martes, 14 de julio de 2009

De vacaciones con esos hombres que no amaban a las mujeres

La última vez llegué con un puñado de buenas intenciones. Aunque se ve que, a veces, no vale con eso, y no voy a forzarme a ir escribiendo, y escribiendo... si el cuerpo no me lo pide. Puede que necesite darme un respiro.
Y no es que esta sea la razón principal, pero me van a venir genial unas vacaciones, que parece ser que empezarán este viernes. Me voy una semanita a Castellón, y dejaré bien atrás el norte peninsular y todo lo que tengo por aquí. La desconexión está en marcha. No me puedo quejar, ya que este año iba a quedarme sin vacaciones: el "pariento" lleva casi un año buscando ofertas de trabajo que nunca llegan, y no era buen momento para meterse en grandes gastos. Pero a veces pasa que llamas a una tía tuya que vive en Castellón para felicitarle el cumpleaños, ella te pregunta por tus vacaciones, tú le comentas cómo está el panorama, y entonces ella te ofrece su casa para ir a pasar unos días. Teniendo en cuenta que vive en un adosadito muy mono separado de la playa mediterránea tan sólo por una calle y un pinar... era difícil negarse.
Todavía no he empezado con la maleta, pero lo tengo todo organizado en una extensa lista, con esas cosas que nunca pueden faltarme en un viaje. Y una de ellas es un buen libro, of course. El último que cogí en la biblioteca no consigue engancharme, y lo tenía un poco abandonado, así que pensaba cambiarlo antes de irme. Tal vez mañana.
Aunque hoy, que no era un día precisamente bueno, el azar me guardaba un pequeño empujón de ánimo. Ese azar que me ha llevado a pasar ante la puerta de la biblioteca cuando no estaba planeado, y entrar a probar suerte. En el ordenador de la entrada he escrito unos cuántos títulos que hace tiempo que llevo en la cabeza, y que me está costando encontrar disponibles, a pesar de que hace mucho tiempo que se cayeron de las lista de más vendidos. Nada, no había nada. El caso es que, sabiendo que era imposible, había dejado mi último intento para "Los hombres que no amaban a las mujeres". Huelga decir que cualquier parte de la trilogía cotiza más alto que el barril de brent, y parece que siempre hubiese alguien en la puerta de la biblioteca esperando a ver entrar a quien lleve uno de esos libros en la mano para pegarse a su trasero y hacerse con la presa en cuanto se posase de nuevo en la balda. Pero hoy me ha fallado la famosa ley de Murphy, según la cual me iba a ir a mi casa con las manos vacías. A poco más se me caen los ojos de las cuencas al ver que había un ejemplar marcado en verde en la pantalla. Como pararme a asimilarlo no podía ser más que una pérdida de tiempo, por si acaso, he subido corriendo (literalmente) a la sala y me he lanzado a la estantería. Vaya. El libro no estaba. Ya sabía yo que eso tenía que ser un error del sistema. O de lo que fuese, pero un erros. La ilusión había sido tan grande, que mientras terminaba de esfumarse, he seguido revisando la balda, por si lo habían colocado fuera de su sitio. Y en esas estaba, cuando un empleado de la biblioteca me ha pedido que me aparte... para poner en su lugar el gran objeto de mis deseos. ¿Un espejismo delante de mis narices? Por si las moscas, le he preguntado si me lo podía llevar con esa cara de "no puede ser cierto esto que me pasa". Pero si, era cierto, y 30 segundos más tarde me dirigía al mostrador, donde una chica me ha mirado sonriendo mientras me decía: "Lo has conseguido, ¿eh? Mira que lo acaban de devolver y le he dicho a mi compañero que en menos de 2 minutos ya lo habría cogido alguien otra vez". ¿Y cuántas posibilidades había de que esa personita fuese yo? Pocas, muy pocas, pero esta vez me ha tocado.
Vacaciones y playita a la vista, abandono de rutinas, y con un codiciado tesoro bajo el brazo. Esto de las vacaciones... va a resultar que está muy bien.

4 comentarios:

Falete dijo...

pero pero... y Baya, lo de pegarse al trasero, ¡digo yo que será por atracción física, no literaria!
Alomejor has salido ya directa a las orillas castellonenses, pero te recomiendo La sombra del viento, aunque seguro que lo has leído ya. Es que tu entrada me ha recordado a cuando Daniel Sempere se esmera en dibujar crucetas en la biblioteca para recordar dónde ha escondido el libro (y que no se lo quiten, jeje).

Besotes y a disfrutar!

Bayadère dijo...

jajaja No me acordaba de ese detalle!!! Muchas gracias por tu recomendación, que sé que es estupenda porque ya me leí el libro. Me gustó tanto que en cuanto salió "El juego del ángel" no tarde ni 48 horas en hacerme con el libro. Espero que éste se merezca todos los halagos que recibe, pero eso lo iré descubriendo cuando me esté tostando en la playita jeje.
Besos

Gratistotal dijo...

espero que lo pases bien!

Falete dijo...

y bien... que tal ese Stieg Larson sobre la arena de la playa?