martes, 29 de abril de 2008

Día Internacional de la Danza

29 de Abril. Día del nacimiento de Jean-Georges Noverre. ¿Te suena? A mí tampoco hasta hace pocos días. Se le considera el creador del ballet moderno. Pero lleva muchos años criando malvas y no le vamos a molestar. Aunque podría sentirse muy orgulloso, ya que se ha elegido esta fecha para celebrar el Día Internacional de la Danza. Hoy en día hay tantos festejos y celebraciones que vamos a tener que alargar el año para no dejarnos ninguno, pero el mundo de la danza ya tiene su hueco reservado.
¿Y qué es lo que pasa hoy? Pues no pasa nada especial. ¿Y eso es malo? No tiene por qué. Sería una pena que hoy tuviese que levantarme del sofá sólo para honrar el día que es. Por eso me encanta poder decir que, para mí, todos los días son Días de la Danza. No hay un solo día en mi vida que yo no haga mi celebración personal. Sin comilonas ni confeti. Tan sólo con mis zapatillas y el pelo recogido para que no me moleste. Sin sesiones de maquillaje ni regalos. Mi gran regalo es que mi cuerpo me permita seguir moviéndome al ritmo que me marca la música.
En la entrevista para la radio que nos han hecho hoy, ha habido una pregunta común para todas: “¿Qué es para ti la danza?” Y una respuesta común: “Todo”. Demasiado común, pero no hay nada que lo exprese mejor. ¿Cómo evitar ir por casa bailando con la radio? ¿Cómo ordenar a mi cabeza que no piense en los pasos que mejor le van a una melodía? ¿Cómo renunciar a lo que muchas veces es lo mejor de mi día, lo que me ayuda a evadirme de las preocupaciones? ¿Cómo apartar de mi vida lo que a su vez me la da? ¿Qué hago, sino bailar? Igual que unas personas nacen altas o pelirrojas, yo nací bailarina, y así será siempre. Aunque lo intentase, no me lo podría arrancar de dentro.
Los malos momentos sólo son malos porque no han podido ser todo lo buenos que esperaba. Resulta decepcionante ver que tu trabajo y esfuerzo no da los resultados que esperabas, pero no quiero olvidarme nunca de que no bailo por una meta. No quiero llegar nunca a una meta, porque eso significará que ya no hay nada más allá, que no tengo una razón para seguir. Yo bailo para mí, y bailaré hasta que no cuente con la única herramienta necesaria, hasta que el cuerpo no me lo permita. Porque razones y motivaciones, nunca faltan.
Y las satisfacciones que recibo son tan grandes que duran días. ¿Se puede explicar una sensación a la que no le encuentras comparación? Algunos de los mejores momentos de mi vida los he vivido entre sudor, horquillas, cambios de vestuario, y también a veces agujetas y dolor. El esfuerzo recompensado en cuanto subes a un escenario. La gente te mira, y tú quieres darles lo mejor de lo que eres capaz. Notas el calor de los focos y la música comienza, y tú con ella. Y ya no hay gente mirándote, sólo estás tú, disfrutando de ese momento antes de que se acabe. Ojalá nunca acabe.
No hay mejor festejo del Día Internacional de la Danza que el seguir disfrutando de ella. Hoy, más que nunca, si es posible: KEEP ON DANCING!!

lunes, 28 de abril de 2008

Montada en las ondas

Mañana es, para algunas personas, un día de los de señalar en el calendario, aunque sea mínimamente. Pero no quería mencionarlo todavía... El caso es que por esa razón, hoy nos han hecho una entevista para la radio a mi y unas compañeras (aiss, qué vergüenza) Y sólo quería dejar aquí constancia, por si alguien de estas tierras quiere escuchar mañana Radio Euskadi (91.7 FM) entre las 16:00 y las 16:30. De todas formas, mañana publicaré un post más extenso, y veré si puedo colgar el audio.

domingo, 27 de abril de 2008

Nueva compañía

Internet es un mundo que nunca deja de sorprendernos. Sin ir más lejos (y no a la China) yo acabo de hacer una adopción on-line. Y no tengo que esperar meses. Así que quiero presentaros ya a mi nueva mascota. Se llama Coppete y podéis verle en la columna lateral. Llevamos poco tiempo juntos, pero ya se ha adaptado. En una pestaña que pone "More" he dejado algo de comida que le podéis dar cuando queráis, además de un spray con agua para asearle (esque cuando le haces click encima varias veces seguidas, le dá por revolcarse en el fangal) Es un poco cochinete, pero muy agradecido.
Si esque cualquier día podremos crearnos un/a novio/a a la carta, al que podamos despachar cuando queramos con tan sólo apagar la pantalla. Hasta que lo veamos, podemos ir practicando con las mascotillas. Además, se pueden coleccionar, como los cromos.

Playing for a while

¡Mira qué hora es! Te parecerá bonito, ¿no? En mi favor alego ser una persona débil a la que es fácil tentar con un sencillo juego. Él es el culpable.
La descubridora oficial en mi ámbito hogareño fue mi hermana, y me encuentro en condiciones de afirmar que es una de las mejores cosas que ha hecho en esta vida. Hemos malgastado (o aprovechado, por qué no) muchas horas en colaboración conjunta para seguir pasando niveles. Ahora, me siento en deuda con el ciber espacio y he decidido compartir mis conocimientos lúdicos. Si ya le has cogido tirria al Brain Training, pero te preocupa la desertización cerebral... ¿a qué esperas? Mira tu reloj. ¿Tienes tiempo? Pues entra por aquí, y que lo disfrutes.
Keep on playing!

jueves, 24 de abril de 2008

El libro sin su rosa

Aunque mirando el reloj y el calendario a rajatabla llego un poco tarde, no quería irme a planchar la orejilla sin recordar que se ha celebrado el Día del Libro. Se le da mucho bombo en los medios pero, personalmente, me parece que se queda más en una simple reseña en el calendario. Parecerá un tópico, pero es una pena que cada vez haya más libros amarilleando en las estanterías. Yo soy una lectora confesa, de las que son capaces de renunciar a dormir, e incluso a estudiar para un examen debido a esa incapacidad de cerrar el libro. "No puedo parar en esta página si la frase se queda a medias, tiene que haber un punto" y "Bueno, sólo un capítulo más" son pensamientos que seguro no solo son míos. Pero también es cierto que me resulta más sencillo coger el mando y escuchar la tele de fondo que centrarme en un libro. No es algo que me llene de orgullo, pero como a mi, esto les ocurre a muchas personas hoy en día. A pesar de eso, todavía me gusta perderme entre las líneas de tinta, aunque seguro que leería más si se me estropease la televisión. Y en este día y desde este blog (o lo que hace años se hubiese podido llamar diario y llevaría un candado) quiero mandar mis condolencias a toda la gente que no ha descubierto el efecto adictivo que muchos libros ejercen sobre nosotros, débiles seres que hemos de rendirnos al poder de esas páginas para disolver nuestras (a veces) tristes vidas para darles forma a su antojo, aunque tan sólo sea de forma fugaz. De repente, un día el libro se acaba, y te invade el desasosiego al no ver más páginas, y te quedas durante un par de minutos contemplando la portada, con cara lánguida. Mira el lado positivo: de repente, tienes la oportunidad de elegir un nuevo mini-universo de papel y tinta que encerrar el el cajón de tu mesilla. ¿Quién más te puede ofrecer algo parecido?
Yo, para celebrarlo, me he hecho hoy mismo con "El juego del ángel", recientemente publicado por Carlos Ruiz Zafón. Tan sólo me ha faltado una cosa: ¿por qué en Bilbao no nos regalan rosas?

Me permito la licencia de haceros algunas sugerencias, aunque seguro que ya os suenan:
  • El juego del ángel, de Carlos Ruiz Zafón.
  • El cuento número trece, de Diane Setterfield.
  • El niño con el pijama de rayas, de John Boyne.
  • La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón.
  • Angeles y demonios, de Dan Brown.
  • Las amigas imperfectas, de Luis del Val.
  • La Biblia de barro, de Julia Navarro.
  • La sangre de los inocentes, de Julia Navarro.
  • Los pilares de la Tierra, de Ken Follet.
  • El Cuarto Reino, de Francesc Miralles.

¿Pueblerina, geisha, o un poco de todo?

Ya ha pasado el segundo día de ensayos para la ópera, y la verdad, sigo sin ubicarme mucho. Más bien estoy algo desconcertada. El baile no es tanto baile, porque hasta los pies se llevan arrastrando por el suelo. Digamos que se centra en la expresión y el movimiento de los brazos, porque eso sí, bailamos con unos abanicos enormes. Ay, si no he mencionado que somos unas geishas (aunque, según el director de escena, luego resultamos ser unas cabronas). Ayer, como primer día, nos empezaron a enseñar la coreografía. Somos 12 chicas, y el baile es para 8, por lo que había que retirar a 4. Y aunque he conseguido colarme en el grupito de afortunadas, en el momento en que el director me hizo apartarme para que otra cogiese mi posición... En fin, que cuando dedicas a tus clases de ballet una hora y media diaria, como mínimo, verte entre las torpes duele un poquillo. Pero ya tengo nueva meta: ser una prostituta. Y eso que en el formulario de inscripción no marqué la casilla "Dispuesta a desnudarme parcial o totalmente". No me haría gracia si no hubiese visto el vestuario. Tan sólo son kimonos a los que les han hecho aberturas en los costados. Pero también se hará una coreografía para 8 prostis, así que sigo con la incertidumbre. No es afán de protagonismo, tan sólo es que yo soy bailarina, y quiero bailar (como Billy Elliot). Digamos que no voy sobrada de amor propio, y verme fuera no sería de gran ayuda.
De momento hoy hemos empezado los ensayos con el resto del reparto, los cantantes y el coro. Aquí somos parte del pueblo. Básicamente, ando por el escenario con una garrafilla debajo del brazo, y gesticulando. Es un trabajo algo más interpretativo y teatral, y si yo ya soy poco vergonzosa, el meterte en el papel de china de la época imperial viéndote vestida con unos vaqueros y playeras, no ayuda mucho. Estoy segura de que cuando nos caractericen y estemos en el escenario, todo irá mejor. Aunque suene raro, me siento más cómoda encima del escenario que en una sala de ensayo, mientras la gente te observa. Es difícil explicarlo, pero lo que se siente allí arriba... no lo cambio por nada.
Estoy muy contenta con la oportunidad que tengo. Es genial poder ver cómo se organiza un espectáculo así desde dentro, y ver ópera en vivo es impresionante. Sé que el día que ensayemos con vestuario y decorado en el escenario... va a ser algo fuera de serie. Porque he asistido a muchísimos ballets, pero soy primeriza en esto de la ópera. Y sin duda, esto será una gran puesta de largo.

lunes, 21 de abril de 2008

Despedida oriental

Hace apenas unas horitas que he cenado mi "ensalada de queso de cabra y bacon cantonés", o como dicen muchos clientes, la "ensalada de cabra". Esto no sería relevante si no fuese mi última cena como camarera oficial. Debido a todas las horas de ensayo que voy a necesitar para la ópera he tenido que dejar el restaurante. Estoy segura que dentro de unos días ya casi ni lo pensaré, porque estaré emocionada pasando todo el día en el teatro, pero hoy... ¿Quién me iba a decir a mi, hace unos 8 meses, que me iba a sentir tan mal vaciando esa taquilla nº4 de nuestro (bueno, mio ya no) vestuario? Tenía en el estómago esa misma sensación que te viene mientras estás haciendo la maleta a la vuelta de unas buenas vacaciones: No quiero que esto se acabeeee...


Cuando empecé, estaba segura de que enseguida me cansaría, ya que trabajar por las noches y los fines de semana es una ****** , el trato con el público no siempre es fácil, me ponía muy nerviosa, me daba miedo tirar la bandeja, los días con muchos clientes lo pasaba fatal, y al equivocarme trastocaba el ritmo de trabajo de los demás. Pero con el tiempo, empieza a ocurrir: resulta que empiezas a coger cariño a tus compañeros. Y ya te da igual que no sea un gran trabajo ni recibas un gran sueldo a fin de mes, porque estando tan a gusto en el día a día, trabajando con ellos mano a mano... ¿para qué más? Resulta que a la mayoría nos ha pasado lo mismo: "Yo empecé para unos meses, pero de eso hace ya un año". Hay que ver lo importante que es encontrarte con gente que merece la pena, ¿verdad? Pero bueno, yo ya les he amenazado con ir a menudo de visita. Probablemente me pasaré a cenar cuando salga del Euskalduna, que por algo está tan cerca.


De momento, ya he olvidado lo que en su momento me hacía cabrearme, como un montón de malnacidos que deberían comer en pesebres. Echaré en falta el picoteo incansable del pan de gambas, la batidora que se me atasca sólo a mí, copas de vino que siempre se rompen, caídas en la cocina tras fregar el suelo, montones de palillos orientales, los tickets en los que aparece mi nombre, llevar el horario semanal en la cartera, el "enseñad un poco la pierna, a ver si entra alguien más", los clientes enamoradizos, los hornillos que funcionan en cocina y dejan de hacerlo al llevarlos a una mesa, indicar contínuamente que los baños están detrás de la cortina verde, recorrer medio Zubiarte para bajar la persiana, poner cafés con dos azucarillos para los cocineros, ver la neverita de los postres y la encimera del microondas repletas de galletitas, bollería varia, donuts y donettes, el mandil que siempre se me revira, los chorros de agua ardiendo que escupe el lavavajillas en cuando metías la mano, esas botellas de Coca Cola en la cámara desde que la bebida nos la trae Pepsi, la cera de las velas que caía a las mesas y había que rascar, las bolas imposibles del helado de leche merengada, los bailoteos al ritmo de la radio, los corchos de las botellas que se rompen, y los de las botellas de Lambrusco que se niegan a salir mientras los clientes te miran sin ayudarte, los apretones en el vestuario, la bicicleta omnipresente en dicho vestuario, el cafelito antes de empezar el turno, la cola que a veces se forma en la puerta del congelador, la "explosión" del cañero al acabarse el barril de cerveza, las llamaradas saliendo del wok, la alegría de ver un billete de 5 € de propina, el inconfundible grito de "comidaaaaaaa" saliendo de la cocina... Se me hace raro pensar que ya son parte del pasado, parece que no pudiera ser cierto.
Ahora ya sólo me queda cobrar el finiquito y agradecer a mis jefas y compañeros el haber dado una oportunidad de sentirse útil a esta chica un poco despistada, y el hacerme darme cuenta que prefiero un pollo teriyaki antes que un libro de telecomunicaciones.
De momento me voy... pero no me perderéis de vista.

sábado, 19 de abril de 2008

"Futuro" es femenino

trililooooo... ¿Habéis oído eso? Es el soniquete de mi nuevo portátil al encenderse. Hoy por fin escribo mi primera entrada desde mi habitación y sin presiones. Ultimamente se me hacía muy complicado encontrar un rato para sentarme en el ordenador en el cuarto de mi hermana. Así que a partir de hoy, que conste en acta, que tengo el firme propósito de entrar a actualizar más a menudo. Ahora, la intención es lo que cuenta, y el resultado ya lo veremos.
Para los que hagáis un seguimiento de este mi humilde blog [que ya sé no sois muchos, pero esto está escrito sólo para los mejores ;-) ] tengo el placer (para mi) de comunicar que ya estoy dentro del reparto de Turandot. Empiezo los ensayos este próximo martes, y de momento ni yo misma sé muy bien lo que me voy a encontrar, pero ni hace falta decir que ya lo iré contando todo.
Llevo unos cuantos días pensando en dejar aquí una humilde reflexión sobre un temita que, desgraciadamente, nunca queda atrás. De hecho, tengo tantos ejemplos en la recámara, que me falta tiempo y capacidad de almacenamiento en Internet para exponerlos todos. Por eso voy a recurrir a uno muy reciente, de esta misma semana, del que seguro habéis oído hablar, aunque estuvieseis en el extranjero. Me refiero a la reciente constitución del Gobierno, que durante 4 años va a estar formado, si no me equivoco, por 9 ministras y 8 ministros. A pocas matemáticas que sepamos, nos damos cuenta de las mujeres ganan en número. A mí esto me alegró y también me llamó la atención, como a casi todos, supongo. Y ahí, sin darnos cuenta, empezamos a caer en el pensamiento machista. ¿Por qué todavía nos tenemos que sorprender por este hecho? Pongámonos en esta situación: se constituye en Gobierno con 9 ministros y 8 ministras. ¿Acaso alguien hubiese arrugado el morro pensando: "Hum, hay más hombres que mujeres..."? Seguro que no, simplemente es un dato irrelevante. Otra cosa, aunque no lo sé concerteza, estoy bastante segura de que casi tod@s los que se quedan a pasar la fregona y el trapito después de que las diputadas se vayan a su casa a hacer la cena y los diputados a cenar directamente (perdón a los que sean cocineros de su mujer), son mujeres. ¿Y acaso ha salido Berlusconi a decir: "Me parece que el batallón de limpieza del Congreso de España es muy rosa" ? Aprovecho esta mención para dar todo mi apoyo moral a las mujeres italianas, puesto que, aunque su presidente afirme públicamente y sin ningún tipo de vergüenza lo contario, yo estoy segura de que son mujeres muy inteligentes y que podrían sacar adelante el país sin ayuda de ningún papanatas. He guardado un recorte de periódico en el que recopilan varias críticas a nuestras recién estrenadas ministras. Lo feo es que no critican su trabajo, puesto que no han tenido tiempo ni de colocar un bote de lápices en su nuevo despacho, sino su condición de mujeres. Por ejemplo, parece ser que un dibujante de ABC, ideó una viñeta "de humor" en la que se preguntaba si dichas ministras habían llegado a serlo por su valía profesional o gracias a la Ley de Paridad. Y ahora yo planteo: ¿Muchos de los grandes dirigentes que han decidido el futuro del país y del mundo (no voy a entrar en nombres ni temas políticos, pero seguro que tenéis algún nombre en mente) llegaron a ese puesto tras demostrar sus grandes capacidades como líderes y profesionales? ¿Acaso tuvieron que superar un examen de aptitudes que la Ley de Paridad ha convalidado a las ministras? Otra pregunta que surca mi cabeza: En esta era en la que se mira mal a quien deja entrever una ideología racista, ¿cómo permitimos que tanta gente se jacte de su convicción machista? ¿Dónde han dejado su vergüenza y sentido común?

Si hoy en día las mujeres estamos empezando a ganar el terreno que siempre nos ha pertenecido es porque hubo algunas con tanto que dar, que consiguieron destacar a pesar de el afán de muchos por desprestigiarlas. Y yo espero que nuestro Ejecutivo Rosa trabaje por el bien del país y para cerrar muchas bocas, se lo deben a ellas mismas y a otras mujeres anónimas.
Antes de ir acabando, quiero dejar claro que no me considero feminista, sino que creo que la meta es acabar con la guerra machista vs. feminista. Sí que creo que la mayoría de las mujeres valen más que la mayoría de los hombres. Está demostrado que somos genéticamente algo superiores en muchos aspectos, que no en todos, y ya no es muy difícil encontrar hombres que afirman que sin las mujeres, no serían nada. Pero a pesar de todo, yo no quiero vivir en un mundo donde me lo pongan todo fácil por ser mujer, sino donde a todos se nos mire igual. La valía de cada uno la demuestra él mismo, y no lo que guarda bajo la ropa interior.

# Una mujer sin hombre, es como un pez sin bicicleta #

sábado, 12 de abril de 2008

¿Opera_tiva o apagada?

"La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida", que dijo alguien... ¿Qué sería de nosotros y nuestras tristes vidas si nunca ocurriese nada inesperado? Nos levantaríamos de la cama sabiendo que lo primero que vamos a hacer es quitarnos esa legaña que nos molesta, y que a partir de ahí todo va seguir un guión diario. Por la noche nos acurrucaríamos entre las sábanas pensando "Otro día más..."
Reconozco que yo soy de las que dicen que si no hay novedades, es porque la cosa no va mal. Al fin y al cabo, sólo es cuestión de suerte. Buena o mala, eso ya es otro asunto. Digamos que, en general, la suerte es una variable que puede cambiar en función de varios factores: el poder adquisitivo del sujeto, su belleza (exterior por supuesto) o algún mal de ojo. Seguro que todos pensamos que nos persigue la negra, pero si lo miramos de otra forma, cuando por fin nos llega ese golpecito de suerte... como que se coge con más ganas. Y mira que yo tengo el carnet de Afiliación a la Mala Suerte grapado en la partida de nacimiento, pero creo que cuando me llega mi momento, no me puedo quejar. Es como si me dijesen: Ya que solo te va a tocar una vez al año, por lo menos que sea algo decente, no una caquita fría de paloma (lo entenderá quien vea Fama, o cualquier zapping televisivo) El año pasado fue la oportunidad de bailar en desfiles de la firma Christian Dior, y ya está. A partir de ese gran apogeo de mi buena suerte, sólo pude ir a peor.
Y ahora, cuando son casi las 5 de la madrugada, estoy aquí sentada para comentar que creo que este año ya ha llegado "El Momento". No me voy a extender mucho porque no tengo muchos datos, pero sí tengo sueño y cierto temor a que por hablar... ZASCA!!! todo al carajo... (Tengo mi punto supersticioso) El caso es que mi Buena suerte me brinda la oportunidad de formar parte del cuerpo de baile de la ópera Turandot, siempre y cuando la Mala no decida impedirlo a última hora, en cuyo caso ya no sería Mala, sino Mala con avaricia y resquemor. Lo poco que sé de momento es que tendré que ensayar durante unas 3 semanas para hacer 5 representaciones en el palacio Euskalduna, y que voy a tener que dejar el trabajo en el restaurante, y no podré dar clases a mi chaval en todo un mes. Pero a pesar de que me da miedito meterme en cambios, ¿cómo rechazarlo? Llevo meses viendo a los bailarines de Fama desde el sofá, comiendo como una gocha y soñando con poder estar algún día donde ellos, en un escenario, como cuerpo de baile de un musical. Y de repente... simplemente se me ofrece la oportunidad. Por eso, porque cada vez que hay ofertas en el súper yo busco dónde está la trampa, me temo que mi Mala Suerte me vigila de cerca. Así que, por lo menos hasta que tenga más noticias, espero que decida tomarse unas vacaciones, que las dos nos las merecemos.
Como estamos metidos en el tema, aquí dejo unos vídeos de varias óperas. No seáis garrulillos y echadles un ojo, que es posible que os sorprendáis al ver que muchas las conocéis. Son algunas de mis preferidas.


Pavarotti - Nessun Dorma (Turandot)


Sumi Jo - O Mio Babbino Caro


Ave María de Gounod


Lara Fabian - Caruso


Lara Fabian - Adagio de Albinoni

domingo, 6 de abril de 2008

Derecho a cotillear

¿Quién no conoce hoy en día sus derechos? Todos estamos de acuerdo en que son algo muy importante en la sociedad actual, aunque para algunos también son una excusa tras la que esconder algunos de sus "caprichos" (entiéndase caprichos como algo que se hace porque si, sólo porque apetece y sin pensar en si es correcto o no) Algunos de estos derechos, mal entendidos por parte de algún zopenco, les lleva a creer que hagan lo que hagan, están amparados por alguna ley que defiende sus actos. Aunque esto ya se trataría de meterme en muchos fregaos y no me gusta la polémica. Porque de hecho, al hablar de este tema, a muchos se nos va la cabeza hacia temas muy circunstanciales: el derecho a la vida, a la libertad (que no al libertinaje, como nos enseñaban en el colegio), a la presunción de inocencia... Pero todo eso, en general, nos queda bastante lejano.
¿Qué hay de temas más de andar por casa, o hasta chabacanos si se me permite? Ya conocemos el derecho a la información, pero como parece ser que vivimos en la era de la exageración, en la que no se conoce un punto medio, en vez de
información podemos hablar de cotilleo. Nooo, mentes mugrientas, no voy a decir nada del cotilleo televisivo, porque también nos queda un poquito a desmano. De hecho, llegados a este punto, me atrevo a lanzar un aviso:
¡¡Danger!! Aviso a navegantes y náufragos. Podéis estar siendo víctimas de un cotilleo.

Puede ser que tu compañero de clase o trabajo se divierta hablando de tu culo gordo o de tu problema para darte cuenta de que llevas la cremallera bajada, pero yo quería decir que es posible que haya entrado alguien a tu ordenador. Me han comentado que a través de internet pueden ver tu correo, tus fotos, ficheros, todo tu escritorio, y hasta tu web-cam. Para ello creo que necesitan instalar en tu equipo un programita que te envían por correo, así que si recibís un fichero adjunto .exe, aseguraos muy mucho de que os podéis fiar. Es más, creo que hay alguna web en la que hasta dan detalles de cómo hacerlo. Como dirían nuestros abuelos: Qué mundo éste, ¡a dónde vamos a llegar! Ya sólo nos quedar asistir a la publicación del libro "Cómo robar en la casa del vecino y no dejar rastros". Yo estoy empezando a echar de menos esa época, no tan lejana todavía, en la que todas mis fotos estaban guardadas en mi estantería, mis trabajos de clase y papeles importantes, en una carpeta, y los datos del banco sólo llegaban al buzón del portal, de forma que lo peor que podía pasar era que los viese un vecinillo cotilla. Las nuevas tecnologías nos han ayudado mucho, no lo negaré nunca, pero ¿y ese lado perverso que estamos empezando a ver? De momento dejo el tema en el aire, para que podáis reflexionar, mis pequeños saltamontes. Otro día que tenga más tiempo y nada sobre lo que escribir, ya lo retomaré. Por ahora sólo espero que esto no sufra el efecto yo-yo, y dentro de nada acabemos "jartándonos" y lanzando todos nuestros amigos electrónicos a una fosa común, y volvamos a escribir con martillo y cincel y a contar con ábacos. ¡Arriba las cartas escritas con bolígrafo, falsilla para no desviar las líneas y sobres con dibujos!

jueves, 3 de abril de 2008

Las vueltas que da la vida

Cuántas veces decimos "Hay que ver las vueltas que da la vida" y lo cierta que es la dichosa frasecilla. Unas veces para bien, otras no tanto. Pero siempre tendremos oportunidad de repetirla. Bueno, el ataque filosófico viene a que hoy me he quedado sin batería en el MP3, y como "sólo" me casco unos 6 viajes en metro al día, he tenido tiempo para divagar (las vistas de los túneles subterráneos de Bilbao no me llegan a entretener) Así que he estado acordándome de dónde estaba hace una añito, nada menos que en la universidad, camino a ser una ingeniera de telecomunicaciones. Y ahora soy una persona con 4 trabajos distintos, que a lo largo del día tiene que andar más que aquel que andaba mucho, que vive cansada, y que todavía sigue esperando a que se abran los plazos de matrícula para estudiar diseño gráfico (porque ni siquiera lo tengo asegurado)... pero a pesar de todo "contenta". No hablo de ir por ahí con una sonrisa boca-buzón todo el día, pero la tranquilidad que te da el pasar los días normalitos... ay, que gustirrinín!!
Y no sólo la vida, sino que ahora también esa melena desbocada de la que hablaba hace un par de días, también da vueltas. ¡Jo, si es que soy genial enganchando temas! Bueno, el caso es que ya me he hecho el moldeado, y ahora soy una mezcla de Sergio Alcover con Nina la de O.T. Bueno, igual me he pasado un poco, pero es que todavía estoy en esa fase de adaptación que siempre sigue a una visita a la peluquería (ya sabéis, el "yo tenía una idea que no es lo que veo en el espejo") aunque estoy contenta con el resultado.
Bueno, pues de momento esto se queda aquí, y yo voy a ondear un poco mis rizos a la calle antes de la hora de asaltar la nevera para cenar.

martes, 1 de abril de 2008

Escribir por publicar

Llevo cerca de 1 hora sentada delante de la pantalla, mirando páginas pero sin buscar nada en concreto, aburrida... Así que he decidido abrir esta entrada y escribir algo, a ver lo que sale.
Un tema muy recurrente, cuando no se sabe de qué hablar, es el tiempo (todos hemos hablado con nuestros vecinos sobre el frío que hace con el fin de evitar un silencio incómodo en el ascensor). Pero, la verdad, no creo que dé mucho de sí: aquí no deja de llover, y ya está.
Y ya me he quedado otra vez sin tema... El caso es que, para qué voy a hablar si no tengo qué contar? Corrección: no tengo nada con "chicha". Bueno, últimamente ando pensando en algunas cosillas, como si hacerme una permanente para acabar con este pelo endiablado que se resiste a obedecer mis dictámenes estéticos, o si comprarme unas playeras que veo todos los días y me encantan, pero que como son Adidas (ya me podrían pagar por la publicidad) cuestan 120 eurazos del ala.
Ahora estoy buscando una razón para apretar el botón "Publicar entrada" en vez de borrarlo todo. Porque ya se sabe, que si hay que publicar, se publica, pero publicar pa' na... Aunque ahora que lo pienso, todo en esta vida tiene un sentido, un fin, y supongo que el de estas líneas es que
Ekhi vea que soy capaz de seguir actualizando esto. Es más, que puedo sacar (calculando...) 21 líneas de la más profunda falta de inspiración. Jo, es que soy de lo que no hay (sea bueno o malo)