jueves, 24 de abril de 2008

¿Pueblerina, geisha, o un poco de todo?

Ya ha pasado el segundo día de ensayos para la ópera, y la verdad, sigo sin ubicarme mucho. Más bien estoy algo desconcertada. El baile no es tanto baile, porque hasta los pies se llevan arrastrando por el suelo. Digamos que se centra en la expresión y el movimiento de los brazos, porque eso sí, bailamos con unos abanicos enormes. Ay, si no he mencionado que somos unas geishas (aunque, según el director de escena, luego resultamos ser unas cabronas). Ayer, como primer día, nos empezaron a enseñar la coreografía. Somos 12 chicas, y el baile es para 8, por lo que había que retirar a 4. Y aunque he conseguido colarme en el grupito de afortunadas, en el momento en que el director me hizo apartarme para que otra cogiese mi posición... En fin, que cuando dedicas a tus clases de ballet una hora y media diaria, como mínimo, verte entre las torpes duele un poquillo. Pero ya tengo nueva meta: ser una prostituta. Y eso que en el formulario de inscripción no marqué la casilla "Dispuesta a desnudarme parcial o totalmente". No me haría gracia si no hubiese visto el vestuario. Tan sólo son kimonos a los que les han hecho aberturas en los costados. Pero también se hará una coreografía para 8 prostis, así que sigo con la incertidumbre. No es afán de protagonismo, tan sólo es que yo soy bailarina, y quiero bailar (como Billy Elliot). Digamos que no voy sobrada de amor propio, y verme fuera no sería de gran ayuda.
De momento hoy hemos empezado los ensayos con el resto del reparto, los cantantes y el coro. Aquí somos parte del pueblo. Básicamente, ando por el escenario con una garrafilla debajo del brazo, y gesticulando. Es un trabajo algo más interpretativo y teatral, y si yo ya soy poco vergonzosa, el meterte en el papel de china de la época imperial viéndote vestida con unos vaqueros y playeras, no ayuda mucho. Estoy segura de que cuando nos caractericen y estemos en el escenario, todo irá mejor. Aunque suene raro, me siento más cómoda encima del escenario que en una sala de ensayo, mientras la gente te observa. Es difícil explicarlo, pero lo que se siente allí arriba... no lo cambio por nada.
Estoy muy contenta con la oportunidad que tengo. Es genial poder ver cómo se organiza un espectáculo así desde dentro, y ver ópera en vivo es impresionante. Sé que el día que ensayemos con vestuario y decorado en el escenario... va a ser algo fuera de serie. Porque he asistido a muchísimos ballets, pero soy primeriza en esto de la ópera. Y sin duda, esto será una gran puesta de largo.

No hay comentarios: