miércoles, 18 de junio de 2008

Buscando remedio contra el tiempo libre

Quiero terminar de organizar, de una vez por todas, esos cajones llenos de cacharros. Quiero irme una semanita de relax total a Lanzarote (que de momento es lo único seguro, porque ya tengo los billetes). Quiero clasificar y dar carpetazo a los apuntes de mi ya abandonada carrera de teleco. Quiero vaguear. Quiero empezar a dar algún cursito de diseño gráfico. Quiero encontrar algún trabajito veraniego para recuperarme económicamente tras el viaje. Quiero que no terminen las clases de ballet. Quiero aprovechar para apuntarme a algún cursillo de flamenco, o funky, o jazz...
Pero sobre todo, quiero (necesito) un verano que dure aproximadamente... unos 2 años y medio. Mmmm si, creo que con eso será suficiente.
El caso es que, como casi siempre, tengo demasiados planes. Y es que ya sé lo que va a pasar: que no voy a cumplir ninguno. ¡Ay, qué despiste! Sí que voy a ir a Lanzarote, y seguramente no lleve a cabo ninguno más porque acabaré dedicándome en cuerpo y alma a otro: vaguear.
¿Es posible que yo esté ubicada en un universo paralelo en el que los días sean de 18 horas? No encuentro una explicación. Sencillamente, es como si abriese la puerta del armario para sacar la bolsa de la playa, y en lo que tardo en sacudirle el polvo y desalojar a las polillas, ya tuviese que volver a buscar la bufanda.
Todo esto, aderezado con la incertidumbre de no saber realmente a lo que voy a dedicar mis próximos 2 meses. He intentado hacerme un planing, pero todavía no soy capaz de ubicarme.
Tras la vuelta de las vacaciones escucharemos varios tipos de comentarios: unos aquejarán síndrome post-vacacional y alguna que otra depresión, y otros suspirarán aliviados por la vuelta a la rutina. Me empieza a preocupar verme cada vez más cerca de éstos últimos, me hace sentir mayor. ¿Nunca habéis extrañado esos veranos en los que la mayor preocupación eran las 5 divisiones diarias del cuaderno de Rubio que había que hacer para terminarlo a tiempo?
Esto no puede ser. Tengo 2 meses esplendorosos delante de las narices y ganas de hacer muchas cosas. No necesito nada más. Así que, aquí y ahora, tomo el compromiso de amortizar este "Verano'08". Bueno, también es cierto que si rompo ese compromiso no creo que nadie venga a exigirme responsabilidades. Pero se trata de un propósito firme. Nada de perder el tiempo. Y aquí iré dajando constancia de lo que haga, y también de lo que no.
¿El mejor remedio contra el aburrimiento? No disponer de tiempo para que éste aparezca. ¿El mejor remedio contra el tiempo libre? Las ganas de no desperdiciarlo.

2 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

joé tía, pues te voy a dar otra opción de verano, si te pasas por el centro peninsular, en lugar de lanzarote, si bueno nos faltan un par de playas... te dejo mi habitación de invitados a ti y tu novio unos días, hay cama matrimonio, no está mal. Joé, si es que te leo y digo... pues nada a conocer gente y a ofrecer vacaciones... en todo caso... dejas tu carrera y ahora qué?

Bayadère dijo...

Muchas gracias por la invitación, pero ya estuve un verano en Madrid, y todo ese calor con tanta gente (y eso que dicen que en verano la ciudad se queda "vacía") me resultó un poco acongojante. Pero me tomo la libertad de reservarme la invitación para invierno jeje.
Y ahora, despues de abandonar las telecomunicaciones, me he matriculado para estudiar diseño gráfico, que es lo que siempre he querido. A ver qué tal me sienta el cambio...
Saludos veraniegos y acalorados