apenas unos días... Bueno, digamos que el fin justifica los medios. O por lo menos, las agujetas.

lunes, 24 de agosto de 2009

Resumiendo un verano

Todos los años me pasa lo mismo. Parece que una vez que se acaba la Aste Nagusia de Bilbao, ya se acaba el verano, las vacaciones. Y es que no queda tanto. Sólo tengo por delante la típica "semana tonta", en la que ya no tienes planes, pero no la puedes disfrutar, aunque todavía estés de vacaciones.
Así que he decidido que una buena forma de ir retomando poco a poco a la realidad es mirar un poco todo lo que he ido dejando detrás, para que ya se quede ahí. Porque cuando empezó el verano, la verdad es que me daba como pereza. De repente, me quedaba sin nada que hacer, y sin planes a la vista. Y resulta que al final, apenas me ha quedado tiempo.
Al día siguiente de terminar con los cursillos de ballet, me fui a Castellón a aprovechar la invitación de mi tía que vive allí. Así, el pariento y una servidora pudieron disfrutar de 10 días de maravilloso y caluroso clima mediterráneo, sin sufrir los efectos de la tan conocida crisis. Apenas 3 días después de volver a casa, una llamada de mi prima me hizo coger la maleta y marcharme unos días al pueblo. Más que nada porque es "un pueblo tan pueblo", que si no voy intentando coincidir con mis primas, no tengo una cara conocida con la que charlar, ni nada que hacer. A parte, claro, de escuchar a las señoras del pueblo decir: "Ale, ale, ya llegó la juventud del pueblo". Teniendo en cuenta que llevamos 15 años escuchando lo mismo, y que cuando nosotras nos vamos, se quedan sin juventud... ya os podéis imaginar cómo de pueblo es mi pueblo. Tremendo.
Después no pasé ni una semana en Bilbao, cuando volví a hacer el equipaje. Esta vez, para marcharme yo sola a Barcelona. Buscaba una nueva experiencia, y aunque empecé algo asustada, la verdad es que casi me costó más volver a casa que compartir habitación con 5 personas más que ni siquiera hablaban mi mismo idioma. Ha sido una gozada funcionar con los horarios que yo he querido, ir donde yo he querido... he conseguido ver toda Barcelona en cinco días, y he descubierto el placeres como el de pasear también sola. Pffff... podría ponerme a contar muchísimas cosas, y me encantaría escribirlas todas, porque tengo "miedo" de acabar olvidandolas, pero creo que también tiene su encanto eso de guardarse para una misma esos detalles. Además, ya tengo como recuerdo las más de 400 fotos que he sacado. Si, soy una perfecta guiri jeje.
Por supuesto, tenía que volver, justo para aprovechar desde el primer día las fiestas de Bilbao. Y así ha sido. Los conciertos este año han dejado bastante que desear, pero me lo pasé como una enana viendo a Ska-P y La Oreja de Van Gogh. Así que otro año más he disfrutado de los fuegos artificiales cada noche bokata en mano, de los paseos por las barracas, del ambiente de las txoznas, de las cervecitas que van y vienen... Y casi sin darme cuenta, me veo viendo la quema de Mari Jaia en la ría, con una pena en el cuerpo... Casi la misma que he sentido esta tarde al ver el recinto de las txoznas a medio desmontar, con ese olor a chuzo menos intenso, o cuando hace unos minutos he guardado en el cajón el pañuelo de fiestas, limpito para el año que viene.
Bueno, por lo menos este año me queda el consuelo de una última escapada, que será ya en Septiembre a Valladolid. Y esta vez, con todos los gastos pagados, porque se supone que no es un viaje de placer, sino de "trabajo". Bueno, o si que puede ser de placer, porque voy a bailar. Ale. Llevo casi 2 meses sin menear el cuerpecillo, y de golpe voy a tener que ponerme en marcha y calzarme las puntas para ensayar. Se trata de un desfile de modelos que quieren que gire en torno a la danza clásica, y van a incluir algo de repertorio clásico... y para allá que me voy con dos compañeras. A ver lo que sale...
Y a ver si no dejo pasar tanto tiempo antes de volver a dejar caer por aquí mis idas y venidas, que me siento demasiado en deuda con esto del blog.

martes, 11 de agosto de 2009

Experiencias barcelonesas

Nunca había dejado pasar casi un mes sin asomar el morro por aquí, pero esta siendo un verano raro. Bueno, que "raro" suena un poco mal... pero si que está siendo bastante diferente. Ahora no me voy a explayar, pero no quería dejar de escribir desde Barcelona, que es donde estoy. Yo solita. En un albergue. No sé muy bien qué se me cruzo por la cabeza cuando decidí venir 5 días a la aventura, pero estoy segura que sacaré un montón de cosas buenas de esta experiencia. Suena un poco raro eso de que una se vaya sola a investigar el mundo, pero espero que esto me ayude a crecer como persona y todas esas cosas que se suelen decir...
Lo que es seguro es que estos días no los olvidaré nunca, que van a ser como una pequeña reseña en mi vida, y a parte de las choporrocientas fotos que estoy haciendo, quería que, de alguna forma, fuese parte de esta bitácora que tengo un tanto cerrada por vacaciones, pero no olvidada.
Puede que en otro momento vuelva a sentarme en este ordenador con Internet gratuito que hay en el albergue, pero de momento, me queda mucho que ver. Y mucho inglés que practicar, porque cualquiera diría que sigo en España. Y que estamos en crisis, porque los comerciantes de la zona parecen no sufrirla mucho... Que Gaudí nos ampare.

martes, 14 de julio de 2009

De vacaciones con esos hombres que no amaban a las mujeres

La última vez llegué con un puñado de buenas intenciones. Aunque se ve que, a veces, no vale con eso, y no voy a forzarme a ir escribiendo, y escribiendo... si el cuerpo no me lo pide. Puede que necesite darme un respiro.
Y no es que esta sea la razón principal, pero me van a venir genial unas vacaciones, que parece ser que empezarán este viernes. Me voy una semanita a Castellón, y dejaré bien atrás el norte peninsular y todo lo que tengo por aquí. La desconexión está en marcha. No me puedo quejar, ya que este año iba a quedarme sin vacaciones: el "pariento" lleva casi un año buscando ofertas de trabajo que nunca llegan, y no era buen momento para meterse en grandes gastos. Pero a veces pasa que llamas a una tía tuya que vive en Castellón para felicitarle el cumpleaños, ella te pregunta por tus vacaciones, tú le comentas cómo está el panorama, y entonces ella te ofrece su casa para ir a pasar unos días. Teniendo en cuenta que vive en un adosadito muy mono separado de la playa mediterránea tan sólo por una calle y un pinar... era difícil negarse.
Todavía no he empezado con la maleta, pero lo tengo todo organizado en una extensa lista, con esas cosas que nunca pueden faltarme en un viaje. Y una de ellas es un buen libro, of course. El último que cogí en la biblioteca no consigue engancharme, y lo tenía un poco abandonado, así que pensaba cambiarlo antes de irme. Tal vez mañana.
Aunque hoy, que no era un día precisamente bueno, el azar me guardaba un pequeño empujón de ánimo. Ese azar que me ha llevado a pasar ante la puerta de la biblioteca cuando no estaba planeado, y entrar a probar suerte. En el ordenador de la entrada he escrito unos cuántos títulos que hace tiempo que llevo en la cabeza, y que me está costando encontrar disponibles, a pesar de que hace mucho tiempo que se cayeron de las lista de más vendidos. Nada, no había nada. El caso es que, sabiendo que era imposible, había dejado mi último intento para "Los hombres que no amaban a las mujeres". Huelga decir que cualquier parte de la trilogía cotiza más alto que el barril de brent, y parece que siempre hubiese alguien en la puerta de la biblioteca esperando a ver entrar a quien lleve uno de esos libros en la mano para pegarse a su trasero y hacerse con la presa en cuanto se posase de nuevo en la balda. Pero hoy me ha fallado la famosa ley de Murphy, según la cual me iba a ir a mi casa con las manos vacías. A poco más se me caen los ojos de las cuencas al ver que había un ejemplar marcado en verde en la pantalla. Como pararme a asimilarlo no podía ser más que una pérdida de tiempo, por si acaso, he subido corriendo (literalmente) a la sala y me he lanzado a la estantería. Vaya. El libro no estaba. Ya sabía yo que eso tenía que ser un error del sistema. O de lo que fuese, pero un erros. La ilusión había sido tan grande, que mientras terminaba de esfumarse, he seguido revisando la balda, por si lo habían colocado fuera de su sitio. Y en esas estaba, cuando un empleado de la biblioteca me ha pedido que me aparte... para poner en su lugar el gran objeto de mis deseos. ¿Un espejismo delante de mis narices? Por si las moscas, le he preguntado si me lo podía llevar con esa cara de "no puede ser cierto esto que me pasa". Pero si, era cierto, y 30 segundos más tarde me dirigía al mostrador, donde una chica me ha mirado sonriendo mientras me decía: "Lo has conseguido, ¿eh? Mira que lo acaban de devolver y le he dicho a mi compañero que en menos de 2 minutos ya lo habría cogido alguien otra vez". ¿Y cuántas posibilidades había de que esa personita fuese yo? Pocas, muy pocas, pero esta vez me ha tocado.
Vacaciones y playita a la vista, abandono de rutinas, y con un codiciado tesoro bajo el brazo. Esto de las vacaciones... va a resultar que está muy bien.

viernes, 3 de julio de 2009

Punto y a parte

Hoy lo he vuelto a hacer, otra vez soltando el mismo discurso. Hasta he llegado a plantearme la posibilidad de prepararme un kit-anti-caras-raras, que constaría de una grabadora (o un reproductor MP3, que para eso soy una chica moderna) con todo mi rollo bien explicadito, los resultados del análisis de sangre y un montón de ecografías.
Si, he adelgazado bastante. Ala, ya lo he dicho. ¿Y qué? ¿Acaso por eso tengo que aguantar que la gente, la mayoría conocidos a los que apenas veo y que no me conocen ni de lejos, me miren con cara de pena, como pensando "pobrecita enfermita"? ¿Qué se supone que tengo que contestar cuando me dicen: "Uy, cuánto has adelgazado"? ¡No me digas! Y yo que no me había dado cuenta... He tenido que arreglarme un montón de pantalones para poder ponérmelos, pero si no llega a ser por tu comentario...
Vamos a darle la vuelta al tema: ¿que pasa con los gorditos? Está muy mal visto meterse con ellos, hacer comentarios inoportunos... Y a nadie se le pasa por la cabeza preguntarles si se controlan el colesterol, ni les cuestionan sus hábitos alimentarios en mitad de la calle, ni les miran como pensando "pobrecito, qué mal está..."
Que quede clarinete: Si, como de todo y muy bien. Y no, no estoy enferma. Pero si que estoy muy cansada. De la gente. ¿Acaso se creen con derecho a todo? ¿Por qué no, antes de hacerme preguntas sobre mi vida, te miras a ti un poquito? Mis análisis de sangre dicen que estoy sana y yo me encuentro muy bien. Seguro que más de la mitad de la gente que me mira raro no podría decir lo mismo. Yo no voy por ahí diciendo: "Oye, cómo has engordado", "Uy, qué mala cara tienes", "Esa ropa que llevas no combina para nada, pareces un payaso", "Ese grano que te ha salido en la frente es terrible". Entonces, ¿por qué a mi me toca escuchar tantas tonterías que no me ayudan para nada?
Yo no he buscado adelgazar, simplemente, es algo que ha pasado. Tampoco es que me haya quedado famélica, porque más me parezco a un gimnasta: soy todo músculo, sin grasas, aunque eso suponga, por ejemplo, que se me marquen mucho las venas de los brazos, como a los culturistas (pero salvando las diferencias). Fui a la endocrina, para descartar cualquier posible problema de tiroides. Tengo las hormonas en orden, pero me encontraron un quiste paratiroideo. En un principio pensaron que era bocio pero, gracias a Dios, era un quiste benigno y todo líquido. Me hicieron una punción en el cuello para vaciarlo, y así cambié mi "alien" de casi 4 centímetros por una jeringuilla con 20 centímetros cúbicos de líquido. Ahí es nada. Desde la primera consulta médica hasta que he terminado con todas las pruebas ha pasado más de un mes. Muchos días de nervios, de incertidumbres... que se sumaban a las preocupaciones cotidianas que todos tenemos.
Pero es que lo peor de todo ha venido de la mano de todas esas miradas y comentarios, que tan mal me lo han hecho pasar. Cuánto nos hacen sufrir los demás, aunque sea sin malas intenciones... Por no pasar por lo mismo una y otra vez, a veces he intentado esquivar quedadas, o he elegido la ropa estratégicamente para ir un poquito más tapada. Todo esto me ha hecho pasar días complicados, no me he sentido bien, y creo que incluso ha sido la causa de dejar abandonado el blog. Sencillamente, no tenía humor, y todos mis días giraban en torno al dichoso tema. Y me he llegado a sentir en un círculo vicioso, en el que los demás me agobiaban, yo estaba nerviosa y angustiada, y ya se sabe que todo lo que pasa por la cabeza también quema energías. Así no hay quien engorde, hombre.
Así que aquí me planto, para dejar por escrito mi propósito, que he intentado empezar a poner en práctica: no me va a importar lo que me digan ni cómo me miren, porque yo sé que no tengo por qué preocuparme; voy a recuperar toda mi ropa veraniega, para lucir sin preocupaciones mi cuerpo libre de grasas y mi vientre plano; voy a seguir comiendo lo que me apetezca, cuando me apetezca y sin sentirme obligada por las miradas inquisidoras; no voy a obsesionarme, sino que voy a relajarme y cada mañana me repetiré delante del espejo que me siento bien. Es mi cuerpo, y me gusta. Me gusta así, y me gustará cuando vuelvan los kilos. Porque volverán. Cuando yo haya vuelto a ser la de antes, y no al revés.

domingo, 21 de junio de 2009

Vuelta a los escenarios (I)

Hace más o menos un año... pasé varias horas subiendo vídeos (más o menos vergonzosos) de una servidora en su festival de ballet de fin de año, e intentando explicar lo que éste día significa para mi.

Hace una semana... estaba ya descansando, tras un agotador aunque estupendo nuevo festival. Esta vez nos tocó madrugar, y a las 5 de la mañana estábamos entrando al teatro, con los moños bien peinados y los nervios puestos. Lo peor siempre son los ensayos. De repente, te ves en el escenario, y el peso de ver el patio de butacas, todavía vacío, es muy grande. Nada sale tan bien como en clase, y quieres repetir, y repetir... pero las 11 de la mañana cada vez se acercan más, y hay muchas alumnas con muchos bailes por ensayar. Tienes un par de oportunidades... y gracias.

Este año, los nervios estaban más atacados que nunca. A todas se nos notaba en la cara. Apenas habíamos empezado, y ya estábamos deseando que acabara. Yo pensaba que no tenía sentido, puesto que este año hemos "currado" más que nunca, llevábamos todas las coreografías aprendidas al milímetro y marcadas casi a la perfección, con muchísimas horas de trabajo detrás... con esto, tendríamos que haber llegado con la tranquilidad del trabajo bien hecho. Pero supongo que esto mismo tiene su doble cara, y es una gran presión. No porque las profesoras nos exigieran unos buenos resultados, sino que es una cuestión personal. Por lo menos en mi caso, y me apuesto mi par de puntas a que a mis compañeras les pasaba exactamente lo mismo. En tu interior sabes cuánto esfuerzo te ha supuesto llegar ahí, y sabes que el fin de todo ello es hacer una buena representación. Hasta ahí, todo bien. Pero... ¿y si el destino decide fastidiarte? Entonces todo tu trabajo se esfuma en medio minuto. Y ese pensamiento no ayuda mucho, pero es tan difícil desecharlo, y los nervios son tan traicioneros...

Sea como sea, las horas pasan, y llega el momento de ponerse las medias nuevas, el maillot negro y reunirnos todas en el escenario, que ya tiene el telón cerrado. Y ahí todo cambia. Hayas hecho buenos o malos ensayos, de repente todo es euforia, una corriente de nervios que parece que se te escapan por las puntas de los dedos. Sabemos que la adrenalina nos va a mantener al 200% en las próximas horas. Y la cortina se abre y empieza a sonar la pieza con la que comenzamos todos los años (eso consigue que cada vez que escuchamos la sinfonía nº 41 "Júpiter" de Mozart nos traslademos mentalmente a ese escenario, con todas las emociones que eso conlleva) Y a partir de ahí, podríamos decir eso de "De perdidos, al río". El trabajo ya está hecho, y el momento ha llegado. Lo único que puedes hacer es disfrutarlo, porque pasa demasiado deprisa.


La primera aparición es bastante breve (y este año un poco "accidentada", porque las niñas chiquitillas se ve que se retrasaron un poco, y como las mayores salimos al final del número, tuvimos que terminar cuando la música ya se había acabado), y pasa casi sin darte cuenta. Así que, cuando volvemos tras el escenario, es cuando cunde el pánico: nuestra próxima aparición sobre el escenario será solas. Cada una bailaremos una variación, a la que hemos dedicado mucho tiempo, mientras todos los ojos del patio de butacas están sólo sobre cada una de nosotras. Te admirarán si lo clavas, pero también verán todos tus fallos. Sea como sea, el escenario entero te espera, ha llegado ese momento que deseas que llegue, a la vez que esperas que termine cuanto antes. ¿Qué hacer con todos esos sentimientos encontrados, tan contradictorios, viajando por tu mente a toda velocidad, recorriéndote como si chocaran unos contra otros? No hay tiempo para pensarlo, la música suena, y te lanzas. Lo mejor de todo es cuando eres consciente de que mientras bailas, lo haces con una sonrisa, y disfrutando de cada movimiento. Eso es lo bueno que queda. Con nervios y todo... creo que no fue del todo mal. Muchas cosas las habría hecho mucho mejor en una segunda intentona, pero siempre queda ese raro consuelo de que también podría haber sido peor. Aunque lo que ahora veo en el vídeo no es lo soñado, ni mucho menos, me puedo sentir orgullosa de haber dado todo lo que tenía en mi. Una vez me dijeron que "un esfuerzo total es una victoria completa". Así que ésta es la mía:


Y de momento, dejo otro vídeo, con la danza que corresponde a cada curso (para que nos entendamos, es uno de los "ejercicios" que cada curso prepara para sus exámenes). Es cortita y algo "light" para dar por terminado el primer fascículo de este festival. Que, como ya dije en su momento, es un tanto vergonzoso de enseñar, pero es de lo poco que tengo que ofrecer. Que, a su vez, ya es bastante.


miércoles, 17 de junio de 2009

Colorín colorado...

Cuando somos suficientemente pequeños, nos dormimos escuchando esos bonitos cuentos que nos hablan de princesas y príncipes poniéndose felizmente de perdices hasta las trancas, de malos que siempre salen perdiendo, y de pequeños contratiempos que se solucionan a golpe de varita mágica.

Esta magia es maravillosa, y es una gran alegría ver cómo vive en los niños. Más que nada, porque según nos vamos echando años a las espaldas, empezamos a ver (en demasiadas ocasiones) la cara sucia de la moneda. Y se nos ocurre ponernos a pensar en eso de que "los cuentos, cuentos son", y somos capaces de ver (aquí) a la princesa Jasmin inmersa en la guerra de Oriente Medio, a la Bella pasando por numerosas operaciones estéticas, o a Rapunzel sin su larguísima cabellera a causa de una grave enfermedad. ¿De verdad es esto lo que queremos? ¿No era todo mucho más bonito cuando eramos un poquito más inocentes? Tenemos tanto que aprender de los más pequeñajos...

viernes, 12 de junio de 2009

Pasando el informe

Me siento mal por tener el blog un tanto abandonado, con todas las horas que le he ido dedicando, para contarle penurias, grandes momentos y chorradas de muy diversa índole, sin obtener una mala seña por su parte.
Nunca me ha fallado, y en cambio yo lo he dejado tirado. Por eso he decidido hacer esta aparación estelar, porque es como cuando estás pasando unos días fuera de casa y llamas a tu madre para pasarle el informe de todo lo que ya has hecho y lo que estás planeando. No sabes por qué, pero sientes en el fondo de tus tripas que es lo correcto.
Yo esta semana he terminado del todo en el instituto, porque ya he recogido las notas y sólo tengo que volver para hacer la matrícula del curso que viene. Viendo el boletín, me merezco unas buenas vacaciones.
Además, he tenido que rechazar una bastante-buena oferta de trabajo para este fin de semana porque lo tengo... un tanto liado. Por fin, vuelve a llegar el festival de ballet que preparamos todos los años. Ya conté y reconté hace un año cómo de importante es este día para mi, y que lo disfruto como pocas cosas en esta vida. Pero ahora son los peores días, porque los nervios que te carcomen el estómago a veces dejan un poco sepultada esa ilusión. De momento, sé que mañana vamos a dedicar toda la mañana al último ensayo, y que el domingo a las 5 de la mañana estaremos todas en la puerta del teatro, esperando para poder empezar los ensayos en el escenario. fffffff.... No hay nervios, todo está en la mente, todo el trabajo está hecho, no hay nervios, nada puede fallar, fuera tensiones... fffffff.....
Ahora, que lo pienso: tengo que limpiar mis zapatillas, recoser bien los lazos para que no se me descosan a última hora, empezar a sacar del armario los maillots, medias... Y creo que con esto, de momento, ya le he pasado el informe de rigor a mi blog, ¿no? Bueno, es que sentía que se lo debía.

lunes, 8 de junio de 2009

Contra las ganas de nada... "Presto"

La verdad es que llevo varios días pensando en qué puedo escribir. Ahora que empiezo a tener más tiempo, no me gusta sentir que tengo esto abandonado. Pero ahora que dispongo de ratos libres, no tengo ganas. No sé si por unas cosas, o por otras, o por nada. Pero el caso es que no consigo animarme a comentar nada.
En cambio, voy a verme un vídeo (de entre tantos) que siempre me hace sonreír un poquito.


lunes, 1 de junio de 2009

Las vacaciones llegan entre rosas y patatas a la riojana

A ver, qué hora es... En la esquina de la pantalla el reloj marca las 18:08 (aunque no creo que termine de escribir y publicar hasta la noche jeje). ¿Ha fallado algo? Si yo a estas horas tendría que estar en el instituto. ¡Si no fuese porque estoy de vacaciones! Bueno, de momento, esto no es sinónimo de tener las tardes libres, porque ya tengo unos cuantos "deberes" con los que ocuparme, pero por algo se empieza. Aunque sólo sea por tener un ratito para volver al blog.
La semana pasada me tocó dar el empujón final al tema de los exámenes, y aunque todavía no tengo resultados, creo que me puedo dar por satisfecha. Aunque no tanto como me sentía mientras apagaba el ordenador o mientras bajaba la escalinata por última vez con libros y cuadernos en el bolso. Todavía tengo que ir a ver algunos exámenes, a por la notas, matrículas... pero eso es como un paseo.
Ha llegado todo de golpe: el calorcito, el rescate del atuendo veraniego, las tardes libres... y oye, me está sentando de maravilla. Y aunque todavía queden algunos asuntos "pululeando" sobre mi cabeza, eso de salir a la calle en manga corta y que me de el solecito, parece que lo hace todo más sencillo y agradable.
De momento, tenía pensado haberme pasado por aquí antes, pero al final el fin de semana me ha salido algo movidito. El sábado empezó como las anteriores semanas con el ensayo para el festival de ballet (que se acerca inexorablemente), y estuvo bastante bien, aunque nunca terminaré de acostumbrarme a ese calor pegajoso que nos inunda toda la mañana. Y por la tarde, estuve viendo un espectáculo que se supone que era de acrobacias con coches, derrapajes imposibles, pruebas super-hiper-arriesgadas... pero creo que voy a dejarlo en un "por lo menos fue un plan para pasar la tarde".
Y el domingo es cuando se montó la gorda. O la de la rosa. Vamos, la fiesta del PSOE en la feria de muestras. Yo sólo sabía que iba a haber discurso del Lehendakari y del Presidente, que todo iba a estar lleno de gente que, tras escucharles, iban a disfrutar de una comida popular y una especie de verbena. Bueno, y también sabía que yo tenía que llevar mi DNI, camisa blanca y pantalón y zapatos negros para servir las mesas. Lo primero que me llamó la atención fueron las escasas medidas de seguridad. Fuera de la feria había una tropa enorme de furgones, policía, seguridad... pero resulta que a mi ni me pidieron el DNI. Seguro que tiene una explicación lógica, pero yo todavía no la he encontrado. Bueno, tras reunir a todo el batallón de servicio y dividirlo por grupos, nos vamos todos hacia el pabellón. Y ahora llega el momento en que no sé cómo explicar la sensación de angustia al ver el percal: "¿Y tenemos que servir patatas a la riojana a toda esta gente?" No sé quién organizó el cotarro, pero lo felicito, porque no creo que fuese posible rentabilizar mejor hasta el último centímetro cuadrado. Con las mesas corridas de varios metros de longitud, tan pegadas entre ellas, las sillas y los vasos de plástico, las banderolas... eso parecía un campamento. Llegamos a ver el final del discurso de ZP, que tras soltar la gran-frase-de-acabar-discurso-por-todo-lo-alto, se vio (nos vimos) envuelto en nubes de humo y confetis, con los equipos de música a todo volumen, y rodeado por los gritos histéricos de todos los que estaban allí, agitando banderas y pancartas hasta el límite del dislocamiento de hombro. De repente, del campamento me había trasladado a la cabalgata de Reyes. Porque tampoco hay tanta diferencia entre unos chicuelos y unos jubilados enloquecidos por la visión de una comida popular, ni entre unas quinceañeras en estado de hormonación compulsiva antes de un concierto de Bisbal y esas señoras luchando por dar un par de besos a un político. Por lo menos, mientras esperábamos, pudimos disfrutar del curioso espectáculo. El resto es fácil de imaginar: las personalidades no comparten vajilla de plástico con sus fans, pero a éstos ya poco les importa, y sólo se preocupan por pedirte otro cacho de pan cuando todavía ni siquiera se había terminado de repartir al fondo de la mesa, o por protestar por la escasa cantidad de guisado, o porque no me dejan servir más patatas en cada plato, o por mostrarse incapaces de entender que no puedo servir a las mesas que no son de mi rango, por muy apretada que tenga que pasar junto a ellas. Curiosamente, hubo un hombre a quien le hubiese permitido mostrarme su mala cara, pero tuvo el detalle de no hacerlo. Supongo que entendió que si le tiré un vaso de tinto por la espalda, fue porque algún mamarracho medio toñado por el orujo no se había percatado todavía de que el espacio era reducido, y no sólo no me facilitaba el trabajo, sino que sin imnutarse me empujó la bandeja con la que iba recogiendo los vasos abandonados por las mesas. ¿A cambio de qué? De un buen cacho de pan que afané, un trozo y medio de tarta, y algunos euros que están por venir. Ah, y también la oportunidad de comprobar (para que nunca se nos olvide) que siempre nos va a tocar encontrarnos con gente dispuesta a tocarnos un poco la nariz, así que conviene armarse de paciencia, un poco de relajo, y una sonrisa tan grande como puedas forzarla.

domingo, 24 de mayo de 2009

Tiene logotipos el asunto

Hay que ver, cuántas cosas pasan por nuestras manos todos los días. Son tan corrientes que ni nos fijamos en ellas, como por ejemplo, la fregona. Que ahora casi todos sabemos ya que la inventó un español. Pero fuese de donde fuese, ¿nadie se ha preguntado nunca qué se le pasó a ese buen hombre por la cabeza para inventar algo tan "tonto" pero tan estupendo a la vez? Si es que no sabemos apreciar la mitad de las cosas que nos rodean.
Hoy en día, en plena carrera tecnológica (que pasa por delante de nuestras ancestrales narices casi sin darnos tiempo a verla), también pasamos por alto muchos avances que para nosotros son tan corrientes como esa fregona que tenemos en la cocina, pero que muchos de nuestros padres ni siquiera llegan a entender para qué sirven. A ver, que levante la mano el que nunca haya utilizado el buscador de Google. ¿Nadie? A ver, el del fondo... Ah, no... que sólo se está rascando la cabeza... Lo imaginaba.
Escribimos unas palabras en la cajita, y automáticamente parece que se nos soluciona la vida. Sirve para hacer trabajos de clase, para solucionar dudas existenciales, para pasar el rato... y para perder el tiempo también!! Madre mía, qué grande el tipo que creó Google (y qué forrado tiene que estar el hombretón), pero ¿por qué nadie ha creado una especie de tutorial al estilo "Cómo usar Google y no morir en el intento. Encuentra lo que de verdad necesitas"?
Hay varias veces que intento buscar alguna historia, una duda, algo que me interesa, ¡y no hay forma de encontrarlo! Porque no creo que hoy en día haya algún tema, lo que sea, que no aparezca en la red de redes que ya rodea todo el planeta. Y si, yo culpo a Mr.Google (por ponerle un nombre) de no encontrarlo por mi. Por ejemplo, me niego a pensar que es imposible encontrar una sola foto de una plancha de impresión de fototipia. Así que nos encontramos intentando escribir lo mismo de mil formas diferentes, a ver si suena la flauta cibernética, y damos con la fórmula mágica que nos sacará lo que buscamos. Muchas veces, sólo nos quedamos con las ganas.
Pero que no se me malinterprete, que Google es un gran invento. Yo ya no sé qué haría sin él. Y además, tiene un "algo" que me fascina, por encima de todo. Sus logotipos. Resulta que hay tipos que diseñan un logo para que tan sólo se exhiba durante 24 horas. Conmemoran todo tipo de celebraciones, días especiales que la mayoría de los mortales ni siquiera sabemos que existen. Y Mr.Google lo sabe por nosotros.


50º aniversario de las piezas de LEGO - 28 de enero de 2008






Año Nuevo - 1 de enero de 2007






Aniversario del nacimiento de Louis Braille - 4 de enero de 2006





Celebración del 7º cumpleaños de Google - Septiembre de 2005






Aniversario del nacimiento de Leonardo da Vinci - 15 de abril de 2005






50º aniversario del descubrimiento de la estructura del ADN - 25 de abril de 2003






Aniversario del nacimiento de Monet - 14 de noviembre de 2001

jueves, 21 de mayo de 2009

¿Un juego de niños?

Si esto fuese un diario, está claro que sería un fracaso... Casi dos semanas con el candado cerrado, aunque no del todo. Sí que suelo dedicar un rato de vez en cuando a visitar otros blogs, mis habituales, por eso de no quedarme descolgada. Pero eso de sentarse a teclear ya requiere de más tiempo, y de eso no he tenido demasiado.
Pero hoy me ha venido una tarde libre, así por sorpresa, como caída del cielo. Bueno, más bien como consecuencia de una huelga general que nos tiene a los vascos un poco trastocados. Yo no me quejo mucho, porque sufrir, lo que se dice sufrir, no la he sufrido literalmente. Sí que es verdad que hoy me han despertado los gritos de los piquetes que querían evitar que los autobuses saliesen de la estación, pero eso ha sido todo. Andaba con "miedito" por verme colgada en el metro, con esperas interminables, llegando tarde a todos lados... y me consta que a algunos les ha tocado. Pero se ve que hoy es mi día de suerte, y en los 3 viajes que he hecho no me ha tocado esperar más de 5 minutos. Así que tan sólo me queda la parte buena, que es la huelga en el instituto. Ayer nuestro tutor insistió en hacer una votación: "Huelga si - Huelga no". Yo sigo pensando que eso era cosa suya, que era él el que tenía que decir si secundaba la huelga de trabajadores o no. Pero el caso es que se hizo la votación, y por 5 votos a 3, hoy no hemos ido a clase.
Y eso está bien, porque ayer mismo me quité de encima el examen que me traía más de cabeza, y hoy me puedo permitir tomarme la tarde de relax. Bueno, más o menos. Porque siempre tiene que salir algo para "j**** la marrana", hablando en plata. Y mira qué raro, que esto me llega de mano de los médicos.
¿Alguien recuerda una especie de juego infantil en el que, cuando alguien soltaba un eructo, ese mismo tenía que tocar a alguien diciendo "bocio", como si le pegase una enfermedad? Para evitarlo, los demás tenían que "vacunarse" con el dedo pulgar en la frente. Yo recuerdo que eso triunfaba en las excursiones de clase y sus viajes en autobús. Y también me acuerdo de que yo ni siquiera imaginaba que eso del bocio existiese de verdad. Y en ese caso, sería una enfermedad un tanto rara que te hacía eructar y eructar sin control. Pues no, resulta que de trata de un nódulo en la glándula tiroides. Y yo lo tengo. A nadie le gusta tener bultos por ahí sueltos, pero bueno, intentaré no preocuparme, porque todavía tengo que hacerme una ecografía y probablemente se quede en nada. Ains, aunque ha sido escuchar la palabra punción... pfffff. A ver lo que pasa.
Así que eso es todo lo que te tenía que contar hoy, querido diario. Ay no, si ya habíamos quedado en que esto no era un diario. Bueno, sea lo que sea, escrito queda.

domingo, 10 de mayo de 2009

Remember

Uy, ¡pero qué tarde se me ha hecho! Pasas unos días sin fijarte mucho en el calendario, y para cuando te quieres dar cuenta ya tienes el verano encima, los exámenes están a la vuelta de la esquina y poco a poco, todo se empieza a acabar. Y un día te reúnes con las amigas de toda la vida alrededor de una mesa de una cafetería irlandesa, con una gran familia berreando de fondo en un karaoke, y te das cuenta de que hasta los largos años han pasado en un suspiro.
Desde donde estamos, todo el futuro lo vemos muy lejos, incluso el fin de semana que viene. Pero todo cambia cuando vuelves a echar un vistazo a lo que llevas a la espalda. A veces eso nos hace sentir mayores, y casi hasta nos deprime, pero no ayer. Yo fui feliz. Nos reímos mucho cantando esas míticas canciones que no oíamos hace años, pero de las que todavía recordamos las letras, y fue emocionante irnos acordando de esas series y dibujos animados que nos marcaron (está claro que muy fuerte) en esos años mozos.
Pero sin duda lo mejor del día de ayer fue ver que, a pesar de mis despistes temporales, la gente de siempre sigue ahí, y no sé por qué, pero sé que pasarán otros 20 años y seguiremos recordando de la misma forma. Y juntas. No me sentí mayor, sino afortunada, y más joven que nunca.
















viernes, 8 de mayo de 2009

Entiéndame, por favor

Quiero desahogarme y no sé cómo. Intento que la gente me entienda y me comprenda, aunque sea un poco, pero no lo consigo. Y mucho menos, espero esa típica muestra de cariño que tan bien nos vendría a veces.
Una de las cosas más terribles, para mi, que te puede pasar es sentirte incomprendida. Andas buscando las palabras mágicas que te ayuden, pero no las encuentras. Porque lo "curioso" es que yo no tengo un problema que me inquiete, sino que mi problema es esa gente que me rodea y con la que siento que no puedo hablar, aunque sea del tema más tonto de entre los tontos.
Así que acabo decidiendo que éste es un buen sitio para desfogarme a gusto, pero me topo con lo mismo. Sigo sin las palabras adecuadas.
Y he llegado a la conclusión de que, entonces, no tiene mucho sentido seguir dándole vueltas y más vueltas. Por lo menos, me puedo alegrar de que esto sea un sentimiento que tan sólo brota de manera puntual. Aunque tal vez en los últimos días lo está haciendo más a menudo de lo que yo quisiera.
Ojalá quienes me rodean, aunque no me entiendan, "colaboren" para hacer que esto que no sé explicar con palabras sea tan sólo un recuerdo pasado.

miércoles, 29 de abril de 2009

otro Dia Internacional de la Danza


Han pasado ya 365 días desde que escribí mi primera y (hasta hoy) única entrada dedicada al Día Internacional de la Danza. La he vuelto a releer, y me he dado cuenta de que es una faena, porque no puedo dejar pasar esta fecha ni un año, pero estoy condenada a volver a escribir lo mismo una y otra vez. Porque así sería: un año más tarde puedo enorgullecerme de seguir viviendo esta pasión con la misma intensidad y dedicación. O mayor, si cabe.
Yo sigo celebrándolo a diario en mis clases, con trabajo, esfuerzo y mucha ilusión por mejorar día a día. Hoy, por supuesto, he vuelto a enfundarme mi maillot y mis puntas, y lo seguiré haciendo por mucho tiempo. Eso nunca lo he dudado. Ni siquiera cuando la que escribe, suscribe y baila tiene un cuádriceps tan sobrecargado que tiene que bajar las escaleras a saltitos, y dos oscuros moratones en sendas rodillas. Hoy me han preguntado si me había caído, y yo he respondido: "Yo sólo he bailado. Y estas son las heridas de guerra".
De todas formas, hoy nos hemos permitido el "lujo" (con nuestra profesora incluída) de perder una horita de clase a cambio de una "salida cultural". Porque es genial ver que, aunque sea mínimamente, el mundo de la danza empieza a movilizarse y a hacerse un huequito en la sociedad. Así que hemos vuelto a la plaza del Arriaga, donde hace una semana ejercimos de bailarinas gamberras, para ver la Muestra de Coreografías Cortas que ha organizado la Asociación de Profesionales de la Danza del País Vasco. Hemos visto de todo: contemporáneo, jazz, danza clásica, flamenco, danza egipcia... Porque en la variedad está la riqueza de este mundo.
Jo, que poética me ha quedado esta última frase, ¿no? Es lo suyo, soltar la frase adecuada en el momento adecuado. Igual que cuando le arriman el micrófono al actor que acaba de ver cómo se le escapa el Oscar, y con una sonrisa de oreja a oreja, nada forzada, afirma que "todos nos lo merecíamos y me alegro mucho por el ganador". Qué bonito... y qué falso. Como si yo ahora hablo de lo importante de abrir la mente a otras modalidades de danza, porque de todas hay algo que sacar y aprender.
Pero hay que ser sincera, y tal vez yo sea un poco cerrada de miras, pero tras ver hoy una coreografía que, según el programa, corresponde a un estilo que yo nunca había oído, el butoh, debo admitir que no soy imparcial, y que no todas las danzas me parecen iguales. He encontrado este vídeo, pero lo que yo he visto ha sido a una tía sujetando un racimo de uvas en una mano, que ha empezado tumbada en el suelo, con una "música" terrible, y lo único que ha hecho en 10 minutos ha sido levantarse lentamente (tanto que a veces dudaba de que se estuviese moviendo algo) para volver a tumbarse y acabar tirando unas uvas al público y metiéndose el resto del racimo en los vaqueros. Lo siento, pero yo no lo entiendo. Admito que también tiene su trabajo detrás... pero no me transmite nada, no me ha resultado agradable...
Es un tanto curioso que elija este día para ponerme a criticar (constructivamente...) un estilo de danza, ya que quedaría mucho mejor que solo ensalzase las divinidades del baile. Sobre todas las cosas. Pero mostrar estos "puntos oscuros" lo hacen más real y sincero. Igual que aceptar los errores y punto flacos nos hace más grandes y fuertes. No, no veo cualquier danza con los mismo ojos. Y esto es lo que me hace apreciar y disfrutar más de esta pasión. Igual que ha sido hasta hoy. Igual que lo será siempre.

domingo, 26 de abril de 2009

Typical American

No soy una experta en cine, pero creo que no hace falta ser una eminencia en esto del séptimo arte para reconocer a la legua un gran bodrio. Así, y haciendo un gran favor a quien lea esto... no malgastéis vuestro maravilloso tiempo viendo una nueva película, de esas con un buen trailer que te hace pensar "esto lo tengo que ver", pero que acaba con un "¿qué puñetas les pasa a estos americanos? ¿Hay una ley que les obliga a cerrar casi todas sus películas de la misma forma cochambrosa? ¿O es que, además de la crisis mundial, también sufren una crisis de creatividad?"
Hacía mucho que no nos pegábamos la típica sesión de cine para una tarde de domingo lluviosa, así que hemos echado mano de "Señales del futuro" para recuperar una tradición tan bonita. Y en buena hora. La cosa empieza interesante, curiosa... y en la última media hora no puedes borrar el gesto extraño de tu boca. Por si acaso, no voy a desvelar nada pero, para que os hagáis una idea, esperábamos que en cualquier momento apareciese Will Smith al estilo "Men In Black" para anunciar que Godzilla va a llegar a merendarse a todos los newyorkinos mientras ET intenta atentar contra la Casa Blanca. Para solucionarlo, todos deberán ponerse unos divinos gorritos de papel de aluminio.
Tampoco es que crea que hemos malgastado esas 2 horas de nuestras maravillosas vidas, ya que, por lo menos, nos hemos reído un rato. Teniendo en cuenta que (se supone que) es una de acción-suspense... no sé qué conclusión sacar. Bueno, una muy clara sí: menos mal que no hemos pagado ni un sólo chavo por verla. Eso si que hubiese sido para echarse a llorar.

jueves, 23 de abril de 2009

Al final... Wazemank

Situación: Te plantas en mitad de una de las zonas más transitadas de tu ciudad, con una especie de disfraz nada discreto, y te pones a hacer el mamarracho. Además, no estás solo, sino que tienes a tu alrededor a otras 11 personas en tu misma situación. Vamos, algo parecido a un rebaño de cabras con collares de flores paseando por La 5ª Avenida. Pues chico, normal que la gente se pare, saque un móvil ultrasónico que sirve para todo menos para hacer llamadas de teléfono, y se ponga a grabar la escena, ¿no?
Pero lo mejor es que hay más gente grabando. Y éstos llevan un buen equipo, con una cámara decente con trípode y todo, y te andan indicando dónde colocarte para no salirte del plano, te dan la señal para que empieces a moverte, y al final te prometen que te avisarán para decirte cuándo se va a emitir.
Pues no sé si es fácil imaginarlo, pero yo lo viví en mis propias carnes ayer mismo: grabé una pequeñita colaboración para un sketch que se verá en la televisión pública vasca. Ale.
Hace cosa de un mes, nada más llegar a mi clase de ballet se me acerca una compañera y me pregunta: "¿Te gustaría participar en un sketch de "Vaya Semanita?" Seguro que os suena, aunque no frecuentéis las tierras vascas, ya que suele ser muy recurrido en los programas de zapping. Por supuesto, mi respuesta es que si, si, y mil veces si. Aunque ya sabemos que va a ser cosa de unos 10 segunditos de nada, y que, por no variar, no vamos a oler ni un sólo euro, yo me me emociono con poquita cosa y me apunto a un bombardeo. La idea era grabar una pequeña coreografía, sencilla a más no poder, en la plaza del Teatro Arriaga, ataviadas todas con largos vestidos de ballet de color blanco y coronitas brillantes, para que luego la producción del programa nos incluyese como "fondo" en una escena del programa. Bueno, probablemente no se nos verá ni un pelo del moño, pero suena divertido.

Como siempre, lo mejor de estas cosas es vivir la experiencia. Y mira que yo soy vergonzosa, pero lo de ayer fueron de esos "nervios" que te gusta sentir. Por un lado, te gustaría hacerte invisible, pero por otro... es realmente divertido ir metida en un coche con otros tres repollos blancos (uno de ellos al volante), enterradas todas nosotras entre tules, y riéndonos sólo de imaginar que nos parase algún policía. Una vez que llegamos al parking del Arenal, la cosa no cambió mucho: sin ni siquiera llegar a la calle, los coches nos pitaban por el garaje, y el guarda nos soltó algún vacile aderezado con un típico "que chicas más guapas". Bueno, supongo que no todos los días se cruza con unas locas paseándose entre coches con zapatillas de ballet. Ya en la plaza del Arriaga, por fin llegan los responsables del programa. Y a estas alturas de la película, nos enteramos que la grabación no es para Vaya Semanita, sino para otro programa de humor de la ETB1 llamado Wazemank. Resulta que los muchachos que teníamos plantados delante están recorriendo diferentes puntos del País Vasco para marcarse un baile con sus gentes autóctonas. Por "baile", por supuesto, entenderemos hacer el chorra al más puro estilo Travolta alcoholizado. Así que, de repente, las pocas ideas que teníamos en mente se desdibujaron, para dejar paso a una situación un poco más surrealista. Sí que hicimos la coreografía que habíamos montado, pero con los 6 muchachos plantados por ahí en medio, marcándose su meneíto particular mientras nosotras les intentábamos esquivar con nuestros courus y sin desmerecer nuestros port de bras. Luego, nos pidieron una pequeña improvisación: entrar en la escena desde los extremos, como si de un escenario se tratase, extendernos por todo el plano, alrededor de ellos... y copiar su estilo. Vamos, que de repente, cualquier persona que regresase a comer a su casa, fuese al mercado de la Ribera, o sencillamente, no tenía nada mejor que hacer, pudo ver a un grupo de 12 bailarinas que más bien podrían representar "La charca de los Gansos" antes que el conocido "Lago de los Cisnes". Bueno, por lo menos así nos olvidamos por un momento de que, a pesar de que hacía solecito, hacía bastante frío como para quedarse en tirantes en mitad de la calle. Luego, todo acabó con un "muchas gracias, os diremos cuándo saldrá" y p'a casa. Bueno, aprovechamos que las vergüenzas nos las habíamos dejado ya un poco atrás y aprovechamos para hacernos unas cuantas fotos con la ría de fondo, en el paseo del Arenal... además de todas las que debemos de tener repartidas entre varios móviles anónimos (normal que la gente se parase a sacar fotos...)
¿Cómo nos va a molestar que no nos paguen, si a cambio tenemos la oportunidad de pasar un rato estupendo? A todos nos gusta tener una buena excusa para dejarnos llevar y hacer el tonto. Si además te prometen (que ya lo veremos) que nos van a pasar la prueba del delito, el documento gráfico, osease, el vídeo, del momento de locura... ¿qué más podemos pedir?
Que no sea la última vez.