viernes, 10 de abril de 2009

Santo plan

Parecía que no llegaban nunca... y ya estamos inmersos en las vacaciones de Semana Santa.
Y parecía que yo no tenía ningún plan para estos días... y de nuevo me equivoqué.
Lo cierto es que ni me voy de viaje, ni tengo grandes proyectos a la vista. De hecho, trabajé hasta el miércoles y me esperan de vuelta el martes, pero no tengo que ir a las clases del instituto por la tarde, y eso se nota. También me han quitado las clases de ballet de la semana que viene, aunque ya me he encargado de suplirlas con un cursillo de flamenco.
De momento, esto me está sirviendo para darme cuenta de que no soy muy original, y que cada vez que tengo vacaciones me dedico a lo mismo: aprovechar para hacer esas compras que mi rutina no me deja normalmente, colaborar un poco más en los trabajos caseros (a la vez que compruebo que es posible pasarse una tarde entera en el Carrefour empujando un carrito), ver las caras más olvidadas de la familia... y lo que parece que empieza a ser un ritual de mis tardes libres: subir con el pariento al Pagasarri, para no perder la forma y hacer algún plan juntos al aire libre.
A ver, vamos a repasar: he mirado y comprado adornos para que mi sufrida madre empiece a coser mi nuevo vestido de ballet, he visitado el super y la frutería, he vuelto a coronar la montaña más concurrida de Bilbao y alrededores, he pasado un día en familia intentando ver La Pasión, aunque se ha reducido a una bonita reunión bajo la lluvia y el frío... Y mañana me espera una estupenda cena de aniversario. Bueno, pues parece que esto no va mal. Así que, aunque la crisis esta (y el mal tiempo) me ha mantenido retenida en casa, mis vacaciones siguen adelante.

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