lunes, 30 de junio de 2008

La vuelta al cole

O al instituto, que para el caso... ¿Quién me iba a decir a mi (y a mi todavía-no-mentalizada amatxu) que tras 3 o 4 años en la universidad, iba a volver a verme en estos ambientes? Pues poco a poco voy superando todos los puntos de control, y desde hoy ya soy oficialmente alumna de "Diseño y producción editorial". La verdad es que estaría más contenta si no hubiese intervenido la ********* de la secretaria. No voy a relatar todo, porque cada vez que lo cuento me vuelvo a cabrear de una forma... Yo nunca había albergado sentimientos violentos hacia nadie, pero esta mujer de su santa madre, en apenas 2 minutos, me ha hecho sentir ridícula, torpe, tonta, menospreciada, y sobre todo, muy enfadada. ¿Nunca habéis sentido dentro del estómago tanta rabia, tanta ira, que por ganas os hubiéseis puesto a gritar hasta notar cómo se os rompen las cuerdas vocales (eso por no ponerse a romper cosas)? Pues así he salido del instituto, pero como no era el momento ni el lugar para escenitas, no he podido evitar unas cuantas lágrimas por la calle, de pura rabia que tenía... Me he pasado 1 hora en el instuto sólo para esto, porque, por supuesto, me he vuelto con todos los papeles en la mano. Pero como muchas veces se nos da una de cal y otro de arena, cuando he ido por la tarde a completar el papeleo me ha atendido una mujer encantadora, de esas que nos hacen recordar que no todos los seres humanos somos unos malos bichos.
Esta mañana pensaba que no era una buena señal empezar así, pero tras finalizar con éxito el papeleo de turno, me he replanteado esta posición: no hay más señales que las que yo quiera ver, e intentaré no volver a permitir que ningún ser insustancial de esta tierra me arruine un sólo día.
Así que, una vez pasado el enfado, ya lo único que siento son unos nervios cada vez un poquito mayores por ver lo que me espera a partir del 9 de Septiembre. Seguiremos informando...

domingo, 29 de junio de 2008

Cosa de géneros

CHICOS: color azul, fútbol, coches, pantalones, videoconsolas, fuerza...
CHICAS: color rosa, ballet, muñecas, vestidos, cocinitas, sensibilidad...

Seguro que estos tópicos no os resultan nuevos. Desde que el mundo es mundo, las diferencias entre géneros han estado claras. Es un alivio ver que, con el paso del tiempo, empezamos a centrarnos en lo que nos acerca, y no tanto en las diferencias, aunque nunca podremos negar que no existan. Además, yo soy un vivo ejemplo de los tópicos sobre géneros: hago ballet desde pequeñita y aborrezco el fútbol.
Siempre he creído que en un diccionario de antónimos, al lado de "Fútbol" podría aparecer "Ballet". No se puede negar que a casi todos los chavales les gusta este deporte, mientras que no es tan seguido por las féminas. En cambio, el mundo de la danza es predominantemente femenino. Será genético, o algo irracional... pero es así, y ya está.
He decidido escribir este post debido a la saturación de Eurocopa que llevo encima. Es un suplicio para mi encender la televisión y ver fútbol, después fútbol, y cuando cambias de canal, fútbol. ¿Qué tiene el fútbol que no tengan, ya no el ballet, sino otros deportes? ¿Por qué la gente parece un rebaño de ovejas siguiendo a una panda de mamarrachos (no todos, pero sí la mayoría) que tan sólo da patadas a un balón? Mira que a mi no se me da bien, pero no creo que su trabajo tenga tanto mérito. Los noticieros no tienen sección de deportes, sino una sección de fútbol en la que a veces hablan algo de otros deportes (por solidaridad y eso...)
¿Por qué no podría el ballet contar con ese trato de favor, por ejemplo? Cada semana hay más partidos de fútbol años tienen entre la Reina Madre y la Duquesa de Alba, mientras que yo, en todo un año, sólo puedo ver 2 o 3 obras de ballet clásico en un teatro.
No intento desprestigiar el gran trabajo que hacen algunos (demasiados pocos) futbolistas, pero la gran mayoría dedican su vida a comprarse zapatos nuevos y a cambiarse de peinado. Por supuesto, siempre con la cartera bien llena. Cuanto más ganan, menos trabajan. En este momento quiero citar a mi padre: "Teniendo tanto dinero en la cuenta corriente... ¿para qué se van a molestar en correr detrás de un balón?" Me reconcomo los higadillos cada vez que oigo las auténticas-burradas-para-nada-justificadas que cobran cada mes estos hombrezuelos de buena vida. Y lo irónico es que parte de esos sueldos salen de los bolsillos de los socios, que en muchos casos son personas que trabajan 8 horas al día para recibir unos 1000 € a fin de mes.
Tras desahogarme a mis anchas, paso a mi terreno, a mi comparación favorita. Los bailarines ensayan sin descanso, casi ni tienen vacaciones, no se permiten el lujo de varios meses de baja por una lesión, y no creo que sus sueldos se equiparen ni de lejos a los de los reyes del balón.
Si se me permite opinar, yo creo que esto tiene un pequeño fundamento en el machismo. ¡Porque el fútbol es de hombretones, y con ellos... al fin del mundo! ¡Que no se diga que se deja de lado algo tan representativo del género masculino! Y como muestra, el equipo femenino del Athletic de Bilbao. Han ganado la liga nada menos que 4 veces consecutivas, y el club no les paga ningún sueldo y hasta se les ha negado el paseo en la Gabarra (una barquichuela cuyo fin es pasear por la ría al primer equipo cuando gane algún título. De momento, sirve como almacén de polvo) Sin embargo los chicos cobran millones y en los 2 o 3 últimos años se han librado del descenso por la mínima... Uff, creo que lo voy a dejar, porque me estreso sólo de pensarlo. Cuánto queda por cambiar en esta sociedad...
Bueno, pues como parece que no soy la única que piensa de esta forma, Canal + eligió para estrenar un programa llamado "De par en par" a una pareja curiosa: Tamara Rojo (maravillosa 1ª bailarina del Royal Ballet) y Cesc Fábregas (no sé nada de él, pero debe de ser bueno de verdad). En el transcurso del programa cada uno le enseñaba al otro su mundo y charlaban sobre ello. Me gustaría resaltar algo que acabo de leer en la web del programa: Tamara Rojo ensaya 9 horas al día, y el entrenamiento de Fábregas dura 1 hora y media (¿de verdad los forofos no se sienten timados?) En fin, que uno de los mejores ejemplos nos lo van a mostrar ellos mismos, en una conversación que mantienen al final de este vídeo, hablando sobre la distinta forma de tratar una misma lesión. ¿Lo mejor? La última frase de Tamara.

Por cierto, yo tuve la suerte de ver una actuación de Tamara Rojo en Bilbao. Nada más sentarme en la butaca y abrir el programa, se me cae un papel al suelo. Lo leo y se me encoge el estómago: ella tiene un esguince. Cuando pensaba que no iba a poder verla, sigo leyendo y compruebo que, lesionada y todo, va a salir al escenario. Sólo han tenido que adaptar un poco la coreografía. O eso decían... porque fui incapaz de adivinar qué pie era el lesionado. Estuvo fantástica, sublime, realizando perfectamente todo tipo de complicados movimientos. Aquí os la dejo, en el estreno de Blancanieves, donde, aunque no se note, ella estaba lesionada. Pff, qué grande es Tamara Rojo.

Deseo lo mejor para la selección en la final de mañana, porque me consta que, esta vez sí, han hecho un buen trabajo, pero no veré el partido. No mientras mantenga alto mi orgullo de bailarina.

sábado, 28 de junio de 2008

(Casi) Perfectamente

Hay tantas cosas que mejorar, tanto que cambiar... que queremos abarcarlo todo, y al final parece que no conseguimos nada. Pero sin duda es una de las cosas que, inevitablemente, perseguimos en esta vida: esa perfección que sabemos que nunca llegará.
Unos con más ahínco, otros con más desánimo que intención, pero todos intentamos mejorar a diario, ser un poco más perfectos, llegando a veces a vernos agobiados al no conseguirlo. ¿Y qué sentido tiene, si en lo más profundo sabemos a ciencia cierta que nunca lo conseguiremos, que la perfección no existe? Pues porque, como me decía mi madre en cuanto a estudios-exámenes: "Si vas a por el 10, igual no llegas, pero te quedarás con un 7.5, aunque si desde el principio piensas sólo en el aprobado justo, posiblemente no llegues" Aunque no lleguemos a nuestra deseada meta, el ver pequeños avances y mejorías, el notar que nuestros esfuerzos son mínimamente apreciables, hace que nos invada una gran satisfacción, acompañada de unas ganas renovadas de avanzar un pasito más.
Si no lo intentas, te quedarás en el camino, sentada al lado de una piedra, llorando porque no tienes fuerzas para seguir. Pero cuanto más andes, más fuertes serán tus piernas para seguir andando.
Muchas veces, demasiadas a menudo, parece que los demás no aprecian estos intentos-de-acercamiento-a-la-perfección, lo cual nos crea cierta frustración. ¿Por qué en el momento en el que yo creía ser un poquito mejor, el resto del mundo me muestra con más empeño y mala leche la gran cantidad de defectos que todavía padezco? ¿Tendré tiempo de remediarlos? ¿Qué pensarán de mi si no lo hago?
¿Y qué piensas tú de ti mismo? Si antes de que nuestro prójimo abriese la boca, sabíamos a ciencia cierta que estábamos en evolución, que poco a poco nos aproximábamos al tipo de persona que nos gustaría llegar a ser, no debemos dejar que nada nos haga retroceder, porque eso sí que resulta frustrante.
Podemos llegar a ser perfectos, tal vez no para los demás, pero sí para nosotros mismos. Y nosotros somos nuestro jurado más exigente. No debemos decepcionarnos.

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Aprovechando el "tema", quiero dejar un vídeo para vuestro (espero) disfrute. No os sorprenderá que yo diga que creo que el ballet es una de las mayores aproximaciones a la prefección que se me ocurren en estos momentos: ese gran esfuerzo que hay detrás y que, sin embargo, gracias a ese aura de perfección que lo rodea, no llega a nosotros sino un resultado limpio, sin fallos. En este caso, el ballet aparece combinado con acrobacias, lo cual... No puedo describirlo, mejor verlo.

jueves, 26 de junio de 2008

Almacén de recuerdos

El trabajo tiene su recompensa, por lo menos en este caso. Por fin, tras unas cuantas noches de pinceles y cola blanca hasta las 4 de la mañana (juro que es cierto, cuando estoy entretenida ni noto el cansancio) y de ver día tras día la mesa cubierta de periódicos y multitud de botes, se ha terminado. Ya tengo mi álbum de fotos.

Lo compré en una tienduchilla por 3 €, y huelga decir que era bastante hortera. Pero no hay nada que no tenga solución. Empezando con cinta de carrocero, que utilicé para recubrirlo entero y poder pintar encima con pintura color crema, todo entero excepto la parte central que he recubierto con un papel artesanal muy bonito. El mismo que he utilizado para forrar el "marco" central. El interior de dicho marco lo he decorado con hilos y lanas de diferentes colores. Para terminar la parte frontal he dibujado y pintado (con gran paciencia y cuidado) una especie de grecas que, no es por nada, creo que me han quedado muy bonitas (ole y ole, viva yo misma).

Pero lo que más me gusta es la parte trasera. En un principio sólo quería dibujar algún símbolo chino o algo así, pero en el traductor de Google descubrí tal cantidad de idiomas... que decidí incluir muchos más. Así que, utilizando diferentes fuentes, tamaños y alineaciones, he escrito la sencilla frase "Mi álbum de fotos" (para qué una explicación...) en los siguientes idiomas (por orden de aparición en la foto): español, ruso, alemán, francés, árabe, italiano, coreano, portugués, hindi, finlandés, griego e inglés.
De momento, mi hermana ya me ha dicho que igual me encarga uno. Quién sabe si no acabaré siendo "albumista de fotos" profesional, aquí hay negocio.

Y vio que su obra era buena. Y a la segunda semana, descansó.

martes, 24 de junio de 2008

Depresión pre-vacacional

Estoy de vacaciones. Sólo profesionalmente, porque por las mañanas tengo cursillos de ballet, pero de vacaciones al fin y al cabo. Llevaba tiempo esperando este momento como agua de mayo (o de junio, que para el caso...) y he conseguido que mis jubilados alumnos se tomen las vacaciones por adelantado. Les expliqué que las clases me coincidían con el horario de los cursillos, y que si me iban a acabar dejando sola y colgada (como otras veces, en las que se han puesto perezosos y con las mismas que llegaba al centro, me iba 15 minutos más tarde) me lo dijesen de antemano, y así no perdería mis clases a lo tonto. Así que como sólo un par tenían intención de venir hasta el final, han decidido concederme las vacaciones adelantadas, aunque tengan que hacer el gran esfuerzo de quedarse en casa, o ir al mercadillo, que en Barakaldo se ve que es los jueves.

Y ahora que tengo lo que pretendía, ¿por qué no estoy más contenta? Me ha dado tanta pena despedirme de ellas... Era como tener una colección de abuelas, que te preguntaban si ya se te había pasado el catarro, se interesaban por tus dolores varios, y te decían lo guapa que estabas. Como todo, será cuestión de hacerse a la idea. Pero es que se va de golpe mucha gente que ya era habitual en mi día a día, y supongo que ahora llega el miedo de mirar hacia delante preguntándose si en el futuro no acabaré echándoles en falta. Además, hace 10 meses que no sé lo que se siente al estar desocupada, y sin duda, me ha pillado desprevenida.

Haré grandes esfuerzos para superar la llegada de las vacaciones. Bueno, tampoco creo que me cueste mucho.

domingo, 22 de junio de 2008

Redecorando

Si en algo he notado la ausencia de exámenes, ha sido en todo el tiempo que he podido dedicar a otros asuntos. Entre otras cosas, me estoy dedicando a decorar mi habitación con algunos enseres de creación propia. Osease, que me estoy dedicando a las manualidades. Hace unos días ya mostré la corona que hice con abalorios, así que he decidido seguir enseñando todo lo que vaya pasando por estas manitas (a parte de las teclas del ordenador, of course)
Lo primero, que lleva ya varios meses en una balda, es un porta CDs que compramos hace años en un "Todo a 100" (mira si hace años...) de plastiquillo negro-cutre, y que yo forré pegando cachitos de servilletas multicolores.

Después llegaron los marcos. Hacía años que tenía guardadas dos láminas, con mi nombre en diferentes idiomas, en árabe y chino. Se me ocurrió que los utilizaría para llenar un hueco que todavía tengo en la pared. Para ello compré 2 marcos de madera desnuda y 3 botes de pintura.
Y he aquí el resultado, aunque no sé si las fotos se ven muy bien. He intentado sacarlas de cerca, a la par que nítidas... en fin... es lo que hay.



Próxima entrega (al mismo precio): album de fotos.

jueves, 19 de junio de 2008

Entre incrementos y retrasos

Igual algún día suena mi teléfono, y tras descolgar, una agradable voz se presenta como George Clooney y me invita a cenar, o me ofrece un puesto fijo en el cuerpo de baile del American Ballet.
El caso es que mientras yo floto en ensoñaciones, el soniquete de mi móvil me recuerda que esos sueños no se cumplen para la gente "corriente". Por eso, cuando he visto en la pantalla el número de la agencia de viajes, me he tomado medio segundo para mentalizarme de que me iba a tocar escuchar algo que no me iba a gustar. Hasta hoy, la única vez que me habían llamado había sido para decirme que, como todos sabemos que no hay crisis económica, el precio del viaje nos subía 17 € en concepto de carburante del avión. Así que me temía un nuevo aumento de costes en mi vuelo "low-cost", pero como en la variedad está el gusto, hoy me han ofrecido algo nuevo. Resulta que mis vacaciones se han acortado 4 horas y una cena. Me explico: íbamos a salir de Bilbao a las 4.30 de la tarde, con lo cual perdíamos gran parte del día pero podíamos empezar a investigar la zona de chiringuitos y llegar a cenar. Ahora, el vuelo se ha retrasado hasta las 8.30 de la tarde. Esto supone que ni siquiera nos ofrecerán la cena, y que ya son 2 los días perdidos por completo (el avión de vuelta sale de Lanzarote a las 8 de la mañana).
Seguro que si mi maleta estuviese forrada de billetes de 500 € no tendría problemas con los vuelos. Tal vez acabe en business-class en Patera Water Lines.

miércoles, 18 de junio de 2008

Buscando remedio contra el tiempo libre

Quiero terminar de organizar, de una vez por todas, esos cajones llenos de cacharros. Quiero irme una semanita de relax total a Lanzarote (que de momento es lo único seguro, porque ya tengo los billetes). Quiero clasificar y dar carpetazo a los apuntes de mi ya abandonada carrera de teleco. Quiero vaguear. Quiero empezar a dar algún cursito de diseño gráfico. Quiero encontrar algún trabajito veraniego para recuperarme económicamente tras el viaje. Quiero que no terminen las clases de ballet. Quiero aprovechar para apuntarme a algún cursillo de flamenco, o funky, o jazz...
Pero sobre todo, quiero (necesito) un verano que dure aproximadamente... unos 2 años y medio. Mmmm si, creo que con eso será suficiente.
El caso es que, como casi siempre, tengo demasiados planes. Y es que ya sé lo que va a pasar: que no voy a cumplir ninguno. ¡Ay, qué despiste! Sí que voy a ir a Lanzarote, y seguramente no lleve a cabo ninguno más porque acabaré dedicándome en cuerpo y alma a otro: vaguear.
¿Es posible que yo esté ubicada en un universo paralelo en el que los días sean de 18 horas? No encuentro una explicación. Sencillamente, es como si abriese la puerta del armario para sacar la bolsa de la playa, y en lo que tardo en sacudirle el polvo y desalojar a las polillas, ya tuviese que volver a buscar la bufanda.
Todo esto, aderezado con la incertidumbre de no saber realmente a lo que voy a dedicar mis próximos 2 meses. He intentado hacerme un planing, pero todavía no soy capaz de ubicarme.
Tras la vuelta de las vacaciones escucharemos varios tipos de comentarios: unos aquejarán síndrome post-vacacional y alguna que otra depresión, y otros suspirarán aliviados por la vuelta a la rutina. Me empieza a preocupar verme cada vez más cerca de éstos últimos, me hace sentir mayor. ¿Nunca habéis extrañado esos veranos en los que la mayor preocupación eran las 5 divisiones diarias del cuaderno de Rubio que había que hacer para terminarlo a tiempo?
Esto no puede ser. Tengo 2 meses esplendorosos delante de las narices y ganas de hacer muchas cosas. No necesito nada más. Así que, aquí y ahora, tomo el compromiso de amortizar este "Verano'08". Bueno, también es cierto que si rompo ese compromiso no creo que nadie venga a exigirme responsabilidades. Pero se trata de un propósito firme. Nada de perder el tiempo. Y aquí iré dajando constancia de lo que haga, y también de lo que no.
¿El mejor remedio contra el aburrimiento? No disponer de tiempo para que éste aparezca. ¿El mejor remedio contra el tiempo libre? Las ganas de no desperdiciarlo.

lunes, 16 de junio de 2008

La boda de Gamzatti

Después de todos los nervios, una vez que las luces del patio de butacas se encienden y el telón comienza a cerrarse, me invade esa lástima inevitable del "ya se ha acabado todo". Siempre queda el consuelo de pensar en el del año que viene, porque cada día nos quedará un poquito menos, pero parece tan lejano...
Ya ha pasado el que para mi iba a ser (y ha sido en cierto modo) uno de los días más importantes en mi vida de bailarina. Ya hablé aquí sobre una pieza de repertorio de La Bayadera que, tras años de espera y de mejorar mi técnica, iba a bailar este año. Pues ya es todo parte del pasado. Este sábado tuvo lugar el festival de mi academia, y digamos que no fue del todo mal. A ver, yo nunca voy a decir que estuvo bien "del todo", porque eso significaría que fue perfecto, y si fuese perfecto, yo estaría bailando en el American Ballet, o en el Royal Ballet. Yo siempre cuento con que los nervios hagan su aparición estelar para fastidiarme. El asunto es ver si me fastidian un poquito, o si convierten el día en un horror para olvidar. ¿El resultado? No ha sido malo, sobre todo teniendo en cuenta lo complejo de la interpretación, pero los últimos ensayos habían sido bastante mejores. Ahora, y aunque el recuerdo físico que me queda es la actuación final en DVD, en mi mente prefiero recordar las buenas críticas y elogios de profesoras y compañeras, y sobre todo la gran satisfacción de saber que soy capaz, que puedo interpretar una pieza complicada técnicamente, que tengo presencia en el escenario y, lo que a mi más me ha llenado: que soy capaz de transmitir y de hacer que se erice el vello (bueno, o eso es lo que me han dicho).

Ahora que acabo de releer lo escrito, parece que me esté subiendo a mi misma a lo más alto de los cielos artísticos. No es esa mi intención, porque creo que no soy la adecuada para opinar de mi misma, sino que sólo estoy intentando plasmar, letra a letra, lo que pasa por mi cabecita retozona. De hecho, en unos días subiré algunos vídeos, dispuesta a aceptar todo tipo de críticas.

El baile de flamenco resultó todo un éxito, todas lo bordamos y gustó mucho al público. Además, lo disfruté mucho. Porque algo que me fastidia mucho es que, con los inevitables nervios, parece que esa angustia puede con el disfrute. Pero en este baile no fue el caso. En el escenario pensaba: "Bueno, así no se puede bailar flamenco, aquí tengo que echar los restos". Y me lo pasé muy bien, fue genial, me movía con la música "casi" sin pensarlo. Estupendo.

Como anécdotas negativas, aparte del cansancio que supone estar tantas horas en el teatro (de 2 del mediodía a 11 de la noche, entre ensayos y presentación), quedan las molestias ocasionadas por viejos tirones y zapatillas que se niegan a mantener sus lazos bien cosidos. Lo de mi tirón no fue demasiado descarado, porque con la adrenalina por las nubes casi ni me acordaba, pero hoy lo noto más dolorido que de costumbre. Está claro que me excedí, pero me merece la pena. Y lo de las zapatillas... ya no tiene nombre. El año pasado ya tuve que estar a última hora recosiendo un lazo rebelde que se soltó. Y este año no había problema, las zapatillas estaban recién cosidas y recosidas. Pero en mitad de la 2ª parte, en la que teníamos que salir a cambiarnos en volandas, me fijo en un lazo que está a punto de quedarse colgando. Sin tiempo para nada, decido sujetarlo con un pequeño imperdible, y voy corriendo al escenario. Todavía no había empezado a sonar la música, cuando noto que el imperdible se ha reventado y lo tengo clavado en el empeine. Soy incapaz de describir la angustia que sentía, a parte del dolor. Por lo menos, en dicho baile marcábamos unos pasos tumbadas y sentadas en el suelo, así que aproveché para quitármelo y lanzarlo por ahí, pensando que prefería perder la zapatilla antes que seguir bailando con la cabeza en otro sitio.

Todo termina con la entrega de medallas y todo tipo de reconocimientos, agradecimientos y ramos de flores. Y por fin, nuestro turno. Tras un año complicado, en el que hemos pasado por un cambio de profesora, una renuncia a examen y embrollos varios, no sólo hemos sido capaces de salir al paso, sino que además hemos recibido todo tipo de elogios, ya que se ve que nuestro nivel ha aumentado notablemente. Y aquí delante, colgada de una balda, tengo la medalla que, más que nada, tiene ese valor sentimental que te recuerda el trabajo bien hecho, y que, de vez en cuando, éste se reconoce.

No quiero cerrar esta entrada sin hablar también del ramo de flores más bonito que me han regalado. 12 rosas blancas en un ramo enorme que superaba con creces todas mis expectativas. Está claro que el novio de una servidora todavía sabe marcarse unos buenos detalles. Sin duda, un broche estupendo para un día que, por muchas y variopintas razones, nunca olvidaré.


Si es que, al final, lo importante siempre es dar los pasos correctos.

jueves, 12 de junio de 2008

Camino al cielo

- Mírame, casi puedo volar. Quiero hacerlo como las chicas mayores, que yo las he visto. Son como plumas, parece que ni tocan el suelo. Sólo tengo que seguir intentándolo, y al final lo conseguiré. Me siento tan bien...

lunes, 9 de junio de 2008

Sin identidad

Soy una sin papeles, y ahora mismo carezco de identidad. Suena algo raro, pero es del todo cierto.
La última vez que la vi fue en un puesto de helados, cuando me disponía a comprarme unos chicles. Hablo de mi cartera, y por supuesto, de todo su contenido. A partir de ahí, sólo sé que llegué a casa, y que lo único que saqué del bolso fue el móvil. El resto no lo volví a tocar hasta hoy por la mañana, cuando he ido a buscar dinero para que mi hermana me recogiese unas fotos. Sencillamente, la cartera no estaba donde debía (en mi bolso, se sobreentiende) A partir de ahí, el día ha sido algo más loco de lo que pensaba al levantarme. Lo primero, salir corriendo al banco a anular la tarjeta. He bajado la libreta para actualizarla y hacer un análisis de daños. Mientras escuchaba al cajero hacer ruidos, sólo podía pensar: "¿Pero cuántas líneas está escribiendo?" Cuando ha salido por la ranura, se me ha encogido el estómago. Nada, ni un solo euro. No me han quitado nada (a parte de la cartera...), así que, por lo menos, las pérdidas económicas no llegarán más allá de lo que me cueste una cartera nueva. Tarjeta anulada. Mi precaria situación económica está a salvo.
Dentro iba lo típico: tarjetas de tiendas de las que pediré duplicados, el carné de la biblioteca, el de estudiante (que volveré a solicitar aunque deje la uni, porque me hacen descuentos), el del videoclub, la Travel, vales de descuento para el Bocatta y el Burguer, y varias fotos. Me duele bastante lo de las fotos, porque las de amigas y familiares puedo recuperarlas, pero entre ellas estaba la primera que me regaló "el pariento" (soy un poco "ñoña") y unas fotos muy antiguas: una de ellas, mía con mi hermana y mi padre, en un fotomatón hace unos 16 o 17 años, y otra de mi madre en sus años jóvenes, guapa, guapa (más que ahora).
¿Lo más engorroso? Claro, toda la documentación: DNI y carné de conducir. Voy a esperar unos días, por si la divina providencia me devuelve mis enseres, pero seguramente me tocará ir de madrugada a hacer cola para que me den mi nuevo DNI (ese con una foto terrible en blanco y negro)
Esta tarde he ido a poner la denuncia pertinente. El ertzaina que me ha atendido, tras preguntarme todo lo que ha considerado oportuno, me dice: "Según eso, yo sólo puedo ponerlo como una pérdida, no como un robo" A ver, vamos a ver... Yo siempre he visto muy difícil que alguien te saque la cartera del bolso que llevas a presión bajo el brazo, pero está claro que éso es posible. Porque más difícil me parece que, tras intentar meter la cartera al bolso, ésta se cayese sin que yo ni las 2 personas que estuvieron conmigo todo el rato nos diésemos cuenta. Pensaréis que eso no es tan raro, pero quien haya visto mi cartera lo entenderá. Era realmente grande, y pesada. Si se cae al suelo, ¡suena! No es como si se cayese un botón... Pero está claro que el señor ertzaina no lo ha considerado. En fin, todo lo que he sacado es una copia de la denuncia, aunque sigo sin ningún papel oficial. Me ha dicho que si en algún momento me piden mi DNI, lo único que puedo hacer, de momento, es enseñar ese papel y esperar que lo den por válido. Aunque no sé yo hasta que punto puedo ser válido un papelillo en el que pone, literalmente: "Quien dice ser..." Curioso, muy curioso. Yo digo ser, pero puedo no ser. Ahora es mi gran oportunidad para llamarme Grace Kelly. ¿Acaso alguien tiene algún documento que asegure que ése no es mi nombre? Ahora que lo pienso... igual abro un foro de opinión, para que me den sugerencias de nombres. Mientras sea una "sin papeles" me llamaré como yo quiera, y a ver quién me contradice, ¡hombre ya! De momento, llamadme "Presunta".

sábado, 7 de junio de 2008

El camino de la Bayadera

Ya se acerca. Y yo no sé si empezar a asustarme, o esperarlo todavía con más ganas. Dentro de una semana ya habrá terminado todo, y espero que sea para bien. Por algo es uno de los días del año que se marcan en fosforito. Sólo uno cada 365 días. El festival de mi escuela de ballet. Se nos conceden 2 horas y media o 3 horas para mostrar a familiares, amigos y demás personal todo nuestro trabajo de un año, y más en concreto, de los últimos meses.
Y estamos en los peores días. Esos en los que lo ves tan cercano que te agobias, pensando en las mil cosas que quieres mejorar, pero que no podrás hacer por falta de tiempo, a la vez que deseas que llegue por fin, porque el cansancio a veces puede con la ilusión.
Pero este año es especial, por lo menos para mi. Dentro de una semana espero poder decir que, además, ha sido genial. Es que tenemos un amplio repertorio, de bailes muy diferentes, todos ellos en grupo, excepto uno. Y ahí es donde este año radica el centro de mis nervios e ilusiones. En un fragmento de repertorio clásico que interpreto yo sola (igual que mis compañeras, es decir, cada una tiene el suyo). Durante un par de minutos se nos concede todo el escenario, y la atención de todo el público. Todo esto hace que sea un momento maravilloso, a la vez que horriblemente matador. Es imposible explicar lo que se siente cuando sales a escena y coges tu posición. Los segundos que pasan hasta que tu música empieza a sonar son como la peor de las torturas chinas. Ni siquiera te estás moviendo, pero notas una gran tensión por todo el cuerpo, a la vez que la flojera se apodera de tus piernas y brazos, que ya están temblando. Pero ya no hay marcha atrás, lo único que puedes hacer es dar lo mejor de ti misma, todo lo que te queda dentro.
Una vez puestos en situación, nos vamos unos 7 años atrás, a uno de mis cumpleaños, en el que recibo una cinta VHS (todavía no se vendían DVDs), con la primera obra de ballet clásico que entró en mi casa: La Bayadera. Es una versión del Royal Ballet, y en la caja aparece una bailarina con un precioso vestido rojo. Meto la cinta en el vídeo y me la veo sin levantarme del sofá. Cuando ya se está acabando, aparece en pantalla la chica del vestido rojo de la caja. Baila una variación sencillamente espectacular, con fuerza, con intención, y con una técnica perfecta. El vídeo es de mala calidad, pero es lo que hay... Tened en cuenta que ella es primera bailarina del Royal Ballet de Londres, y yo sólo soy...yo. No soy espectacular como ella, pero ésta es mi misma coreografía.

Me prometí que yo bailaría esa misma pieza, aunque fuese lo último que hiciese antes de dejar la danza y sólo me la bailase para mi misma. Y ese día llegará, por fin, la semana que viene.
Lo tengo todo listo, un vestido que mi madre ha decorado lentejuela a lentejuela(espero pagárselo dando lo mejor en el escenario, y que ella pueda llorar a gusto, que siempre se me emociona), con diseño de una servidora. Y como complemento, una corona que he hecho yo misma con avalorios. Me ha costado tanto tiempo, cabreos, y heridas hechas con los alambres, que no puedo dejar de enseñaros el resultado (espero que a mi me quede mejor que a mi tortuguita). Pero sobre todo, lo que yo no pensaba que sería posible, tengo el baile. Sin tener que simplificar pasos, sin tener que cambiar las partes de más complicación técnica. Hoy, al terminar mi ensayo, mi profesora me ha enseñado el brazo mientras me decía: "Mira, con el vello erizado. Y ésto no se puede fingir..." Creo que ha sido uno de los mejores momentos que ha vivido entre esas paredes. Está todo listo. Todo el trabajo está hecho. Tan sólo puedo esperar que mis nervios me den una tregua, y no me la jueguen como siempre. Esta vez no, no puede ser. Me lo merezco (creo), por todo el camino recorrido.

miércoles, 4 de junio de 2008

ART and the city

ARTE: 1. amb. Virtud, disposición y habilidad para hacer algo.
2. amb. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
(Según la Real Academia de la Lengua)

¿No creeis que "arte" tiene un carácter muy abstracto como para adjudicarle una definición?

Para mucha gente, el arte son cuadros y esculturas, siempre encerradas entre las paredes de un museo. Y hoy en día, para algunos ni siquiera eso. Yo he estado alguna vez en el Guggenheim, donde es frecuente escuchar a alguien soltando eso de: "¿Y esto es arte? Eso lo hace mi hijo de 3 años". En esta sociedad, en la que vemos que todo evoluciona día a día, que no podemos dar nada por seguro porque 3 meses más tarde ya no tendremos razón, hay personas que siguen ancladas a ese arte rodeado por marcos, sin querer pensar que los artistas sí han evolucionado, y con ellos sus ideas, sus ideales, sus pretensiones, sus medios y recursos. ¿Dónde está escrito que no se pueda crear una obra de arte con deshechos que alguien ha tirado? ¿Por qué no puede ser arte un vestido que compramos y redecoramos a nuestra manera? Si no se expone en un museo... ¿no es arte? Pues, por lo menos a esta última pregunta, sí que tenemos una respuesta. El arte está en la calle, desperdigado por la ciudad.

En los últimos años Bilbao ha cambiado mucho. Ha pasado de ser una ciudad oscura, envejecida y cuyo centro eran los astilleros abandonados, a una ciudad totalmente nueva, con grandes espacios verdes y edificios renovados. Y nos renovamos día a día. Para ello, el Ayuntamiento se vale, entre otras cosas, de diversas exposiciones callejeras. Algo realmente interesante.

La primera (que yo recuerde), y sin duda la más famosa, fue la de las vacas. Se repartieron por toda la ciudad 175 vacas de fibra de vidrio, todas diferentes, decoradas y diseñadas por diferentes personas. Había auténticas maravillas, y a mi me encantaba tomar una calle por la que no solía pasar y encontrarme una vaca nueva, o incluso en el interior de algunos edificios públicos y comercios. A modo de secuela, aterrizaron en las calles las palomas, aunque en este caso estaban decoradas por diferentes colegios. De hecho, yo participé pintando la que "apadrinó" mi colegio. Luego, nos expusieron enfrente del puente Calatrava.

Me gustó mucho la exposición de jardines. Gracias a ella, en cualquier rincón podías encontrar un pequeño huerto, un mini-bosque, y alguno tenía hasta un lago. En este caso, me hice con un folleto de la localización e intenté visitarlos todos (casi lo consigo). Me quedé fascinada por la gran originalidad de la que podíamos disfrutar durante un paseo. ¡Guerra a los jardines de césped y setos!



Una de las últimas ha llegado de la mano de Manolo Valdés, que colocó por el centro bilbaíno grandes esculturas de bronce. Algunas de ellas reproducían Las Meninas de Velázquez o la Dama de Elche.

Y por fin, lo último en arte callejero, rebosante de originalidad, pero un poco desconcertante. ¡Nos invaden los marcianos! Bueno, más bien son marcianitos. Y come-cocos. Y los primos-hermanos de los Tamagochis. Lo más curioso, es que pasa casi desapercibida, mucha gente no se ha percatado de su presencia. Esto último a mi me parece de lo mejor, ya que, a partir de ahora, a veces voy mirando las fachadas en busca de vistantes interplanetarios. ¡Es como buscar a Wally! Por diferentes paredes y recovecos de hormigón han instalado mosaicos que crean a estos marcianitos. Es genial que una exposición pueda incluir el entretenimiento al más puro estilo "gyncana".



El fin de cualquier expresión artística es transmitir una emoción, causar a quien la vea algún tipo de pensamiento, sentimiento o reacción. ¿Estamos dispuestos a abrir nuestra mente a lo que está por venir?

domingo, 1 de junio de 2008

Quien avisa...

"¿Ya has sacado la barca? " he oído que le preguntaba mi madre a mi abuelo por teléfono. Quien haya visto hoy algún informativo, ya sabrá por qué. A unos pocos kilómetros de Bilbao, algunos vizcaínos se han despertado al notar las sardinillas rascándoles la nariz, y otros, al asomarse a la ventana han podido contemplar un inmenso lago surcado por policías-buzos en lanchas motoras.


Ayer a media tarde empezó a llover, y sencillamente no ha parado en toda la noche. Lo único en lo que yo pensaba era en el fastidio de ver llover sin parar, pero yo creo que nadie imaginaba amanecer entre las aguas. No es la primera vez que veo llover sin parar tanto tiempo (es que como en Bilbao llueve "poco"...), pero cuando he empezado a ver algunas imágenes, me he quedado blanca. 1 metro de agua en algunas zonas, carreteras cortadas, la mitad de la línea de metro cerrada... Y en la televisión oíamos que, tal vez, lo peor esté por llegar. La pleamar era a las 3 de la tarde.

[Breve inciso: el río que pasa por Bilbao y los demás municipios es, realmente, una ría. Es decir, su nivel sube y baja con el del mar]

Y ahora, que ya han pasado las 5 de la tarde, me complace comunicar que sigo con los pies secos. Aunque yo, desde mi ignorancia, me pregunto: ¿cómo ha podido ocurrir algo así en unas tierras en las que sus habitantes tenemos el paraguas enraizado a la mano? Si es que hace más de una semana que llueve, y luego llueve, y más tarde, por no llevar la contraria, sigue lloviendo. Además, según la página de la Agencia Estatal de Meteorología, es lo mismo que vamos a ver, por lo menos, hasta el sábado que viene.

Yo hoy había hecho planes: iba a ir a la feria de artesanía de Getxo. Pero cuando he llamado a mi novio para decirle que teníamos que buscar un "plan B (de Bañador)", escucho cómo me dice que, más o menos, esto ya lo habían predecido. ¿Serán los mismos que cada año predicen que vamos a ganar Eurovisión? Pues resulta que el muchacho nació en plenas inundaciones del 83, cuando las aguas del Nervión llegaban hasta los primeros pisos del Casco Viejo. Y hace un tiempo vio un reportaje sobre ello, en el que decían que el "fenómeno" se podía repetir 25 años más tarde. He dedicado medio segundo a unos veloces cálculos mentales antes de decirle: ¡Pero si tú este año cumples los 25! Ahora, ¿cómo hay que interpretar esto?
a) Haha, se han equivocado. Bueno, tan sólo se nos ha adelantado un poco.
b) Esto no ha terminado hasta que el Casco Viejo de Bilbao (que de momento se ha librado) sea de nuevo un espacio sub-acuático.
c) ¿Pero qué tontería es esa?
En fin, quiero pensar que hasta los hombres del tiempo se equivocan, pero como soy mujer asustadiza, voy a empezar con compras de emergencia: garrafas de agua potable, latas de conservas, un submarino y un arpón para defenderme de los tiburones.

Pequeñas bailarinas

Todo acaba. Y por eso mismo yo voy cogiéndome las vacaciones poco a poco. Ahora ya dispongo de las tardes de los viernes, porque ayer di mi última clase de ballet a mis niñas. Me han dado quebraderos de cabeza, y algunos cabreos y frustraciones, pero cuando ayer las estaba viendo bailar... me empezó a entrar la morriña, y fui incapaz de dejar de sonreír. No hay nada mejor que ver los resultados de un trabajo bien hecho.



Al ser fin de curso, hicimos un pequeño festival para que los familiares y amigos viesen lo que hemos ido haciendo durante el año. Y tuvieron un buen surtido: ballet, batuka, danza del vientre... Y es que, cosa que no esperaba, ayer salió todo genial. Estuvieron muy atentas, muy guapas, y muy bien organizadas. Hasta la más pequeñaja, que sólo tiene 4 añitos, estuvo estupenda. Cuando terminaron todos los bailes, tocaba la merendola, y charlas con los padres. No quiero ni imaginar la carucha que tendría mientras me comentaban cómo se notaba lo que las chiquillas han mejorado en un año.


El curso que viene no podré seguir dándoles la clase, porque yo voy a estudiar en horario nocturno, así que por lo menos, me quedo con un buen recuerdo del pequeño grupito que fueron mis primeras alumnas.


Y ahora, a descansar. Las niñas, pero sobre todo yo.