viernes, 3 de julio de 2009

Punto y a parte

Hoy lo he vuelto a hacer, otra vez soltando el mismo discurso. Hasta he llegado a plantearme la posibilidad de prepararme un kit-anti-caras-raras, que constaría de una grabadora (o un reproductor MP3, que para eso soy una chica moderna) con todo mi rollo bien explicadito, los resultados del análisis de sangre y un montón de ecografías.
Si, he adelgazado bastante. Ala, ya lo he dicho. ¿Y qué? ¿Acaso por eso tengo que aguantar que la gente, la mayoría conocidos a los que apenas veo y que no me conocen ni de lejos, me miren con cara de pena, como pensando "pobrecita enfermita"? ¿Qué se supone que tengo que contestar cuando me dicen: "Uy, cuánto has adelgazado"? ¡No me digas! Y yo que no me había dado cuenta... He tenido que arreglarme un montón de pantalones para poder ponérmelos, pero si no llega a ser por tu comentario...
Vamos a darle la vuelta al tema: ¿que pasa con los gorditos? Está muy mal visto meterse con ellos, hacer comentarios inoportunos... Y a nadie se le pasa por la cabeza preguntarles si se controlan el colesterol, ni les cuestionan sus hábitos alimentarios en mitad de la calle, ni les miran como pensando "pobrecito, qué mal está..."
Que quede clarinete: Si, como de todo y muy bien. Y no, no estoy enferma. Pero si que estoy muy cansada. De la gente. ¿Acaso se creen con derecho a todo? ¿Por qué no, antes de hacerme preguntas sobre mi vida, te miras a ti un poquito? Mis análisis de sangre dicen que estoy sana y yo me encuentro muy bien. Seguro que más de la mitad de la gente que me mira raro no podría decir lo mismo. Yo no voy por ahí diciendo: "Oye, cómo has engordado", "Uy, qué mala cara tienes", "Esa ropa que llevas no combina para nada, pareces un payaso", "Ese grano que te ha salido en la frente es terrible". Entonces, ¿por qué a mi me toca escuchar tantas tonterías que no me ayudan para nada?
Yo no he buscado adelgazar, simplemente, es algo que ha pasado. Tampoco es que me haya quedado famélica, porque más me parezco a un gimnasta: soy todo músculo, sin grasas, aunque eso suponga, por ejemplo, que se me marquen mucho las venas de los brazos, como a los culturistas (pero salvando las diferencias). Fui a la endocrina, para descartar cualquier posible problema de tiroides. Tengo las hormonas en orden, pero me encontraron un quiste paratiroideo. En un principio pensaron que era bocio pero, gracias a Dios, era un quiste benigno y todo líquido. Me hicieron una punción en el cuello para vaciarlo, y así cambié mi "alien" de casi 4 centímetros por una jeringuilla con 20 centímetros cúbicos de líquido. Ahí es nada. Desde la primera consulta médica hasta que he terminado con todas las pruebas ha pasado más de un mes. Muchos días de nervios, de incertidumbres... que se sumaban a las preocupaciones cotidianas que todos tenemos.
Pero es que lo peor de todo ha venido de la mano de todas esas miradas y comentarios, que tan mal me lo han hecho pasar. Cuánto nos hacen sufrir los demás, aunque sea sin malas intenciones... Por no pasar por lo mismo una y otra vez, a veces he intentado esquivar quedadas, o he elegido la ropa estratégicamente para ir un poquito más tapada. Todo esto me ha hecho pasar días complicados, no me he sentido bien, y creo que incluso ha sido la causa de dejar abandonado el blog. Sencillamente, no tenía humor, y todos mis días giraban en torno al dichoso tema. Y me he llegado a sentir en un círculo vicioso, en el que los demás me agobiaban, yo estaba nerviosa y angustiada, y ya se sabe que todo lo que pasa por la cabeza también quema energías. Así no hay quien engorde, hombre.
Así que aquí me planto, para dejar por escrito mi propósito, que he intentado empezar a poner en práctica: no me va a importar lo que me digan ni cómo me miren, porque yo sé que no tengo por qué preocuparme; voy a recuperar toda mi ropa veraniega, para lucir sin preocupaciones mi cuerpo libre de grasas y mi vientre plano; voy a seguir comiendo lo que me apetezca, cuando me apetezca y sin sentirme obligada por las miradas inquisidoras; no voy a obsesionarme, sino que voy a relajarme y cada mañana me repetiré delante del espejo que me siento bien. Es mi cuerpo, y me gusta. Me gusta así, y me gustará cuando vuelvan los kilos. Porque volverán. Cuando yo haya vuelto a ser la de antes, y no al revés.

3 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

A mí me pasa con la calvicie y con un poquitin de tripa... estoy en mi peso ideal, desde siempre, pero no hago lo que debiera y en lugar de tener abdominales tengo una ligera, eso sí, ligera curvatura... Y digo yo lo mismo que tú ¿se habrán mirado ellos?

Bayadère dijo...

Es una pena que tanta gente no sea capaz de ver un poco más allá, y se queden sólo en la fachada. Sobre todo teniendo en cuenta que quien más habla, suele ser quien más tendría que callar. Qué "gracia", no?
Un brindis por estos 2 sanotes!!!

Gratistotal dijo...

a ti lo único que te hace falta es que yo te haga una foto en mi blog y te ponga como ejemplo de chica mona y estilosa...coño cuanta envidia!!