domingo, 29 de junio de 2008

Cosa de géneros

CHICOS: color azul, fútbol, coches, pantalones, videoconsolas, fuerza...
CHICAS: color rosa, ballet, muñecas, vestidos, cocinitas, sensibilidad...

Seguro que estos tópicos no os resultan nuevos. Desde que el mundo es mundo, las diferencias entre géneros han estado claras. Es un alivio ver que, con el paso del tiempo, empezamos a centrarnos en lo que nos acerca, y no tanto en las diferencias, aunque nunca podremos negar que no existan. Además, yo soy un vivo ejemplo de los tópicos sobre géneros: hago ballet desde pequeñita y aborrezco el fútbol.
Siempre he creído que en un diccionario de antónimos, al lado de "Fútbol" podría aparecer "Ballet". No se puede negar que a casi todos los chavales les gusta este deporte, mientras que no es tan seguido por las féminas. En cambio, el mundo de la danza es predominantemente femenino. Será genético, o algo irracional... pero es así, y ya está.
He decidido escribir este post debido a la saturación de Eurocopa que llevo encima. Es un suplicio para mi encender la televisión y ver fútbol, después fútbol, y cuando cambias de canal, fútbol. ¿Qué tiene el fútbol que no tengan, ya no el ballet, sino otros deportes? ¿Por qué la gente parece un rebaño de ovejas siguiendo a una panda de mamarrachos (no todos, pero sí la mayoría) que tan sólo da patadas a un balón? Mira que a mi no se me da bien, pero no creo que su trabajo tenga tanto mérito. Los noticieros no tienen sección de deportes, sino una sección de fútbol en la que a veces hablan algo de otros deportes (por solidaridad y eso...)
¿Por qué no podría el ballet contar con ese trato de favor, por ejemplo? Cada semana hay más partidos de fútbol años tienen entre la Reina Madre y la Duquesa de Alba, mientras que yo, en todo un año, sólo puedo ver 2 o 3 obras de ballet clásico en un teatro.
No intento desprestigiar el gran trabajo que hacen algunos (demasiados pocos) futbolistas, pero la gran mayoría dedican su vida a comprarse zapatos nuevos y a cambiarse de peinado. Por supuesto, siempre con la cartera bien llena. Cuanto más ganan, menos trabajan. En este momento quiero citar a mi padre: "Teniendo tanto dinero en la cuenta corriente... ¿para qué se van a molestar en correr detrás de un balón?" Me reconcomo los higadillos cada vez que oigo las auténticas-burradas-para-nada-justificadas que cobran cada mes estos hombrezuelos de buena vida. Y lo irónico es que parte de esos sueldos salen de los bolsillos de los socios, que en muchos casos son personas que trabajan 8 horas al día para recibir unos 1000 € a fin de mes.
Tras desahogarme a mis anchas, paso a mi terreno, a mi comparación favorita. Los bailarines ensayan sin descanso, casi ni tienen vacaciones, no se permiten el lujo de varios meses de baja por una lesión, y no creo que sus sueldos se equiparen ni de lejos a los de los reyes del balón.
Si se me permite opinar, yo creo que esto tiene un pequeño fundamento en el machismo. ¡Porque el fútbol es de hombretones, y con ellos... al fin del mundo! ¡Que no se diga que se deja de lado algo tan representativo del género masculino! Y como muestra, el equipo femenino del Athletic de Bilbao. Han ganado la liga nada menos que 4 veces consecutivas, y el club no les paga ningún sueldo y hasta se les ha negado el paseo en la Gabarra (una barquichuela cuyo fin es pasear por la ría al primer equipo cuando gane algún título. De momento, sirve como almacén de polvo) Sin embargo los chicos cobran millones y en los 2 o 3 últimos años se han librado del descenso por la mínima... Uff, creo que lo voy a dejar, porque me estreso sólo de pensarlo. Cuánto queda por cambiar en esta sociedad...
Bueno, pues como parece que no soy la única que piensa de esta forma, Canal + eligió para estrenar un programa llamado "De par en par" a una pareja curiosa: Tamara Rojo (maravillosa 1ª bailarina del Royal Ballet) y Cesc Fábregas (no sé nada de él, pero debe de ser bueno de verdad). En el transcurso del programa cada uno le enseñaba al otro su mundo y charlaban sobre ello. Me gustaría resaltar algo que acabo de leer en la web del programa: Tamara Rojo ensaya 9 horas al día, y el entrenamiento de Fábregas dura 1 hora y media (¿de verdad los forofos no se sienten timados?) En fin, que uno de los mejores ejemplos nos lo van a mostrar ellos mismos, en una conversación que mantienen al final de este vídeo, hablando sobre la distinta forma de tratar una misma lesión. ¿Lo mejor? La última frase de Tamara.

Por cierto, yo tuve la suerte de ver una actuación de Tamara Rojo en Bilbao. Nada más sentarme en la butaca y abrir el programa, se me cae un papel al suelo. Lo leo y se me encoge el estómago: ella tiene un esguince. Cuando pensaba que no iba a poder verla, sigo leyendo y compruebo que, lesionada y todo, va a salir al escenario. Sólo han tenido que adaptar un poco la coreografía. O eso decían... porque fui incapaz de adivinar qué pie era el lesionado. Estuvo fantástica, sublime, realizando perfectamente todo tipo de complicados movimientos. Aquí os la dejo, en el estreno de Blancanieves, donde, aunque no se note, ella estaba lesionada. Pff, qué grande es Tamara Rojo.

Deseo lo mejor para la selección en la final de mañana, porque me consta que, esta vez sí, han hecho un buen trabajo, pero no veré el partido. No mientras mantenga alto mi orgullo de bailarina.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dí que sí, Bayadère.

Yo también he mantenido siempre la opinión de que si un chico joven cobra una morterada de millones que practicamente le solucionan la vida hasta su misma muerte, no tiene necesidad de romperse los cuernos en un partido de futbol. Al menos, yo me dedicaría a tocarme bien los pelandrusquillos a ver si me echan de una vez del equipo y me dedico a vivir la vida con autentico frenesí despilfarrador.

Está clarísimo que es un deporte en exceso sobrevalorado, pero resulta que mueve millones y millones de euros en publicidad, licencias de TV, merchandising y que se yo cuántas cosas más. Y el dinero, buff, el dinero mueve el mundo hoy día.

Pero bueno. Estoy seguro que cuando fuiste a ver Tamara Rojo el auditorio estaba bien lleno también ¿no?. Pues alégrate por ello, porque es señal de que el mundo todavía puede girar un poco más.

Besos.

Canichu, el espía del bar dijo...

Obviando lo del fútbol añado: el psícologo Golemann, en Inteligencia Emocional, explica muy bien el porqué de esto. Se trata de un roll que adoptan todos los padres (lo digo en neutro) una vez que tienen a sus hijos. Se autorreferencian a sí mismos en la infancia y a lo largo de su vida en sus hijos pequeños, inconsciente o conscientemente y le aplican en su educación lo que ellos creen debe ser. Así por ejemplo los padres (ahora es masculino)pueden considerar que las mujeres son más complicadas, que si necesitan más estar con amigas y no tanto la soledad, que si la pueden dañar por al calle, que si X lo que sea que el hombre se figura de la mujer a través de sus experiencias, por lo que trata a su hija de un modo más atento, del mismo modo la madre puede considerar que los hombres son más autónomos, más violentos, que no hablan tanto de sus temas, y por tanto dejarle espacios a sus hijos que no dejarían a sus hijas (por ejemplo: dedicarle conversaciones de sentimientos a sus hijas, pero a sus hijos sólo hablarle de resultados prácticos). Y del mismo modo lo dicho, la madre con su hija proyecta su mundo pasado en ella, y el padre con su hijo igual. Es un capítulo de ese libro muy curioso, porque en el fondo lo que explica es que la sociedad se estructura de la forma que has dicho porque en la más remota infancia todos hemos aprendido un roll directa e indirectamente según el trato que nos dieron nuestros padres. Así, si con las niñas las tratan con delicadeza porque creen que las mujeres son más frágiles en lo sentimental, la niña al crecer desarrollará ese sentido que ellos han refrejado en ellas. Del mismo modo, pero a la inversa, el niño al crecer será más parco a la hora de hablar de sus sentimientos... Ídem con lo de Fútbol-niño (porque es algo físico y la cultura actual se lo otorga a los hombres lo físico y lo bruto) muñecas-niña (porque la cultura actual afirma que ellas son más predispuestas a los sentimientos).

Bayadère dijo...

Me alegra ver que no soy la única sobre la faz de la tierra que piensa así (en cierto modo)... Muchas gracias, además, por aportar "algo más" a mis posts, que muchas veces carecen de una base documentada y objetiva.
¡¡Muchas zenquius chicos!!