domingo, 24 de mayo de 2009

Tiene logotipos el asunto

Hay que ver, cuántas cosas pasan por nuestras manos todos los días. Son tan corrientes que ni nos fijamos en ellas, como por ejemplo, la fregona. Que ahora casi todos sabemos ya que la inventó un español. Pero fuese de donde fuese, ¿nadie se ha preguntado nunca qué se le pasó a ese buen hombre por la cabeza para inventar algo tan "tonto" pero tan estupendo a la vez? Si es que no sabemos apreciar la mitad de las cosas que nos rodean.
Hoy en día, en plena carrera tecnológica (que pasa por delante de nuestras ancestrales narices casi sin darnos tiempo a verla), también pasamos por alto muchos avances que para nosotros son tan corrientes como esa fregona que tenemos en la cocina, pero que muchos de nuestros padres ni siquiera llegan a entender para qué sirven. A ver, que levante la mano el que nunca haya utilizado el buscador de Google. ¿Nadie? A ver, el del fondo... Ah, no... que sólo se está rascando la cabeza... Lo imaginaba.
Escribimos unas palabras en la cajita, y automáticamente parece que se nos soluciona la vida. Sirve para hacer trabajos de clase, para solucionar dudas existenciales, para pasar el rato... y para perder el tiempo también!! Madre mía, qué grande el tipo que creó Google (y qué forrado tiene que estar el hombretón), pero ¿por qué nadie ha creado una especie de tutorial al estilo "Cómo usar Google y no morir en el intento. Encuentra lo que de verdad necesitas"?
Hay varias veces que intento buscar alguna historia, una duda, algo que me interesa, ¡y no hay forma de encontrarlo! Porque no creo que hoy en día haya algún tema, lo que sea, que no aparezca en la red de redes que ya rodea todo el planeta. Y si, yo culpo a Mr.Google (por ponerle un nombre) de no encontrarlo por mi. Por ejemplo, me niego a pensar que es imposible encontrar una sola foto de una plancha de impresión de fototipia. Así que nos encontramos intentando escribir lo mismo de mil formas diferentes, a ver si suena la flauta cibernética, y damos con la fórmula mágica que nos sacará lo que buscamos. Muchas veces, sólo nos quedamos con las ganas.
Pero que no se me malinterprete, que Google es un gran invento. Yo ya no sé qué haría sin él. Y además, tiene un "algo" que me fascina, por encima de todo. Sus logotipos. Resulta que hay tipos que diseñan un logo para que tan sólo se exhiba durante 24 horas. Conmemoran todo tipo de celebraciones, días especiales que la mayoría de los mortales ni siquiera sabemos que existen. Y Mr.Google lo sabe por nosotros.


50º aniversario de las piezas de LEGO - 28 de enero de 2008






Año Nuevo - 1 de enero de 2007






Aniversario del nacimiento de Louis Braille - 4 de enero de 2006





Celebración del 7º cumpleaños de Google - Septiembre de 2005






Aniversario del nacimiento de Leonardo da Vinci - 15 de abril de 2005






50º aniversario del descubrimiento de la estructura del ADN - 25 de abril de 2003






Aniversario del nacimiento de Monet - 14 de noviembre de 2001

jueves, 21 de mayo de 2009

¿Un juego de niños?

Si esto fuese un diario, está claro que sería un fracaso... Casi dos semanas con el candado cerrado, aunque no del todo. Sí que suelo dedicar un rato de vez en cuando a visitar otros blogs, mis habituales, por eso de no quedarme descolgada. Pero eso de sentarse a teclear ya requiere de más tiempo, y de eso no he tenido demasiado.
Pero hoy me ha venido una tarde libre, así por sorpresa, como caída del cielo. Bueno, más bien como consecuencia de una huelga general que nos tiene a los vascos un poco trastocados. Yo no me quejo mucho, porque sufrir, lo que se dice sufrir, no la he sufrido literalmente. Sí que es verdad que hoy me han despertado los gritos de los piquetes que querían evitar que los autobuses saliesen de la estación, pero eso ha sido todo. Andaba con "miedito" por verme colgada en el metro, con esperas interminables, llegando tarde a todos lados... y me consta que a algunos les ha tocado. Pero se ve que hoy es mi día de suerte, y en los 3 viajes que he hecho no me ha tocado esperar más de 5 minutos. Así que tan sólo me queda la parte buena, que es la huelga en el instituto. Ayer nuestro tutor insistió en hacer una votación: "Huelga si - Huelga no". Yo sigo pensando que eso era cosa suya, que era él el que tenía que decir si secundaba la huelga de trabajadores o no. Pero el caso es que se hizo la votación, y por 5 votos a 3, hoy no hemos ido a clase.
Y eso está bien, porque ayer mismo me quité de encima el examen que me traía más de cabeza, y hoy me puedo permitir tomarme la tarde de relax. Bueno, más o menos. Porque siempre tiene que salir algo para "j**** la marrana", hablando en plata. Y mira qué raro, que esto me llega de mano de los médicos.
¿Alguien recuerda una especie de juego infantil en el que, cuando alguien soltaba un eructo, ese mismo tenía que tocar a alguien diciendo "bocio", como si le pegase una enfermedad? Para evitarlo, los demás tenían que "vacunarse" con el dedo pulgar en la frente. Yo recuerdo que eso triunfaba en las excursiones de clase y sus viajes en autobús. Y también me acuerdo de que yo ni siquiera imaginaba que eso del bocio existiese de verdad. Y en ese caso, sería una enfermedad un tanto rara que te hacía eructar y eructar sin control. Pues no, resulta que de trata de un nódulo en la glándula tiroides. Y yo lo tengo. A nadie le gusta tener bultos por ahí sueltos, pero bueno, intentaré no preocuparme, porque todavía tengo que hacerme una ecografía y probablemente se quede en nada. Ains, aunque ha sido escuchar la palabra punción... pfffff. A ver lo que pasa.
Así que eso es todo lo que te tenía que contar hoy, querido diario. Ay no, si ya habíamos quedado en que esto no era un diario. Bueno, sea lo que sea, escrito queda.

domingo, 10 de mayo de 2009

Remember

Uy, ¡pero qué tarde se me ha hecho! Pasas unos días sin fijarte mucho en el calendario, y para cuando te quieres dar cuenta ya tienes el verano encima, los exámenes están a la vuelta de la esquina y poco a poco, todo se empieza a acabar. Y un día te reúnes con las amigas de toda la vida alrededor de una mesa de una cafetería irlandesa, con una gran familia berreando de fondo en un karaoke, y te das cuenta de que hasta los largos años han pasado en un suspiro.
Desde donde estamos, todo el futuro lo vemos muy lejos, incluso el fin de semana que viene. Pero todo cambia cuando vuelves a echar un vistazo a lo que llevas a la espalda. A veces eso nos hace sentir mayores, y casi hasta nos deprime, pero no ayer. Yo fui feliz. Nos reímos mucho cantando esas míticas canciones que no oíamos hace años, pero de las que todavía recordamos las letras, y fue emocionante irnos acordando de esas series y dibujos animados que nos marcaron (está claro que muy fuerte) en esos años mozos.
Pero sin duda lo mejor del día de ayer fue ver que, a pesar de mis despistes temporales, la gente de siempre sigue ahí, y no sé por qué, pero sé que pasarán otros 20 años y seguiremos recordando de la misma forma. Y juntas. No me sentí mayor, sino afortunada, y más joven que nunca.
















viernes, 8 de mayo de 2009

Entiéndame, por favor

Quiero desahogarme y no sé cómo. Intento que la gente me entienda y me comprenda, aunque sea un poco, pero no lo consigo. Y mucho menos, espero esa típica muestra de cariño que tan bien nos vendría a veces.
Una de las cosas más terribles, para mi, que te puede pasar es sentirte incomprendida. Andas buscando las palabras mágicas que te ayuden, pero no las encuentras. Porque lo "curioso" es que yo no tengo un problema que me inquiete, sino que mi problema es esa gente que me rodea y con la que siento que no puedo hablar, aunque sea del tema más tonto de entre los tontos.
Así que acabo decidiendo que éste es un buen sitio para desfogarme a gusto, pero me topo con lo mismo. Sigo sin las palabras adecuadas.
Y he llegado a la conclusión de que, entonces, no tiene mucho sentido seguir dándole vueltas y más vueltas. Por lo menos, me puedo alegrar de que esto sea un sentimiento que tan sólo brota de manera puntual. Aunque tal vez en los últimos días lo está haciendo más a menudo de lo que yo quisiera.
Ojalá quienes me rodean, aunque no me entiendan, "colaboren" para hacer que esto que no sé explicar con palabras sea tan sólo un recuerdo pasado.