viernes, 31 de octubre de 2008

Tan sólo con un piano

No es nuevo por estas líneas el relato de todos los viajes al día que hago en el Metro, ni todo el tiempo que paso en esos andenes y vagones, siempre con unos cascos enredándoseme en los pendientes. No lo puedo evitar, siempre que salgo sola de casa me llevo la música conmigo. Bueno, excepto cuando bajo a por el pan, porque en lo que tardaría en encender el reproductor, ya he vuelto. Pero para todo lo demás, incluso para trayectos de 5 minutos (aunque de esos hay pocos).
El repertorio va variando. Borro algunas canciones que ya he oído demasiado, otras las llevo rallando varios meses, algunas son nuevas adquisiciones... Y como me gusta la variedad, tengo rock, pop, R&B, hip-hop, flamenco y algún fragmento clásico. Muchas canciones las tengo "huérfanas", pero ahora mismo llevo 2 álbumes completos: el que acaba de sacar Taxi con reediciones de sus mayores éxitos y algún tema nuevo, y el de La Oreja de Van Gogh. Y en éste me voy a centrar un poquito.
Las letras de este grupo siempre me han parecido realmente interesantes. A veces un poco complicadas de encontrar un sentido, pero muy buenas. Y "A las 5 en el Astoria" no iba a ser diferente. En concreto, "Jueves" relata la historia de una pareja que siempre coincidía en el tren, se miraban, pero ninguno se atrevía a acercarse al otro. Cuando finalmente se deciden a dar el paso y hablarse, su tren se esfuma en el atentado del 11-M. Si alguien la ha escuchado, probablemente coincidirá conmigo en que es conmovedora. A veces se me ha hecho un nudo en el estómago escuchándola. Pero ahora mismo he pasado a otro plano. Y me explico.
Tan sólo la letra puede transmitir muchas cosas, al igual que pasa con los poemas o cualquier relato. ¿Pero qué me decís de la música? A veces me encantaría poder eliminar la letra de las canciones, para escuchar sólo la melodía instrumental. Y ahora, cada vez que esa canción suena por mis auriculares, toda mi atención se dirige al piano. Me encantaría saber tocar el piano, pero disfruto igualmente escuchándolo. No necesito más instrumentos. Y creo que la mayoría de las grandes canciones ganan muchísimo al escucharlas con voz y piano. Así que paso mis idas y venidas intentando eliminar en mi cabeza el resto de instrumentos (que no son muchos) y casi visualizando a un pianista volcado en ello.
Y resulta (sorpresas que nos guarda la vida) que salseando por Youtube, he encontrado la forma de no tener que seguir imaginando. Se trata de una actuación en vivo de Leire, con Xabi sentado al piano. Me ha hecho tanta ilusión y me ha gustado tanto que necesitaba colgarla. Un pequeño regalito que me doy antes de irme a dormir.

martes, 28 de octubre de 2008

Estrenamos Fotolog

¿Por qué? ¿Por qué soy tan débil? Incapaz de mantener mis propias palabras. Pero es que me tientan... y acabo haciéndome un Fotolog.
Eso es. En su momento estrené este blog pensando que era la única forma de poder dejar algún comentario en el blog de Ekhi (meeec... ¡error!), y llevo ya 8 meses dejándome caer por aquí. Y ahora, me daba rabia tener que limitarme a ver el Fotolog de mi prima, y no he tenido opción. Así que ya tengo otra página que visitar antes de meterme a la cama, a la que dedicarle mis tiempos muertos pensando en cómo actualizar... Pero ya está hecho, y hace apenas unos momentos que otra nueva criatura ha llegado a este mundo. A ver lo que soy capaz de hacer con mi NUEVO FOTOLOG. Por supuesto, quedáis todos invitados a daros una vueltita.
A propósito, creo haber mencionado ya el Fotolog de mi prima, ¿verdad? Raquel, has visto eso, ¿no? Yo también hago promoción de tus sitios, así que creo que eso iguala un poco la balanza. Tú me haces publicidad, yo te la hago a ti, y quedamos en paz y con el Karma equilibrado. Aunque... ahora que tengo dos sitios, sigo con uno más, y todavía te voy a tener
pagar una campaña promocional. Ay, el banco ya se ha llevado todos mis peluches embargados y ya no sé cómo hacer frente a los costos de semejante campaña publicitaria... Espero que todo esto me compense.

sábado, 25 de octubre de 2008

Con las agujetas a cuestas

Tengo agujetas hasta en las uñas. Bueno, vale, me he pasado un poco. Pero no mucho. El peor momento es al levantarme de la cama, que es cuando me doy cuenta de que me duele toda la parte posterior de las rodillas y muslos, los glúteos, los brazos y la parte superior de la espalda y cuello (a propósito, el tirón ya me abandonó). Ayer, como todos los viernes, tocó sesión de estiramientos, y estas consecuencias significan que el cuerpo trabajó bien, así que encima estoy contenta. Y como dicen que las agujetas se quitan con más agujetas, pues me he ido al super a cargar con unas cuantas bolsas de la compra. Y ahora que estoy de vuelta, he pensado en pasarme por aquí, que los dedos todavía no me duelen.
La verdad es que los horarios no me dan para grandes improvisaciones ni planes, aunque como ayer mi profesor "tomatero" no pudo venir a clase, tuvimos la tarde libre, y la aproveché para descansar y luego verme las caras con una amiga "anónima", lo cual me vino realmente bien.
Pues eso, que no tengo grandes novedades actualmente, pero estoy preparando las que están por venir, y eso hace ilusión.
Me hubiese gustado poder contar que, tras pasar un casting con otras cinco compañeras de ballet, he conseguido un trabajo bastante interesante. Se trata de la presentación de una película, "La Buena Nueva", que tiene como protagonista principal a Unax Ugalde y que ha sido rodada por parajes y pueblos vascos. Esto va a celebrarse en el museo Guggenheim, y consiste en recibir a los invitados como dos mariposas o hadas y revolotear grácilmente entre ellos durante un cocktail. Pero el caso es que no ha habido suerte, y me da un poquito de pena quedarme sin los 150 € de nada que van a pagar por el trabajito de 5 horas. Bueno, por lo menos en la agencia nos tomaron los datos y nos dijeron que contarán con nosotras para más eventos. Bueno, el caso es que de este tema ya no puedo sacar más líneas. Hum, vamos a ver qué más cosas me quedan en el tintero...
Bueno, seguimos con las preparaciones del viaje a Madrid. Ya he visto una invitación a vernos las caras cuando me encuentre por tierras madrileñas (gracias, de verdad), y también conozco a más gente a la que me gustaría ver. Pero me temo que no va a poder ser, ya que no se trata de un viaje de placer (aunque el placer me lo voy a pegar yo comiendo en un Vip's, que me pierden...). La razón es un examen de ballet, que este año nos ha tocado en martes. Así que llegaremos el lunes por la tarde, nos tomaremos un ratito para situarnos, y a descansar, que al día siguiente tendremos un día intenso. Y el martes, tras el examen y una gran comilona de premio, nos gustaría pasarnos por una cafetería Faborite, y ya nos tocará volvernos. A mi me encantaría poder sacar más partido al viaje, pero los trabajos y estudios no nos permiten pegarnos el placer.
Pero mira, igual alguien puede solucionarme una pequeña duda. ¿Por qué hace año y medio pagamos 40 € cada una por pasar una noche en un hostal, en habitación triple, y este año hemos conseguido una habitación triple en un hotel de 4 estrellas, el hotel Colón, por 122 €, es decir, prácticamente el mismo precio por persona? En las fotos el hotel tiene buena pinta, y está en una buena zona. ¿Hay truco? Lo hemos elegido porque está muy cerca del estudio, y eso se valora mucho, teniendo en cuenta que la última vez tuvimos que llegar al examen corriendo y desayunando un triste sandwich por el camino, maleta en mano. Además, tratándose de una ocasión importante, no queremos tener que contar con los transportes públicos madrileños, tanto con el metro laberíntico como con el tráfico por superficie asfaltada.
Bueno, pero todo eso está por venir, y ya encontraré el tiempo necesario para dejar aquí los capítulos correspondientes.

martes, 21 de octubre de 2008

No me he olvidado

Hay que ver... Yo empecé a escribir aquí mis líneas hace unos cuantos meses, y casi todas iban dirigidas a hablar de lo agobiadilla que estaba y de que me pasaba todo el día metida en el metro, de un lado para otro, compaginando nada menos que 4 trabajos y mis clases de ballet. ¡Y ahora lo echo en falta! Bueno, más bien echo en falta el "relajo" del que disfrutaba antaño (parece todo tan lejano). Porque si, era posible estar más ocupada, y yo lo he conseguido (¿no me dan un premio por esto?). Y para organizar el asunto, vamos a establecer dos suposiciones:
* Suposición 1 * Que sea lunes o miércoles --> Salgo de casa a las 9 de la mañana para coger el metro hasta Cruces. Allí, doy una clase de Pilates de 9.30 a 10.30. En 15 minutos voy de un centro a otro, y doy la segunda clase de 10.45 a 11.45. Mi clase de ballet empieza a las 12, y como voy en volandas, consigo llegar tan sólo 15 minutos tarde, más o menos, el tiempo que las demás tardan en calentar. Así que por lo menos tengo suerte y no pierdo parte de la clase. Y ahí me quedo durante las siguientes 3 horas y media, sudando como una chona jeje. Y vuelvo a mi casa a las 4. Tengo que comer, y luego recojo la cocina y limpio, paso la escoba y ayudo a mi madre en lo que necesite, ya me planto en las 5 o 5.15. Pero esque a las 5.30 tengo que volver a marcharme, porque tengo clase de 6 a 9.30 de la noche. Así que me dan las 10 de la noche y todavía no he tenido tiempo ni de darme cuenta de lo que he hecho.
* Suposición 2 * Que sea martes, jueves, o viernes --> Una mejora del anterior, ya que no tengo que dar Pilates. De todas formas, tan sólo puedo aprovechar la mañana hasta las 11.30, cuando me tengo que ir a ballet.
A parte dejo cositas de esas como bajar al supermercado, dormir unas poquitas horas, visitas médicas, sesiones de ducha y "toilette" un poquito largas... que distribuyo como puedo.
Me gustaría poder dedicar más tiempo al pobre muchacho que me hace de taxista, que sale de casa a las 9 y pico de la noche sólo para venir a buscarme a clase y que podamos vernos por lo menos media horita. También me gustaría poder quedar con las Pelusillas, cosa que se hace más difícil porque cada una funciona a con sus horarios.
Pero es que también tendré que estudiar, vamos, digo yo. Y también me merecería un descanso. Bueno, me queda el fin de semana, pero estoy agotada, y si puedo me dedico a no hacer nada.
Y no me quejo, que todo esto es así porque yo lo he querido, pero extraño todas las cosas que ya no tengo, toda la gente a la que no veo. ¿Acaso soy la única a la que le pasa esto?
Tenía pendiente actualizar el blog, porque lo echo en falta, y lo primero que creo que os debía es la explicación a mi abandono. Bien es cierto que el fin de semana sí que podría haber escrito algo, pero los ratitos "de no hacer nada" pueden conmigo, y me dedico, precisamente, a no hacer nada.
Me encantaría comentar otras cositas, como que este sábado fui al concierto de Manolo García, que fue espectacular, al más puro estilo rockero de toda la vida, viéndole tirarse al público desde el escenario (¡qué grande!), que me he apuntado a un mini-curso de 3 clases de flamenco los viernes por la noche (espero no arrepentirme y no morir en el intento), o que desde ayer mi ángulo de visión se reducido debido a un tirón en el cuello que mi tiene todo el día con la cabeza rígida (algunos igual os acordáis de el último que me dio, minutos antes de recoger las notas finales de 2º de Bachiller)... pero es que resulta que hoy quería actualizar antes que cualquier otra cosa, y todavía no he cenado. Luego tengo que preparar un poco la clase de Pilates de mañana (creo que voy a suprimir algunos estiramientos de cuello y de hombros), y me gustaría empezar a buscar algún hostal en Madrid y también echar un vistazo a los apuntes de pre-impresión. A ver... uy, ya voy mal de tiempo jeje.
No sé cuándo, pero prometo que volveré.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Demandando

Como ya comenté, es posible que esto se me quede un poco abandonado, porque apenas tengo tiempo para encender el ordenador (los fines de semana me quedo en desconexión total) y el poco ratito que estoy aquí delante se me acaba consumiendo entre visitas a otros blogs, vaciar el siempre saturado mail, y otros tipos de trámites, consultas, o cuestiones pendientes. Siempre pienso: "Mañana tendré tiempo" Aunque la verdad es que no sé por qué pretendo engañarme a mi misma.
Hoy todavía no me he puesto el pijama, ni he decidido qué voy a cenar, pero de hoy no pasa.
Tengo varios planes a la vista, cosas que hacer o que me han pasado, pero siempre me lío demasiado en divagaciones, y hoy me falta tiempo. Así que he optado por un tema de dominio público y que ya dije que trataría algún día.
Y es que estoy muy preocupada, porque mi gran rato de ocio relajado está en la cuerda floja. Vamos a ver, señores de Tele5... ¿qué es eso de ir por la vida poniendo demandas? Seguro que ya conocéis el tema, ya que en cuanto salió la sentencia, en dicha cadena no dejaron de tirarse el pegote de lo bien que lo habían hecho. Pero si lo que pretendían era dejar a los chicos de "Sé lo que hicisteis" descompuestos y sin vídeos, les ha salido el tiro por la culata. Porque creo que nunca los guionistas tuvieron un tema que diese tanto de sí. Además, puede que hasta hayan conseguido aumentar su audiencia, ya que, quieras que no, les están haciendo publicidad. Mala, pero publicidad al fin y al cabo. Tal vez les moleste que este programa ya roce las audiencias de esos programas a los que critica. Al final, todo es dinero.
Bueno, vamos a analizar (brevemente) la situación:
1 - La cadena demandante se queja de que cierto programa sobrevive gracias a sus vídeos, así que aboga por que cada cadena sobreviva únicamente con su propio material. Y que alguien me corrija, pero yo juraría que por Tele5 han pasado varios programas de zapping, y que en sus programas también utilizan imágenes de otras cadenas, debidamente indicado (como en todas las cadenas, hombre ya)
2 - Me permito el lujo de dudar que este programa de humor se estampe sólo por no poder emitir imágenes de la otra cadena. Lo que atrae a la gente es el formato del programa, y no creo que su fama se sustente en otra cosa que no sea el trabajo de su equipo. Porque sino la gente vería directamente la otra cadena, ¿no? Además, tal vez sea al contrario. Gracias a la Sexta conocemos a muchísimos presentadores y "periodistas" que deben toda su fama a este espacio.
3 - Siempre he creído que hay que escuchar las críticas, y darles un par de vueltas, intentando ver hasta qué punto son ciertas, porque pueden venirnos genial para mejorar. ¿No es cierto que la cadena líder basa la mayoría de sus programas en temas del corazón? ¿Y que sus programas pagan sustanciosos sueldos y dineritos a tunantes que no tienen nada que hacer, gente salida de la nada, impresentables varios y cutre-periodistas? ¿Es que no buscan el espectáculo, el morbo, y llamar la atención? Entonces... ¿qué es lo que les molesta? ¿Que digan la verdad, las cosas tal como son, como todos las vemos?
Ay que ver, esto ya es más largo de lo que tenía en mente, pero para terminar de dejar claro que creo en la buena fé de estos chicos, y que es importante saber reírse de uno mismo y sus desgracias, os recomiendo que veáis la disculpa que parte del equipo entonó frente a los estudios de Tele5 por los "daños" causados.



Y otro documento gráfico, porque si, porque ayer me reí muchísimo viéndolo. ¿Qué hay mejor que hacer reír a la gente?


Ya que estamos, os propongo que me digáis qué os parece el tema, esta demanda en concreto, o más en general, sobre el auge de poner demandas incluso panadero porque trae las barras más tostadas de lo que nos gustaría. Vaya un mundo el nuestro.

sábado, 11 de octubre de 2008

Por ser tú

De vez en cuando me sorprendes con visitas sorpresas.
Y otras veces el sorprendido eres tú cuando ves que no estaba donde creías, o te equivocas de horas.
Siempre que puedes vienes a verme bailar, a donde sea, aunque sé que te aburres soberanamente. Créeme, aprecio mucho que aguantes el tipo tan bien como lo haces.
Cuando acabo de sentarme a comer (o he empezado a lavarme el pelo, o estoy liada ordenando las baldas) y suena el teléfono, ya sé que vas a ser tú.
Tiene su encanto eso de tener un código secreto por teléfono.
Sabes cómo arreglar un mal día con un Huevo Kinder o una chocolatina.
Aguantas la vergüenza de ir conmigo por la calle, bien porque no me importa montar un escándalo y voy gritando cabreada, o porque tengo un día estupendo y me dedico a pegar saltos, hacer el tonto como cuando era chiquitilla y riéndome a carcajadas.
Todavía recuerdas mi nota de selectividad, con sus tres decimales exactos.
Aunque eres incapaz de recordar lo que te he contado hace 10 minutos (ya sabes, memoria de pez).
Cada año, por fiestas de Bilbao, me consigues un peluche nuevo para poner encima de la cama.
En las peleas me dejas discutir sola, no abres la boca y pareces no reaccionar aunque yo no deje de gritar y de moverme.
Cuando salgo por la noche sin ti, dejas el móvil encendido y me insistes en que te llame para venir a buscarme si me quedo sin metro o tengo que volver sola.
Cada vez que te presento a alguien, eres tan serio y tan tímido, que la gente me dice que pareces borde.
Pero la gente que me importa te ha llegado a conocer mejor, y ya no opinan lo mismo.
Sabes hacer especial un día normal cualquiera.
Eres muy cabezón, y te niegas a hacerme caso, aunque yo tenga razón.
Soy muy cabezona, y me niego a hacerte caso, aunque tú tengas razón.
Me ayudas a elegir el mejor coche cuando jugamos a la consola, porque ya sabes que sino, yo sólo me fijo en que sea bonito, aunque resulte correr tanto como un botijo.
Conoces al detalle todo lo que me molesta, y sabes buscarme las cosquillas.
Esperas incansablemente a que termine de arreglarme, incluso cuando vienes a buscarme y todavía estoy en pijama.
Eres un copiloto bastante malo, y parece que todavía no te has dado cuenta de que ya puedo conducir un coche sin que me digan lo que debo hacer.
Apenas nos importaba el frío que pasamos cuando todo esto empezó, hablando durante largo rato en "el txoko", a pesar de las lluvias, los cabreos de mi madre y el hambre que apretaba al mediodía.
Tienes una paciencia infinita con mis cabreos y tonterías. Sobre todo sabiendo que, muchas veces, te toca aguantar mis malas caras y lloros aunque no sean por ti.
Eres bastante bruto hablando.
No te enfadaste mucho cuando te dejé el coche sin batería, y nos quedamos tirados en mitad de un pueblo.
En las primeras quedadas todavía nos daba vergüenza mirarnos o agarrarnos con naturalidad.
Cuando nos conocimos, los dos utilizábamos las mismas playeras (unisex, por lo visto), pero con distinto color y talla, claro.
No te gustaba volver de madrugada a tu casa entre semana, porque la calle estaba vacía y te cruzabas con gente rara, pero lo seguías haciendo, tan solo para hablar conmigo por el Messenger desde casa de tu amigo, cuando todavía no tenías Internet.
Me animas a pelear y seguir adelante por lo que quiero.
Siempre me acompañas hasta casa, aunque eso suponga para tí llegar mucho más tarde a la tuya, o pagar más por el taxi. Antes, incluso insistías en subir en el ascensor conmigo hasta mi piso.
Me mandabas, y te mandé, mensajes de móvil todas las noches durante varios años.
Cuando sale a la venta un libro que sabes que estoy deseando leer, sólo tardas un día en regalármelo.
Tus amigos no se tomaron, en principio, muy bien lo nuestro, pero tú tiraste para delante.
Ya aprendiste que "cabra" en euskera no se dice "kabrue".
Para mis padres, sabes ser el yerno perfecto.
Apenas compartimos gustos e intereses, y pareces incapaz de entender mis motivaciones y razones.
Pero, no sé cómo, nos entendemos muy bien.

Si todo esto te suena, este post es para ti. Porque, aunque al principio me decías que esto del blog era una tontería y ni se te ocurría entrar por aquí, sé que ahora te pasas a leerme. Y porque tuvimos que ponernos de acuerdo y aclarar qué día íbamos a considerar el "día oficial de Aniversario", y desechamos el día 10, y nos quedamos con el 11 de Octubre.
Nunca imaginé que la primera vez que pude estar en fiestas de Bilbao iba a marcar tanto mi vida. Me agobiaba pensando en que iba a tener que salir con tan sólo una amiga, y los amigos de mi amiga, a los que no conocía. Y para cuando me doy cuenta, ya hace 5 años de eso. El tiempo ha pasado rápido, y eso es bueno.
Es complicado comprarte un buen regalo, y todo lo que tú quieres se escapa de mis posibilidades económicas. Pero te prometí una sorpresa, y aquí estoy. Sé que suena ñoño, y ya sabes la vergüenza que me da hablar de estas cosas en público, pero ningún regalo que nos pudiésemos hacer sería mejor que todo lo compartido y vivido. He intentado hacernos un pequeño homenaje, pero los dos sabemos que lo mejor lo llevaremos siempre, y todavía nos queda mucha historia por escribir.

viernes, 10 de octubre de 2008

El mejor momento

Seguro que conocéis esa sensación de gustirrinín que da entrar al calorcito hogareño en invierno. O cuando te estás empapando en una chaparrada, y no haces más que pensar en el momento de llegar a casa, quitarte los vaqueros empapados y ponerte el pijamita. O cuando te despiertas y compruebas que puedes dormir un par de horas más. Parece que, pensando en el momento futuro que nos parece inmejorable, cualquier contratiempo que estemos sufriendo se hace más insignificante.
Y cuando termina el día, un mal día, o uno bueno, no importa. Cuando estoy cansada. Cuando estoy agobiada. En esos momentos en los que lo único que me apetece es estar en casa, se me viene una imagen a la cabeza. Y al igual que en invierno espero con ansias el acurrucarme en una manta con un cafelito caliente, en estos días en los que voy pillada de tiempo desde que me levanto hasta que vuelvo a la cama, soy un poquito más feliz al imaginarme sentada por la noche, cuando por fin puedo descansar, viendo la televisión. Porque parece que está feo afirmarlo, pero me encanta la televisión. Aunque la verdad es que ahora mismo apenas dan cosas que me interesen. Pero me encanta cierto programita, llamado "Sé lo que hicisteis". Y como no tengo tiempo para verlo, lo grabo todos los días, y por las noches adoro verlo mientras ceno. Porque me río todo lo que quiero, y un poquito más. Si he tenido un mal día, de repente y por unos momentos, ya no importa.
¿No es genial que algo tan sencillo pueda hacerte sentir tan a gusto? Una de las mejores sensaciones que puedo sentir es la de reirme hasta llorar mientras empiezan a darme calambres en la mandíbula. Ojalá todos supiésemos reirnos de nosotros mismos de una forma tan sana, aunque algunos prefieran dedicarse a interponer demandas (bueno, ese tema es para otro día). Y ojalá todo se solucionase tan sólo encendiendo la tele.
Pues como es un poquito tarde, y una imagen vale más que mil palabras, aquí tenemos (por elegir un sketch) un capítulo de su famoso Curso Para Reporteros, imprescindible para la vida moderna.

martes, 7 de octubre de 2008

"Bath Time"

No se yo si voy a poder dedicarle al tema del tecleo tanto tiempo como me gustaría. La verdad es que casi ni paro en casa. Las mañanas se me van entre recados, Pilates y ballet, llego a casa a las 4, y para cuando termino de comer y de recoger la cocina, ordenar el cuarto... a las 5.30 ya me tengo que ir otra vez a clase. Y así hasta las 10. Luego, por supuesto, siempre tengo algo de clase que hacer, así que me acaban dando las tantas de la madrugada.
Y que conste que no me quejo, que me gusta sentirme ocupada. Pero cuando apenas tienes tiempo para nada, se agradecería mucho, por lo menos, un baño tranquilito de espuma.

domingo, 5 de octubre de 2008

Y todo por unas croquetas

Estoy cansada y los bostezos me sobrevienen cada vez con más frecuencia, así que no tengo intención de liarme escribiendo un largo tratado sobre el tema. Porque no sé por qué siempre me da por ponerme a divagar de madrugada. Pero tengo la televisión encendida, y estoy escuchando ciertas cosas que me han hecho encender el ordenador para no dejar que el tema pase de largo. Empiezo dando un par de datos de interés:
- Tan sólo 2 diarios nacionales (Público y 20 Minutos) se niegan a publicar en sus páginas anuncios de prostitución.
- El periódico con mayor tirada nacional gana 5 millones de euros gracias a estos anuncios.
¿Cómo se os queda el cuerpo? Yo todavía no me he recuperado del susto, aunque sólo sea por pensar en todo el dinero que se mueve por esos mundos. La cosa es que, hables con quien hables, nadie reconocerá sentirse atraído por anuncios de esos, o haber coqueteado con alguna señorita (o señorito, vamos). Así que ocurre como con las audiencias de televisión, que todos vemos los documentales de La 2, pero los programas aumentan significativamente su share en cuanto empiezan a tocar temas "del corazón". Es decir, que de algún lado saldrá esa enorme cantidad de dinero, que seguro que no decrece con crisis ni con nada.
En el mismo programa que estaba viendo, han hablado de un anuncio que, aunque ya ha sido retirado de la radio, está dando mucho que hablar. ¿Os suena el hombretón que no quiere abandonar a su mujer, la Puri, por sus deliciosas croquetas? Si, ese mismo que ya no se emite por considerarse sexista. A ver, vamos a ver... Ya he dejado bien clara mi opinión en otras ocasiones, y como mujer, afirmo no sentirme ofendida por el anuncio de las croquetas. La verdad, me molestan más los de los productos de limpieza. Vale, si nos ponemos quisquillosos, podemos encontrar fácilmente ese reverso machista a las famosas croquetas. ¿Pero cómo es posible que se censure este anuncio "de chichinaba" mientras en todos los periódicos encontramos varias páginas que, a todas luces, degradan a las mujeres muchísimo más que el marido de la Puri? Pues mucho me temo, señores, que no será la última vez que oigamos algo parecido.
Porque al fin y al cabo, todo se reduce al dinero, a lo que mueve el dinero, y a lo que interesa a los que tienen el dinero. Por favor, ¿cómo van a prescindir en los periódicos de esa importante fuente de ingresos? Es mucho mejor pecar de hipocresía, denunciando en sus primeras páginas cualquier atentado contra las mujeres, y mostrando tras 20 vueltas de hoja las fotos de chiquitas quiceañeras ofreciendo todo tipo de servicios, y poniéndose a disposición de los deseos más lascivos de cualquier hombretón.
¡Qué bien se nos da eso de engrandecer las tonterías, esquivando el tratar asuntos espinosos que nos pueden traer problemas! Sobre todo, si vienen con un maletín lleno de billetes detrás.
Creo que no tiene más sentido seguir dando vueltas a algunos temas, ya que hablan por sí solos. Así que sólo me queda una duda: ¿alguien tiene el teléfono de la famosa Puri, que me muero por probar unas buenas croquetas de madrugada?

jueves, 2 de octubre de 2008

Nos adelantamos

Tal vez alguien se haya percatado ya de que, poco a poco, han ido desapareciendo de la televisión esos anuncios de productos para hacer desaparecer la canas. Está claro que no era una buena inversión, ya que a los hombres de hoy en día no les importa que les claree la cabellera: los que lucen canitas aseguran que se sienten cercanos a George Clooney (pobrecillos ilusos), unos poquitos conservan melenas envidiables, y los que quedan son de los que, en vez de lavarse el pelo, se frotan la cabeza con la esponja, para abrillantarla y eso... De hecho, creo recordar que hace no tanto eso de quedarse calvo era una de las pocas cuestiones estéticas que preocupaba al género masculino, pero es que ahora son muchos los que por las mañanas se afeitan barba, bigote, patillas, y cabeza entera. Vamos, que las cejas se salvan de milagro.
Y ya se sabe que todo lo que ocurre tiene un origen, y el de la pasión por las calvas relucientes no es más que el archi-conocido Calvo de la Lotería. Eso es, aquel hombre en blanco y negro, siempre serio pero que sin embargo nos transmitía cierta simpatía, ya que parecía transmitirnos a través de las pantallas: "Si te gastas 50 € en décimos de la lotería, yo mismo te entregaré un maletín rebosante de billetes". Pero cuando tú te enterabas de que el maletín había ido a parar a La Pedraja del Portillo, el calvo ya había echado patas. Y cuando volvía al de un año, la ilusión renovada de verte nadando en billetes de 500 € hacía que se disipara cualquier antiguo resquemor. Así nos mantuvimos en perfecto equilibrio, hasta que un año comprobamos con estupor que se ve que a él tampoco le tocaban muchos premios, ya que no volvió a su famoso anuncio.
Desde entonces, nuestras Navidades quedaron en manos del Corte Inglés y del turrón más caro del mundo. Pero todo volverá a ser lo que era a partir de este año. No creo que al Calvo le volvamos a ver el pelo (máquina de chistes malos y fáciles en marcha) pero yo pienso quedarme pegada a la tele cada vez que los de la Lotería intenten colarme el boleto (ya he comentado lo de los chistes, ¿verdad?) porque este año será un anuncio Made in Bilbao. Pero yo todavía conservo el susto en el cuerpo, porque a mi nadie me había avisado. Así que yo me dirigía tranquilamente a mis clases de ballet, contenta además porque el Señor del Metro había dado vacaciones a todos los torpes e incompetentes que me ponen de mala gaita, y mi única preocupación era la chaparrada que caía en la calle. Con el paraguas ya abierto, llego a la calle, y a poco más se me desencaja la mandíbula del susto. ¡Toda la calle estaba blanca, y la nieve cubría todas las repisas de las ventanas! Lo primero que he hecho ha sido mirar hacia arriba, para comprobar que lo que caía era agua, y no nieve, que tanto nos cuesta y gusta ver en la capital. Admito que, mientras la gente seguía sus caminos como si viesen algo así todos los días, yo me he quedado parada mirando cómo todavía colocaban espumas y copos blancos sobre un abeto enorme que ya venía con sus bolitas rojas incluídas. Así que he llegado a la clase con la duda en el cuerpo: ¿Por qué tengo que ver ya la nieve en Octubre? Pues porque era nada menos que el nuevo plató de dicho anuncio, cosa que una de mis compañeras sabía, pero yo no. Al terminar la clase y volver hacia el metro, había varias personas con gorros de lana, bufandas y cazadoras, y en las manos 3 o 4 bolsas con futuras compras navideñas, esperando una señal para ponerse a caminar. Y aunque sepa que todo era artificial, y debajo de todo ello se intuya el perfil consumista de las Navidades, me ha encantado. Por un momento, he empezado a notar la ilusión de ver las luces en las calles, del olor a castañas, y de la proximidad de cenas y comilonas familiares.
Pero todo eso ya llegará, y de momento me toca esperar ante la televisión a que emitan el esperado anuncio. Tengo muchas ganas de ver cómo queda, las diferentes partes de la ciudad en donde han rodado, si se nota que la nieve no es de verdad... Pero sobre todo, tengo ganas de hacerme millonaria con la lotería. Una pena que no contemos con el Calvo para pasarle el décimo por su famosa cabeza.