jueves, 8 de enero de 2009

¡No me han dejado jugar!

Estoy agotada. ¡Madre mía, pero si acabo de estar de vacaciones! Pues igual va a ser eso... Si es que hay que gastar muchísima energía en digerir las inmensas cantidades de dulces con que me he alegrado el cuerpo estas Navidades. Igual que para conseguir que las viejas asesinas con paraguas me dejen cojer un par de caramelos en la cabalgata de Reyes, y para jugar con unos pequeñajos que enloquecen entre tanto regalo (ais, estoy mayor para estas cosas), y para las luchas por avanzar en esas ratoneras que algunos seguimos llamando "tiendas", para aguantar hasta las 10 de la mañana con los tacones de Nochevieja... ¡¡Y a pesar de todo he engordado!! Aquí falla algo, pero estoy demasiado cansada como para ponerme a hacer cuentas...
También me agota tener que entenderme a mi misma, y es que ésto sería más sencillo si tuviese desdoblamiento de personalidad. Pero como no es el caso, me quedo yo sola con todo mi caos. ¿Por qué, si llevo todas las vacaciones deseando volver a lo de siempre, me tiene que dar por pillar la morriña ayer a las 6 de la tarde? ¿Por quéeeeeee? Tal vez porque sé que se acabaron esas comilonas descontroladas al más puro estilo Homer J. Simpson, y porque no he tenido tiempo para estrenar todos mis juguetes. Siiii, que se ve que este año no han retenido mi carta en la frontera, y parece ser que cada vez que yo hacía una trastada, el periscopio de los Reyes de Oriente estaba vigilando a otro infeliz, porque han sido buenos conmigo. Unas entradas para ver el Circo del Sol en Marzo, unas planchas para el pelo, un cómic de Lenore, un bolso, algunas chucherías... son una gran recompensa para lo buena que he sido. Mmmm, bueno, dejémoslo en "recompensa" a secas. Todavía estoy descubriendo cómo funciona el juguetito estrella: una tableta gráfica. Se utiliza sobre todo para temas de diseño gráfico, con lo cual espero sacarle partido, pero de momento lo único que he hecho ha sido sustituir el ratón por el bolígrafo digital y escribir frases estúpidas en el Word. Bueno, y también el principio de estas líneas, aunque he desistido hace un rato porque todavía soy vergonzosamente lenta y torpe.
Ale, el peor día creo que ha pasado ya (¿no?) y he superado estupendamente la pereza de tener que guardar los restos navideños en cajas hasta el año que viene. Nunca perdamos la esperanza de que la nieve nos regale algún otro día de vacaciones, y si piensas ir a las rebajas... mi más sentido pésame.

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