domingo, 21 de junio de 2009

Vuelta a los escenarios (I)

Hace más o menos un año... pasé varias horas subiendo vídeos (más o menos vergonzosos) de una servidora en su festival de ballet de fin de año, e intentando explicar lo que éste día significa para mi.

Hace una semana... estaba ya descansando, tras un agotador aunque estupendo nuevo festival. Esta vez nos tocó madrugar, y a las 5 de la mañana estábamos entrando al teatro, con los moños bien peinados y los nervios puestos. Lo peor siempre son los ensayos. De repente, te ves en el escenario, y el peso de ver el patio de butacas, todavía vacío, es muy grande. Nada sale tan bien como en clase, y quieres repetir, y repetir... pero las 11 de la mañana cada vez se acercan más, y hay muchas alumnas con muchos bailes por ensayar. Tienes un par de oportunidades... y gracias.

Este año, los nervios estaban más atacados que nunca. A todas se nos notaba en la cara. Apenas habíamos empezado, y ya estábamos deseando que acabara. Yo pensaba que no tenía sentido, puesto que este año hemos "currado" más que nunca, llevábamos todas las coreografías aprendidas al milímetro y marcadas casi a la perfección, con muchísimas horas de trabajo detrás... con esto, tendríamos que haber llegado con la tranquilidad del trabajo bien hecho. Pero supongo que esto mismo tiene su doble cara, y es una gran presión. No porque las profesoras nos exigieran unos buenos resultados, sino que es una cuestión personal. Por lo menos en mi caso, y me apuesto mi par de puntas a que a mis compañeras les pasaba exactamente lo mismo. En tu interior sabes cuánto esfuerzo te ha supuesto llegar ahí, y sabes que el fin de todo ello es hacer una buena representación. Hasta ahí, todo bien. Pero... ¿y si el destino decide fastidiarte? Entonces todo tu trabajo se esfuma en medio minuto. Y ese pensamiento no ayuda mucho, pero es tan difícil desecharlo, y los nervios son tan traicioneros...

Sea como sea, las horas pasan, y llega el momento de ponerse las medias nuevas, el maillot negro y reunirnos todas en el escenario, que ya tiene el telón cerrado. Y ahí todo cambia. Hayas hecho buenos o malos ensayos, de repente todo es euforia, una corriente de nervios que parece que se te escapan por las puntas de los dedos. Sabemos que la adrenalina nos va a mantener al 200% en las próximas horas. Y la cortina se abre y empieza a sonar la pieza con la que comenzamos todos los años (eso consigue que cada vez que escuchamos la sinfonía nº 41 "Júpiter" de Mozart nos traslademos mentalmente a ese escenario, con todas las emociones que eso conlleva) Y a partir de ahí, podríamos decir eso de "De perdidos, al río". El trabajo ya está hecho, y el momento ha llegado. Lo único que puedes hacer es disfrutarlo, porque pasa demasiado deprisa.


La primera aparición es bastante breve (y este año un poco "accidentada", porque las niñas chiquitillas se ve que se retrasaron un poco, y como las mayores salimos al final del número, tuvimos que terminar cuando la música ya se había acabado), y pasa casi sin darte cuenta. Así que, cuando volvemos tras el escenario, es cuando cunde el pánico: nuestra próxima aparición sobre el escenario será solas. Cada una bailaremos una variación, a la que hemos dedicado mucho tiempo, mientras todos los ojos del patio de butacas están sólo sobre cada una de nosotras. Te admirarán si lo clavas, pero también verán todos tus fallos. Sea como sea, el escenario entero te espera, ha llegado ese momento que deseas que llegue, a la vez que esperas que termine cuanto antes. ¿Qué hacer con todos esos sentimientos encontrados, tan contradictorios, viajando por tu mente a toda velocidad, recorriéndote como si chocaran unos contra otros? No hay tiempo para pensarlo, la música suena, y te lanzas. Lo mejor de todo es cuando eres consciente de que mientras bailas, lo haces con una sonrisa, y disfrutando de cada movimiento. Eso es lo bueno que queda. Con nervios y todo... creo que no fue del todo mal. Muchas cosas las habría hecho mucho mejor en una segunda intentona, pero siempre queda ese raro consuelo de que también podría haber sido peor. Aunque lo que ahora veo en el vídeo no es lo soñado, ni mucho menos, me puedo sentir orgullosa de haber dado todo lo que tenía en mi. Una vez me dijeron que "un esfuerzo total es una victoria completa". Así que ésta es la mía:


Y de momento, dejo otro vídeo, con la danza que corresponde a cada curso (para que nos entendamos, es uno de los "ejercicios" que cada curso prepara para sus exámenes). Es cortita y algo "light" para dar por terminado el primer fascículo de este festival. Que, como ya dije en su momento, es un tanto vergonzoso de enseñar, pero es de lo poco que tengo que ofrecer. Que, a su vez, ya es bastante.


5 comentarios:

Falete dijo...

exactamente, hay que disfrutarlo lo más posible porque el salto al escenario es como aquella flor que cultivó tantos años el vecino de Daniel el travieso y que se marchitó antes de que nadie pudiera verla... tienes que dejarte ver, así que SIGUE grabándote guapa!

Falete dijo...

un momento un momento un momento... la bailarina solitaria del segundo video eres tu??? jajajajaja q buenooo y q personajee

Bayadère dijo...

La bailarina solitaria?? jajaja Pues si, ésa soy yo. Y vale que no soy una gran bailarina, pero eso de "personaje"... no suena un poquito mal?

Falete dijo...

no nooo personaje se suele decir pa decir, ''mira que bicho'', q eso queda muy cariñoso :p
anda wapa, q talento y q valiente para salir ahi sola!!
besoss soleteee

Falete dijo...

no paro de ver esa actuación tuya... qué elegancia!! y la música perfecta. gracias por recrearte con mi entrada! me complace mucho que estés al tanto de lo que está pasando con UPD. realmente, me llevé una gran sorpresa con su escaño por Álava, pero eso, lejos de ser una esperanza, es un tope que nuestra sociedad se marca: es IMPOSIBLE que los alaveses den mucho más apoyo a Rosa Díez. Hay tanto hooligan que no pasarán de ese escaño.
En cuanto a la danza,está claro lo que dices: si hubiera menos fútbol y más baile, nos aficionaríamos más al baile. Cuando salió Mira quién baila en TVE, pegó unos subidones de audiencia...... (sobre todo mi madre, que como muchas madres ''quiso ser bailarina de joven''... en fin)
besotes. Y again, qué baile más espectacular te has marcado.